Joaquin.
Somos un desastre. La cocina esta hecha un asco, pero los hot cakes están sobre la mesa. La cara de Emilio esta llena de harina y supongo que la mía no se ha quedado atrás. Después del mal rato que pasamos esta mañana lo mejor que se nos ocurrió para liberar tensión es ponernos a cocinar, los dos somos tan malos que merecemos un premio por no haber incendiado la cocina todavía.
Me encanta hacer cosas juntos, me hace sentir que somos un equipo. Siento a Emilio un poco alejado de mí, creo que es algo normal. Puede que aun siga un poco molesto e incomodo por los celos de ayer y lo entiendo, por eso tome la decisión de darle su espacio, no más besos y acercamientos de mi parte, voy a esperar a que él de el primer paso, solo así voy a estar realmente seguro que eso es lo que en verdad quiere, y no le estoy obligando o forzando de alguna manera.
-A pesar del desastre, nos quedaron buenos.
-Sí, por lo menos se pueden comer.
Los dos nos ponemos a reír de nuestro propio fracaso. Y es ahí cuando recuerdo que esto es parte de la magia, juntos somos capases de reírnos hasta de nosotros mismo con tal de pasar un momento agradable, esto es una de los muchos motivos por los cuales soy feliz a lado del chico que tengo enfrente.
-¿En que piensas Joaquin?
-En lo mucho que me haces feliz.
Y sigo comiendo, evito mirarlo. No porque me desagrade el tono que aparece en sus mejillas cuando le digo algo así, es más que nada porque si después de haberle dicho eso lo miro a los ojos, dudo mucho lograr tener el auto control de quedarme sentado y no pararme y besar sus labios.
Emilio también a entendido el mensaje, sus ojos están clavados en el plato, su comida esta por la mitad, en su cara puedo notar una sonrisa traviesa y en sus ojos un brillo especial, daría cualquier cosa por saber que esta pensando, pero muy a mi pesar tengo que conformarme con solo mirarlo sin poder descifrar el mensaje.
Emilio.
Después de desayunar decidimos poner un poco de orden en la casa. Joaco ha insistido en poner música para que el tiempo de labor domestica se nos pasara más rápido. No puedo evitar reírme a carcajadas al ver como de manera inconsciente se pone a mover el cuerpo al ritmo de la música. Se mira tan bonito, que me dan ganas de ir abrazarlo y decirle lo feliz que me hace, pero creo que esa no seria una buena idea, o tal vez sí... Pero soy un puto cobarde que aun no siente la seguridad de ir a decirle lo que siente abiertamente, así que me conformo con ver ese baile sensual y tierno solo para mis ojos.
La tarde se nos pasa volando. Decidimos comer en casa. Joaquin me ha dicho que en la tarde saldremos a un lugar. Como de costumbre no ha querido revelarme a donde vamos, pero bueno no puedo hacer nada, se supone que de esto trata todo esto.
Salgo del baño, y decido ponerme una camiseta blanca, no lo pienso demasiado, cada día que pasa me estoy sintiendo mas cómodo con todo esto, así que no me preocupare más por la ropa que voy a usar o si voy a encajar o no con el lugar a donde vamos. Si al final del día desentono con el entorno, eso sera un lindo motivo para reírnos a carcajadas, y reír con Joaquin se ha posicionando en mi lista de cosas favoritas.
Termino de alistarme, me dirijo a la otra habitación, tal vez ya este listo y podemos irnos ahora. Por impulso giro la perilla de la puerta y entro sin pedir permiso, al los pocos segundos me arrepiento, pues me encuentro con el cuerpo de mi compañero a medio vestir. Joaco se sorprende, pero no puede hacer nada más, yo me paralizo, no logro que mis movimientos reaccionen, estoy como un tonto viendo su cuerpo directamente. Cuando por fin logro reaccionar, salgo casi corriendo de su habitación y me refugio en la mía. Intento tranquilizarme. Me siento en la cama y trato de reacomodar mis ideas. Siento una electricidad en el cuerpo, como una sensación extraña, algo nuevo que nunca había sentido, o si lo había hecho no lo recuerdo.
Cierro los ojos y mi mente me traiciona, el cuerpo de Joaquin aparece frente a mí, el pulso se me acelera, empiezo a sudar sin control, los nervios me están jugando una mala pasada. Un pensamiento extraño se cuela en mi mente sin permiso, yo me niego aceptarlo, no puedo ser que lo que mi cabeza este pensando pueda ser verdad.
«¿Me siento excitado por verlo casi desnudo?»
Esto me supera, nunca pensé que me fuera a encontrar en esta situación, que mi cuerpo fuese capaz de generar este tipo de pensamientos. En el pasado que recuerdo siempre fue un pajero, me encantaban las mujeres, ver sus cuerpos y perderme en ellos, pero nunca pensé que un cuerpo masculino me iba a provocar el mismo sentimiento, el mismo deseo. Intento despabilarme, sacar su imagen de mi mente, hacer hasta lo imposible para tratar de convencerme que aquí no ha pasado nada, que este sentimiento no es importante, que es algo completamente normal mirar a tu amigo desnudo y que tu miembro despierte.
«¡No mames!.. Estoy jodido»
Trato de engañar a mi mente, pero muy en el fondo de mi se que ya no hay vuelta atrás, Joaquin me gusta, lo deseo, y aunque me este muriendo de miedo va a ser algo que tengo que aceptar.
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hey hey.
Espero les haya gustado el capitulo.
Si comparten la historia en tuiter me arroban para agradecerles.
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@soportearistemo
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10 días - Emiliaco
Teen FictionSi el amor de tu vida te olvidara, ¿Estarías dispuesto a quedarte hasta que te recuerde?