6. Hospital.

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Emilio.

Solo hay dolor. En el pecho, la cabeza... Siento que me quema. Dolor, dolor y obscuridad.

«¿Dónde estoy

Intento abrir mis ojos, pero no lo consigo. Puedo escuchar voces que hablan a mi alrededor, pero no entiendo que esta pasando.

- Tiene una fractura en las costillas, y una contusión en el cráneo. Pero sus signos vitales son estables.

- ¿Por qué sigue inconsciente?

- Emilio ha sufrido un gran golpe en la cabeza, pero su actividad cerebral es normal. Lo tendremos en observación. Se despertara cuando este preparado para ello, dele un poco de tiempo.

Me relajo, y siento como el sueño vuelve a mi cuerpo, me pierdo en el sin darme cuenta.


Todo me pesa y duele... mis brazos, mis costillas, mi cabeza. ¡Joder! mi cabeza, siento que me va a explotar.

Puedo sentir como alguien acaricia con ternura mi mano. Yo intento abrir mis ojos, pero mi cuerpo no me lo permite.

- No voy a dejarlo solo - Escucho una voz junto a mi cama.

- Joaquin tienes que dormir - Esa es la voz de mi mama.

Mi mami esta aquí conmigo, quiero despertarme y que me diga que esta pasando. Pero es como si mis ojos y mi boca estuvieran sellados. No logro hacer que mi cuerpo me haga caso y se mueva, estoy atrapado aquí.

- Gracias señora, pero quiero estar aquí cuando despierte - Esa voz... No puedo reconocerla. No logro descifrar quien es él que habla junto a mi cama. Siento como el sueño regresa, y me dejo ir a la obscuridad una vez más.


Despierto, y escucho que alguien llora junto a mí, siento que aprieta mi mano con fuerza como si su vida dependiera de ello.

- ¡Oh Emilio por favor vuelve conmigo! Despierta mi amor, te hecho de menos...

¿Mi amor? no logro entender porque esa voz desconocida para mis recuerdos me dice mi amor. Intento con todas mis fuerza abrir mis ojos, pongo todo mi empeño por conseguir despertarme de una buena vez, y de repente lo consigo.

Abro mis ojos. Y me encuentro con el ambiente limpio y estéril de una habitación de hospital. Veo un chico sentado a mí lado, con la cabeza agachada sobre la cama. Estiro el brazo agradecido de que mi cuerpo me responda, y toco su pelo con mis dedos. Se levanta sobresaltado y mueve su cabeza tan repentinamente que mi mano sin fuerza vuelve a caer sobre la cama.

- ¡Oh Emilio! - Su voz suena ahogada pero aliviada. Me coge la mano, la aprieta con fuerza y se la acerca a la mejilla.

Yo no se como reaccionar. Me tomo un momento para observar su rostro. Empiezo por sus ojos cafés que me miran con tanto anhelo, como si yo fuera lo mas valioso de su vida. Noto también su cabello despeinado, que le cae ligeramente sobre la frente y su labio inferior tiembla sin que él pueda controlarlo. Tengo frente a mí a un hombre que por mas que intento no logro recordar y eso me desconcierta, pues él me mira como si yo fuera parte importante de su vida.

- ¿Cómo estas Emi? ¿Quieres que llame al doctor?

- Yo, no lo se... - Creo que es por los medicamentos o lo mucho que he dormido, pero me cuesta hablar.

- ¡Ay mi amor! tenia tanto miedo de perderte.

Con la poca fuerza que tengo en el cuerpo alejo la mano de su tacto. No entiendo nada, no se porque estoy aquí, ni quien es este hombre que me habla. Quiero gritar. La desesperación se empieza a apoderar de mi cuerpo. Quiero entender que esta pasando.








Joaquin.

Emilio se ha despertado. Él esta conmigo, no lo perdí. Siento tanta felicidad, que creo que voy a explotar. No puedo dejar de ver sus hermosos ojos. Pero noto en su mirada un sentimiento de... miedo.

- ¿Por qué estoy aquí? - Noto como sus pupilas tiemblan en señal de nerviosismo.

- Tuviste un accidente en Morelos, hace una semana.

- ¿Dónde esta mi madre?

Su cuerpo esta tenso con mi presencia. Yo intento calmarlo acercándome a él, pero veo como la ansiedad crece en sus ojos.

- Ella... Fue a bañarse a su casa. Pero no debe de tardar - le digo con un hilo de voz.

Mientras los minutos transcurren, la confusión con la que Emilio me mira se vuelve cada vez más insoportable. Miro como me observa detenidamente, como si me estuviera estudiado. Abre su boca como si quisiera preguntarme algo, pero la cierra de nuevo. Veo como cierra los ojos y aprieta ligeramente sus puños, como tomando el valor para hablar, en eso vuelve a mover su boca y de ella sale una pregunta que hace que mi mundo se detenga de golpe.

- Perdón pero... ¿Quién eres tú?

Siento que mi cuerpo pierde el equilibrio, creo que voy a vomitar. Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas. No puede estar pasando esto, no puede ser verdad.

- ¿Estas bromeando? esto no es divertido - Digo, implorando que todo esto sea parte de un plan ocurrente del pelo rizado.

- Me duele la cabeza, ¿Puedes llamar al doctor?

Clavo mis ojos en su mirada, en ella hay como una especie de... ¿Desprecio? Como si estuviera a punto de gritar por ayuda para que me alejen de él. Acerco mi mano a su cabello castaño e intento hacerle una caricia para intentar tranquilizarlo y demostrar todo el amor que siento por él. Pero la reacción que tiene ante este gesto me deja helado.

- ¡ALÉJATE DE MÍ! no me toques - grita una y otra vez.

Esto parece una pesadilla. Siento tanto dolor que se me doblan las piernas, y caigo al suelo sin poder evitarlo. Los gritos de Emilio se escuchan hasta el pasillo, las enfermeras entran y tratan de tranquilizarlo.

Yo estoy ahí, tirado en el suelo, perdido. Me llevo las manos a mi cara y noto como mis mejillas están empapadas en lágrimas. Nunca en la vida había sentido tanto dolor.

Estaba tan confundido, tan dolido. me repetía una y otra vez que esto no podía estar pasando, que era una mala broma. Que no lo había perdido para siempre, que él no me había olvidado.

Con las pocas fuerzas que me quedan, me levanto del suelo y salgo de la habitación. No puedo verlo así. Salgo del hospital, el frió viento de la noche me golpea la cara. Necesito huir de aquí.

Tomo un taxi y me voy a mi casa. No puedo quedarme ni un minuto más.

Todo esto me supera. Cierro mis ojos y puedo escuchar sus gritos de desprecio. Necesito... Ne-necesito que todo esto sea un mal sueño, que sea obra de mi imaginación, Necesito.. que él me recuerde otra vez.














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Todo tiene un fin. Prometo compensar esto. Ya me parezco a Osorio, pero confién en la historia si?

Les amo, gracias por compartirla en twitter para que mas gente se una a la lectura.

10 días - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora