Joaquin
Siento un dolor profundo, los malos pensamientos invaden mi cabeza, no puedo evitar pensar que eso fue una especie de rechazo. Y como no iba a ser de esa manera si ni quiera le he pedido que sea mi novio y me lance a pedirle matrimonio. Ni si quiera me dejo terminar, ni si quiera pude preguntárselo.
Intento calmarme, lo intento con todas mis fuerzas. Confió en lo que me dijo Emilio, confió en que va a llegar al árbol en unas horas.
Me siento en el piso del salón, porque siendo sincero esto si me pego. Tengo un miedo inmenso por perderlo, por ser yo él que haya provocado que se aleje de mí.
La música sigue sonando pero ya no le presto atención. Los colores del lugar ya no me parecen tan armónicos, ni el aroma me transmite la misma sensación. Caigo en la cuenta que no era el lugar lo que hacia que la situación pareciera un cuento de hadas, si no tener a Emilio a mi lado era lo que provocaba la magia.
Emilio
Voy de regreso en uber a la casa de Valle de Bravo, ocupo quitarme este traje y pensar bien lo que voy a hacer. Si me voy por mi instinto mi respuesta para Joaquin es un sí sin dudarlo, pero no puedo evitar que la razón me meta ideas negativas. Siento que lo conozco tan poco, más bien mi cabeza lo conoce muy poco, porque mi corazón, mi cuerpo llevan años luz amándolo.
Vivir estos diez días con Joaquin han sido de los mejores de mi vida. Estoy listo para empezar una vida junto a él.
Siendo sincero jamas había pasado por mi cabeza la idea de casarme, me parecía muy imposible encontrar a la persona perfecta con la que valdría la pena amar para siempre. Pero Joaquin me ha enseñado que la idea no es encontrar a la persona perfecta pues eso simplemente no existe, todos estamos rotos, descocidos y vueltos a cocer, eso es lo que nos hace valiosos.
Le llamo a mi hermana. Ocupo hablar con alguien para tomar esta decisión. No quiero arrepentirme y lastimar a Joaquin.
Al tercer timbrazo me responde.
-¿Que pasa mailo? ¿Ya vienen al D.F.?
-No, no, Romi. Supongo que nos iremos en un rato más o mañana. Pero no te hablo para eso.
-Oye Emilio, cálmate. ¿Estas bien? ¿Donde esta Joaquin?
-Estoy totalmente enamorado de Joaco. - Las palabras salen de mi cabeza sin filtro. Necesitaba expresarselo, necesitaba decirle a alguien más el amor tan grande que sentía por mi bonito.
La risa de Romina me saca de onda. El estomago se me revuelve, el zumbido se sigue intensificando, mi cabeza me empieza a doler.
-Deja de reirte Romina, esto es algo serio.
-No, no, hermano, perdoname. No me estoy riendo por burlarme. Es solo que es obvio que amas a Joaquin. Son él uno para él otro.
-Espera... ¿Tú sabías de nosotros?
-Claro que si hermanito. Fui la primera en saberlo. Ustedes dos me enseñaron que no importa que tanto estés definido o que edad tengas, cuando el amor toca a tu puerta aunque lo evites se quedara para siempre junto a ti.
-Tengo mucho miedo. No quiero lastimarlo. Me acaba de proponer matrimonio.
Los dos nos quedamos unos segundos en silencio en la linea. Empece a notar como mi vista se nublaba cada vez más. La presión y los nervios de toda esta situación me estaban superando.
-Tal vez esto que te voy a decir te saque mucho de onda. Pero... el día del accidente antes de hablar con Joaquin y decirle que te ibas a arriesgar por él. Primero me hablaste a mí. Tu ilusión era tan grande hermano, estabas muy feliz porque por fin ibas a dejar a un lado el miedo, ibas a vivir tu amor en plenitud junto a Joaquin.- Noto como la voz de mi hermana se le empieza a cortar, esta llorando. -Me colgaste para llamarle a Joaquin. Ibas caminando por la calle hermano, ibas en tu propio mundo. ¿Quieres que te diga a donde te dirijias? ¿Cual era tu plan?
Intento recordarlo. Pongo todas mis fuerzas en recordar hacia donde estaba yendo justo antes de que el coche me arrollara.
-No, no me acuerdo Romina, no recuerdo a donde iba.
-Ibas a comprarle un anillo a Joaquin. Les ibas a pedir que se casara contigo hermano.
Mi mundo se detiene por segunda ocasión en el día. El golpe de realidad hace que las lagrimas inunden mis mejillas de una manera descontrolada. Yo iba a ser el primero en proponerle matrimonio a Joaquin, por eso mi instinto me decía que la idea de aceptar su anillo no era para nada descabellada, muy por el contrario, era lo correcto.
-Gracias hermana, neta. Te amo un buen.
-De nada bebito. No tengas miedo, aquí esta tu familia para apoyarlos a ambos.- Corto la linea.
Necesito conseguir una argolla para Joaquin. Son las 4:30, busco en mi teléfono una joyería cercana. Quiero darle "el si" a la altura poniéndole una argolla en su mano también.
El señor de la joyería me parece de los más amable. Me muestra un montón de argollas, cada una más bonita que la otra. Dejo que mi corazón tome la decisión. Me enfoco en una en concreto, la sencillez de la pieza me recuerda a Joaquin, y en lo fácil que es amarlo.
Recuerdo la caja color azul pastel que tenia él esta tarde, por lo que decido pedir que me coloquen la argolla en una peculiar cajita amarilla. No se si ese sea el color favorito de Joaco, pero lo deduzco porque es el que más le he visto usar.
Salgo de lugar son casi las 5:30. Tengo a penas media hora para llegar a nuestro lugar pactado.
Joaquin
Estoy de pie junto al tronco tallado con nuestros nombres. El reloj marca las 6:00 en punto. No se si sea mi mente la que esta omitiendo los sonidos a mi alrededor pero me siento totalmente inmerso en mi propia ansiedad. Saco de mi bolsillo mi celular una y otra vez. Cada que los minutos avanzan empiezo a sentir que me cuesta un poco más respirar.
Mi reloj marcan las 6:30. La luz del sol esta perdiendo fuerzas. La caja color azul pastel sigue en mi bolsillo y por mucho que me duela aceptarlo es obvio que hoy no sera el día en el que la saque de ahí.
Lo acorrale. Yo mismo eche todo a perder. Pensé primero en mí y en lo mucho que lo amo, ignorando que aventarme con esta propuesta lo iba ser que se llenara de miedo. Yo cause que huyera de mí.
Dejo mi cuerpo caer sobre el pasto. Me parece hasta estúpido estar llorando por algo que yo mismo provoque. Intento recordar sus palabras. No todo esta perdido. Me dijo que iba a quedarse, sin importar si llegaba o no él iba a quedarse y por supuesto que quiero que lo haga.
Porque vale la pena quedarse donde te cuiden, te construyan y te encapachen, donde florezcas y sientas que las horas pasan lento, donde te hagan brillar los ojitos y te miren con magia, donde sobren las ganas de ver tu sonrisa y la felicidad parezca una jodida costumbre. Quiero que se quede y yo también quiero quedarme, para siempre.
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No me maten
Sin drama el amor no amarra recuerdan?
Voy a seguir escribiendo a ver si puedo tener el siguiente capitulo para mañana. Aunque tal vez con el siguiente me odiaran todavía mas. Lo único que puedo prometerles es que todo valdrá la pena.
Calculo que nos quedas 3 o 4 capítulos para el final.
No olviden compartir.
Les amo.
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10 días - Emiliaco
Teen FictionSi el amor de tu vida te olvidara, ¿Estarías dispuesto a quedarte hasta que te recuerde?