Insatisfacción [Lams] [Hamliza]

10. El Mensaje del Rey.

Velas en los pasillos limpios e infinitos, varias puertas por donde puedas pasar. En un balcón mirando hacia el mar, el Rey George Frederick III lee el periódico. La primera plana era la rebelión de las Trece colonias en su contra. La revolución de América llego a oídos y ojos del Rey del Reino Unido, aquel que gobernaba esas colonias como lo que era, su monarca. 

Esta "Revolución" como ellos la llamaba era inaceptable, se sentía realmente decepcionado.

-Anota... ─Ordeno a uno de los sirvientes que estaban ahí. Un joven chico de pelo corto saco papel y pluma para escribir. El Rey doblo el periódico y lo entrego a una sirvienta que salio de la nada para tomarlo, así debían servirlo, prevenir cualquier necesidad y presentarse sin que los llamen, si no, morirán.

El chico era nuevo en el castillo y estaba algo nervioso, era su primer día.

-No tiembles... ─Una de las sirvientas se acerco al chico con una mirada seria, era joven, como de su edad, unos veinte o algo más.

-Lo siento, estoy nervioso y no sé cuanto debo escribir y... -.

-Dices.... ─Comenzó George.

-Anota ─Le dijo ella en un susurro.

-¡Oh! Sí ─Comenzó a escribir.

-Que por mi amor nunca estarás dispuesto a pagar. Lloras, en tu té el cual arrojas al mar cuando me ves pasar... ─Se dio la vuelta y comenzó a caminar por el pasillo.

-Síguelo ─Le dijo la sirvienta al chico.

-Ah, okey... ─Rápido se poso al lado del Rey.

-Triste estas, recuerda que hicimos un trato al verte marchar, no me hagas enojar... ─Llego a una puerta donde estaba dos sirvientes los cuales la abrieron─ Recuerda que aunque te alejes... mío seras... ─Los sirvientes cerraron la puerta sin dejar pasar al que escribía. George sonrió─ Y volverás ─Se quito la capa y la corona, tirándolas por cualquier parte─ Ya veras, me perteneces, lo recordaras ─Comenzó a caminar con elegancia, algo de feminismo hacia su balcón─ Volverás, el tiempo lo dirá. Te serví bien y tú lo recordaras ─Abrió la puerta del balcón─ ¡Sube el mar! ─Se afinco del balcón─ ¡Imperios caen! ─Extendió sus brazos─ Juntos vamos en este vaivén... Y cuando pase este dolor; voy a enviarte un batallón armado para que sientas mi amor ─Elevo su mano y cerro su puño.

¡Da da da dat da dat da da da da ya da!

Volvió a por su corona y capa, comenzado a bailar en su salón.

¡Da da dat dat da ya da!

El chico que intentaba anotar lo que decía el Rey le costaba, pues no sabía si debía hacerlo.

-Oye, ¿Esto también va? ─Le pregunto a la sirvienta a su lado.

-Anota y calla -.

-Okey, okey, pero... si hay tanta disciplina aquí, ¿Qué con ellos? ─Señalo a la puerta donde varios sirvientes y soldados estaba escuchando al Rey.

La sirvienta elevo la mirada y chasqueo la lengua.

-Calla y anota... ─Ordeno con un tono autoritario y serio.

-Okey ─Siguió escribiendo.

¡Da da dat dat da ya da!

El Rey bailaba mientras se acercaba a una pared donde estaba colgada una imagen de las trece colonias (estados unidos completo).

-¡Si nuestro amor te agota y no puedes más...! ─Toco la imagen con una pose dramática─ ¡Seras tú quien se queje cuando no esté ya...! ─Le clavo una daga que traía en su cetro a su lado─ ¡Y no cambies de asunto! ─Arranco la imagen y la tiro al suelo─ Que aquí, tú eres mi asunto ─La piso─ Mi más sumiso asunto... ─Sonrió gentilmente, se notaba un ligero sonrojo en sus mejillas─ Mi más leal asunto.. ─Levanto la imagen y la abrazo con gentileza─ Por siempre, y siempre, y siempre, y siempre, y siempre... ─Se tiro al suelo y miro la imagen─ Volverás, como ayer, luchare y la guerra ganare. Por tu amor y adoración... ─Se levanto y miró la imagen─ Y te amare hasta mi defunción ─Sonrió de una manera muy demente─ Si no estas, me ira mal. No tires algo que es tan especial, pues al pasar este dolor... matare a todo aquel ames para que sientas mi amor... ─Sonrió siniestramente y se fue alejando.

-Da da da dat da dat da da da da ya da... Da da dat dat da ya da... ¡Da da dat dat da ya da! ─Sonrió ampliamente y se acerco más a la puerta.

Sus sirviente al otro lado podían escucharlo.

-En sus posiciones ─Ordeno uno de los sirvientes a cargo de la puerta y todos los demás se colocaron en fila.

-¡Ven! ─Le sirvienta coloco a quien escribía en fina junto a ella.

-¡Todos juntos! ─George salio azotando la puerta.

-¡Da da da dat da dat da da da da ya da! ─Todos los sirvientes presentes comenzaron a cantar y bailar moviendo los hombros con gran seriedad.

George pasaba mientras les pegaba con su cetro.

¡Da da dat dat da ya da!

Cuando iba justo por la sirvienta, el chico se puso en medio.

-¿Qué haces? ─Ella lo miro enojada.

-No quiero que te golpee ─Respondió sobándose la cabeza.

-¡Uhm! Tonto ─Se cruzo de brazos algo molesta─ ¡Oh, el Rey! ─Y fue tras el de la capa.

George recorrió el pasillo y llego al salón del trono donde se sentó en dicho lugar.

-Da da dat dat da ya da... ─Hizo una seña de decapitación.

-Listo, señor. Lo enviare de inmediato -.

-Informen al Almirante Howe que prepare sus tropas... América va a recordar mi amor... -.