— ¿Gustan bajar a cenar? — preguntó Amelie con una voz que expresaba vergüenza —. Tenía planeado que podíamos ir a las pizzas.
— ¡Pizzas! — Chillo Carrie, muy contenta —. ¡Cathy, iremos a las pizzaaas!
Me emocioné por ella, pero la mirada de Amelie no dejaba de inquietarme, se veía tímida como mamá, el día que le propinaron los azotes para ser perdonada. Amelie notó mis dudas y dijo:
— Sí, así es, Cathy, Elizabeth nos invitó por su cuenta. Sé que debería verme feliz, pero la verdad es que estoy confundida.
Pero al decir eso, Carrie se mostraba tan ilusionada, ¿recordaba lo que eran las pizzas?Allí estaba, Elizabeth y su familia, llegaron antes que nosotros.
Yo traía puesta una blusa con mangas hasta el codo, algo ajustada a mi cuerpo, pero una falda ancha que lo compensaba, de color rosa fucsia. En cambio, Carrie tenía puesto un overol tipo vestido de mezclilla y debajo una blusa color granate. Y, Chris, lucía un pantalón de mezclilla nuevo y una camiseta a cuadros.
— No nos han presentado — dijo el esposo de Elizabeth.
— Ella es Catherine, él es Christopher, y la hermosa pequeña es Carrie.
— Mucho gusto — dijo él —. Por lo que me platicó Liz, ya la conocen. Soy Vincent. Nuestros hijos son — señaló a la más grande —: Daphne, de siete años. Thomas, de cinco. Y las gemelas Melissa y Melina, de tres años.
Al oír lo último, mis ojos se llenaron de lágrimas. Esa bruja no merecía tener gemelas. Volteé a buscar a Chris, y él también evocó a Cory. ¡Oh, Cory! Carrie también tenía los ojos vidriosos.
Todo continuó normal. Amelie contó nuestra historia, pero no dijo que veníamos de Virginia, sino que éramos hijos de su antigua amiga de infancia. Y era convincente.
La plática se esfumó y todo se volvió en un embarazoso silencio. El pequeño Tom observaba a Carrie de una manera cruel pero inocente.
— ¿Cuándo regresarán a la escuela? — preguntó Elizabeth, bruscamente.
— Lo harán en enero, debido al cupo. No les he contado, pero Cathy es bailarina, y he estado buscando la mejor academia para ella. Y en cuanto a Chris, primero deberá estudiar demasiadas cosas antes de ser doctor, y podría ganar una beca. Nuestra preparatoria en Pembroke — dijo, mirando a Chris —: Es una con el nivel acádemico más superior, en los concursos estatales o nacionales, siempre clasificará alguien de Pembroke. Y si hablamos de mi pequeña Carrie, tendrá clases de piano después de llegar de su escuela.
Liz, no se mostraba conforme. Aún nos miraba como si le estuviéramos quitando su mina de oro.
— Madre, me convenciste de tenerlos contigo, pero tampoco quiero que despilfarres tu dinero de una manera excesiva. A Vincent y a mí apenas nos alcanza el dinero en el Centro Cultural.
— ¿Estás sugiriendo que vuelva a mantenerlos a ti y a tu esposo? — replicó seriamente, Amelie —. Mira, Elizabeth, estos niños realmente han sufrido ¿Y a ti cuándo te negué algo? No me importa si Marilyn y Audrey ya no me vuelven a hablar nunca, después de todo, no es como que las extrañe mucho.Me encontraba tirada en el pasto junto con Brenda. Chris era muy tímido para estar tanto tiempo con Brenda. Y Carrie ahora no se despegaba del piano, quería estar siempre con él, y todos sabíamos por qué.
— Debe de ser asombroso ser bailarina — dijo Brenda —. Y puedo apostar a que bailas muy bien.
— Me esfuerzo... — dije, no podía concentrarme del todo, pues aún seguía analizando nuestra situación con Liz.
— Cathy, te miro distraída. En serio, parece que soy yo la que el próximo lunes irá a la academia, ¡Es como un sueño! Y si puedes presentarme a un bailarín, mejor.
— No es un sueño, Brenda — dije fríamente —. Tú sólo ves a bellas bailarinas con vestidos de princesas, bailando grácilmente. Pero yo veo a chicas ensayando incluso siete horas, veo tobillos torcidos, dedos con uñas enterradas. Todo es diferente de nuestro lado.
— ¿Entonces por qué lo hacen?
— Muchos lo hacen por amor al arte, pero otros lo hacen para estar en la cima y recibir cientos de aplausos, decenas de decenas de rosas en tu camerino...
— ¿Y tú por qué lo haces?
— Para evadir mi realidad, escapar a otro mundo. Nunca seré una princesa, pero en el ballet puedo ser Aurora o Cinderella.
En ocasiones, Brenda me parecía una chiquilla, pero la verdad es que sabía escuchar y aconsejarte.
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Las Muñecas De Dresden
FanfictionSi has leído después del segundo libro, sabrás que Cathy y Chris no tuvieron una vida sin conflictos. Este fanfic tratará sobre lo que sucedió después del escape pero de color rosa.