Joaquin.
Estoy en el café de siempre, pensando lo mismo de siempre.
«¿Cómo me enamore de él? ¿En que momento paso?... Tal vez fue cuando nos dimos nuestro primer beso en la historia, o quizá fue desde esa primera escena que tuvimos en el estudio donde Diana Bracho fue cupido»
No podía recordar en que momento este sentimiento había llegado a mi vida. De lo que estaba seguro es que no quería irse. Iba a amar a Emilio siempre, eso estaba claro.
Llegó a mi casa y la encuentro vacía, por supuesto.
«Soy un tonto.»
Tenia la esperanza de que me estuviera esperando, para decirme que iba a intentar hacer las cosas bien, que mi amor valía mas que sus miedos...
Pero vamos a ver, ¿Qué a caso se te ha olvidado quien eres tú?.. Cuando no tapas el baño, se te pierde el celular, te caes donde todos te están viendo o te enamoras de tu compañero de escena y él no siente lo mismo por ti.
Corrección: Tu amor no vale lo suficiente para él, como para dejar todo por ti.
- Joaquin "mala suerte" Bondoni te deberías de llamar - me digo a mi mismo y voy hacia el baño a darme una ducha, tal vez el agua caliente haga que deje de pensar tonterías.
Emilio.
Han pasado 9 días desde la ultima vez que vi a Joaquin. Casi no he dormido, estoy con los nervios de punta con todo esto, no se que hacer. No quiero perderle eso esta claro, lo amo. Pero estoy aterrado, decirle a todos que me enamore de verdad de él, seria la burla de mis amigos.
«¿Cómo reaccionarias mi familia?, ¿Mis fans?, seguro me rechazarían.»
Pero no puedo ocultarme para siempre. No se porque tendría que estar pasando por todo esto, no es que yo sea una mala persona, ni este cometiendo un crimen; Solo me he enamorado.
Me levanto del sofá, y voy hacia el baño. Me miro en el espejo.
«¡Numanches!, parezco un puto muerto.»
Me apresuro a darme una ducha y cambiarme pues he quedado de cenar con mi familia esa noche. Tengo un par de días sin verlos y estar con ellos me hará bien o eso creo.
La cena en la casa de mi madre ha estado deliciosa. La comida, la compañía, las risas. Esto era lo que necesitaba para sentirme mejor. Para pensar con más claridad. Esta calma que siento me va ayudar a tomar mi decisión.
Llego a mi apartamento, y voy directo hacia mi habitación, me siento sobre la cama y miro fijamente la pared de ladrillos. De repente el móvil me vibra en mi bolsillo. Lo saco y mi corazón se acelera, es un mensaje de Joaco.
«Te extraño.»
Dos palabras y siento como mi mundo se detiene.
Me extraña... Me necesita tanto como yo a él, estos días han sido los peores de mi vida, no quiero perderle.
Sin pensármelo mucho lo llamo. Al segundo timbrazo contesta, pero no dice nada.
- ¡Hola! - digo fingiendo alegría, para ocultar mis nervios.
- Hola, te escuchas animado, que bueno que tú sí la estas pasando bien - Su voz se escucha triste.
- La apariencias pueden engañar, estoy todo menos bien. Yo también te extraño. - le confieso.
los dos nos quedamos en silencio un momento, escucho que da un largo suspiro.
- Me siento tan mal sin ti, pero no estoy dispuesto a cambiar mi decisión. No quiero ocultarme más.
-Dijiste que siempre serias mío.
- Creo que te estas equivocando. Él de las dudas aquí eres tú. Yo no pienso romper mi promesa. Tú eres él que tiene que decidir si me quiere en su vida.
Siento como un balde de agua helada cae sobre mi cuerpo, él tiene razón. El que esta fallando aquí soy yo. Yo soy el miedoso que no se atreve a avanzar, mucho apoyando la diversidad con la novela, y en la vida real soy un puto cobarde.
- Perdóname Joaquin, tienes razón no tengo derecho a decirte nada. Es más... No se ni porque te estoy llamando ahora. Aun no he tomado mi decisión, pero te juro he pensado mucho las cosas, no te he sacado de mi mente en todos estos días.
«Y era verdad, lo tenia tan metido en mi piel, todo me recordaba a él... Mi casa, la música, mi piano, la televisión, la ciudad, mi pulsera, he vivido todo con él, no hay lugar en el mundo a donde pueda ir, a donde pueda huir para no recordarlo.»
- Mañana me voy a Morelos por trabajo, te juro que al regresar hablaremos - le digo.
El silencio aparece de nuevo entre nosotros.
- Esta bien Emi. Como te dije tomate el tiempo que sea necesario. Quiero que estés seguro de lo que quieres. Ahora te dejo, porque si te soy sincero, me están entrando unas ganas de tomar un taxi e ir a tu apartamento - noto la necesidad en su voz, la sinceridad con la que me habla, me necesita tanto como yo. - Y eso no esta en el trato, como dices nos vemos después del fin de semana. Un par de días mas, tal vez y si sobreviva.
Mi Temo esta mal por mi culpa, los ojos se me empiezan a llenar de lágrimas.
- Trata de esta bien Joaco, no quiero que estés mal por esto. - le digo bajito, aguantándome las ganas de llorar.
- Mira mejor ya no me digas nada, ¿Sí?... No puedo prometerte estar bien. Me siento como la mierda así que deja ya de hacer como que no pasa nada... Ya no quiero hablar, esto me esta haciendo daño, Adiós.
Yo me quedo inmóvil, con el teléfono en oído, escuchando solo el zumbido que indica que la llamada se ha cortado.
«Lo extraño, realmente lo extraño... Lo amo simplemente.»
Lloro hasta quedarme dormido esa noche, deseando no tener tanto miedo, deseando estar junto a Joaquin, deseando que nunca deje de quererme, deseando hacer las cosas bien por los dos.
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Muchas gracias por los votos y por estar compartiendo la historia.
Les amo.
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10 días - Emiliaco
Teen FictionSi el amor de tu vida te olvidara, ¿Estarías dispuesto a quedarte hasta que te recuerde?