38. Nos sorprenderán.

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1801. El sol se alzaba en el cielo, era un día soleado de verano. Cuatro años pasaron desde la publicación del panfleto y aún hoy se notaban las consecuencias que éste había traído para las Familias Hamilton y Schuyler.
El contacto entre los patriarcas de los Hamilton era inexistente, el hombre no veía a su mujer, mantenía su distancia hasta el punto de desviar la mirada y caminar si esta llegaba a hablarle, aunque al estar a espaldas de ella lloraba en silencio tras su lucha interna; una parte de él quería perdonarla y abrazarla con todas sus fuerzas, y la otra quería odiarla y apartarla lo más posible.

Al menos, hay algo de alegría en las calles, pues los hijos mayores de los Hamilton yacían en ellas caminando pues celebraban que el mayor se había graduado de la misma escuela que su padre.

-Conozcan al primer graduado del King's College ─Anunciaba Angie apuntado a su hermano.

-No debo presumir ─Se rasco la nuca algo nervioso, pero vio su diploma y sonrisa─ Pero asombro y hay que decirlo ─Siguió caminando─ Los maestro dicen que herede el talento y el cerebro que tiene mi padre, las damas dicen que el talento no es lo único que herede de papá ─Miró coquetamente a un grupo de damas a sus espaldas al decir la ultima frase.

-Compórtate, Philip, ya tienes novia. Le perteneces a ella, hermano ─Angie le dio un golpe en un costado.

-Lo sé, lo sé, pero no es mi culpa que me miran a donde vaya ─Se cruzo de brazos seguro.

-Le diré a Eli -.

-No le digas ─La miró enojado.

-Soy sus ojos y oídos sobre ti, cuidado, hermano, cuidado ─Lo miró desafiante.

-No importa ─Siguió su camino─ Sigamos buscando -.

-¿Donde crees que puede estar? -.

-No estoy seguro, pero tengo que encontrarlo, hay que defender a nuestro padre -.

-Tienes razón ─Lo miró con seguridad.

-Tengo diecinueve, pero mi mente es mayor ─Se toco la cien─ Debo ser yo mismo, igual a mi padre pero más valiente ─Decía mirando a su hermana.

-Alcanzar las expectativas que él nos tiene, hacer que esté orgulloso de ti otra vez, así podremos unirnos otra vez ─Dijo su hermana abrazando a su hermano.

-Sí ─La tomó de los hombros─ Llevamos el legado de nuestro padre con orgullo y él nos decía que un día... -.

-¡Los vamos a sorprender! ─Exclamaron ambos chicos.

La gente volteaba a ver a los Hermanos Hamilton, los mayores de la familia y el orgullo y adoración de su padre. Vivos reflejo de aquel que fue el Secretario del Tesoro, pero que no es ni la sombra de lo que era hoy.

Ambos jóvenes caminaban en busca de una persona, cuando el mayor visualizo a dos bellas mujeres a unos metros de ellos.

-Vamos a preguntarles a esas damas ─Tomó a su hermana de la mano y se acerco a esas chicas.

-¡Philip! ─Se quejo su hermana, de verdad, él era el vivo retrato de su padre.

Llegaron junto a las damas, haciéndolas voltear a verlos.

-Damas, estoy buscando a un tal "señor George Eacker". Dio un discurso la semana anterior en el cuatro de julio. Menosprecio el legado de nuestro padre frente a toda esa gente. No lo pienso permitir, seré el orgullo de papá ─Se cruzo de brazos con seguridad.

Las damas lo miraron con irrelevancia hasta que una decidió hablar.

-Yo lo vi por Broadway, unas cuadras más allá ─Señalo un callejón por donde se llegaba al lugar─ Fue a ver una obra -.

Insatisfacción [Lams] [Hamliza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora