42. Día 7 / Mi amor.

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Joaquin.

Como si el tiempo se hubiera detenido. Estábamos ahí acostados, frente a frente. Tenia tantas cosas que decirle, tanto que agradecerle, pero simplemente no me salia, el negro de sus ojos me tenia hipnotizado. Empece a acariciar su cabello rizado, era muy suave y relajante, sus ojos se empezaron a cerrar poco a poco. Al igual que yo, el cansancio del día nos estaba cobrando factura. Su rostro se hundió en mi brazo, su respiración se había hecho más pesada que antes, se había quedado dormido. Yo sin ningún tipo de objeción lo acompañe a descansar.

No estaba seguro de cuantas horas exactamente había dormido, pero la luz que entraba por la ventaba anunciaba que no precisamente acababa de amanecer. Me levante con cuidado de la cama, no quería ser el motivo por el cual Emilio se despertara. Decidí preparar un poco de te. No estaba realmente seguro de la reacción que iba a tener cuando se levantara, así que trate de trazar un plan, para cualquiera que fuera el caso. Sabia de sobra que esto era una prueba dura para ambos, y quería ayudar a que todo fuera lo menos difícil posible.






Emilio.

Mi cuerpo se sentía raro, no era malo del todo lo que sentía, pero sin duda era algo a lo cual no estaba acostumbrado. ¿Y ahora que? Salgo de la cama, me dirijo hacia donde Joaco esta y le doy un tierno beso de buenos días o me quedo en la cama muriéndome de vergüenza. De por si siempre he sido un chico al cual le cuesta demasiado manejar sus sentimientos, estar en esta situación no era precisamente algo que me hiciera sentir cómodo.

Lo de anoche había sido por decir poco lo más lindo que he vivido; por la ternura de Joaquin, la entrega de mi parte, lo bien que nos hacemos sentir estando juntos, pero eso no quitaba lo inseguro que me hacia sentir.

De pronto mi cuerpo se paraliza, mi chico entra en la habitación con una bandeja en las manos, su gran sonrisa en el rostro y seguramente con mil dudas en su cabeza. No aguanto la presión y tapo mi rostro con la manta, como si fuera un niño pequeño, cubro mi cara tratando de huir de todo. Puedo escuchar como Joaquin deja la bandeja en la mesa junto a la cama y se sienta a un lado de mí. No quiero verlo, no quiero aceptar la realidad, me da miedo darme cuenta de todo el amor que siento por él.

-¿Como puedo ayudarte Emi?

-No lo se.

-Se que todo esto es demasiado confuso, pero mírame estoy aquí para ti, siempre para ti.

Empiezo a bajar la manta de mi rostro, no despego mis ojos de mis rodillas, pero por lo menos ya no hay ninguna tela que me separe de él.

-Oye, dime que te pasa, quiero escucharte, quiero saber como te sientes.

-Estoy bien. Tú me haces bien Joaquin.

Choco mis ojos con los suyos, hago a un lado la vergüenza. Me vuelvo valiente por él.

-Estoy lleno de miedo y con mi cabeza a mil por hora, creo que eso cubriría a la perfección mi reporte.

-Lo de el miedo lo puedo arreglar quizá diciéndote que yo también tengo miedo, pero por ti estoy dispuesto a todo, espero que lo tengas claro, y  tus pensamientos, bueno mi amor, son los típicos síntomas de un enamorado, algo estoy haciendo bien, si estoy logrando que te sientas así.

"Mi amor" Dos palabras que hacen que todo el color de mi cara desaparezca.

-¿Así que soy tu amor eh?

Joaquin sonríe como un bobo y eso me hace sentir mejor, hago a un lado mi incomodidad, mi vergüenza, mis ganas de huir, mis malos rollos, mis dudas e intento continuar con este día, junto al chico que me mira, junto a mi amor.


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Espero que les guste este capitulo corto. Mañana les prometo más.

Les amo 










10 días - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora