Es 1776 en la ciudad de Nueva York, los edificios y la gente comenzaban a enredar a un castaño crema que caminaba por sus calles. Lo que él buscaba era a sus dos amigos con los que salió un rato, pero rápidamente los perdió de vista a penas se descuido.
-¿Donde están estos dos? ─John Laurens se separó de sus amigos y ahora no los encontraba, llevaba gran rato buscándolos, pero es que esos dos juntos eran tan inquietos.
Veía a la gente caminar, los carruajes circular por las calles, los faros de luz con las velas apagadas, los balcones donde la gente se asomaba, algunas colgando ropa, pero ni señal de sus amigos.
-Demonios, ¿Qué tanto se pierden esos dos? Oh, espera... yo me perdí, ¡Agh! ─Se dio un golpe en la frente y frunció el ceño, ya estaba harto.
Siguió caminando fijándose en todo quién pasaba para localizar a sus amigos. Entonces, al girar su cabeza a un lado, sus ojos verdes chocaron con el rostro de alguien más. Era un chico, más o menos de su edad, cabellos marrón oscuro y ojos igual de marrones.
-Ah... ─Sus mejillas no tardaron en calentarse y teñirse de un rojo casi rosa. Se fijaba en esos ojos que reflejaban inteligencia, un cuerpo tan hambriento que atrapa.
Le parecía... atractivo... Quizás algo... ¿Atrapante?
De pronto, el chico comenzó a mirar alrededor hasta que sus ojos chocaron con los de él. Un escalofrió le recorrió el cuerpo, su corazón latía a una velocidad inexplicable, él no se explicaba esa sensación tan extraña. ¿Acaso... él le gusta? No puede ser, John Laurens no puede ser tan fácil... ¿O sí?
Apenas regreso a la realidad, desvió la mirada rápidamente, se dio cuenta de que lo estaba mirando y no quería que pensará mal de él. Mantenía su mirada en el suelo hasta que escucho su voz.
-Hola ─Ese chico se había acercando a él, lo saludo y le sonreía a la vez. En ese momento todo en él comenzó a fallar.
-S-Sam Adams... ─Tartamudeo. Olvido todo de él por un momento, su nombre principalmente, estaba condenado a quedar mal. Sólo pudo desviar la mirada para ocultar los nervios.
«Vamos, Jackie, ten más valor» Pensó mientras recobraba la postura al ver que ese chico lo miraba algo extrañado, no podía dejarse intimidar por alguien más bajo (aunque sea un poco) que él.
-Creo que... ─Lo miro con gran seguridad─ Eres alguien con poca satisfacción ─Desvió la mirada un momento.
¿Le estaba coqueteando? ¿Quién se creía? No podía dejarse llevar por esas cosas tan estúpidas.
-No sé de qué me habla usted, retractese ─Lo miró enojado, pues no creerá que se dejara coquetear así como así, no era una dulce chica. Aunque, no podía negar su gusto hacia los hombres, pero ese no era el punto.
-Eres como yo ─Volvió a mirarlo─ Satisfecho no estoy -.
-¿Es verdad? ─Empezaba a recordar el pasado, las cosas que él tanto quería hacer pero gracias a su padre no logro, por eso lo desobedeció y fue a Nueva York.
-Satisfecho nunca estoy ─Se acerco más al él. Laurens comenzaba a ver el parecido entre los dos.
Y sonrió.
-Mi nombre es John Laurens ─Le ofreció la mano, se notaba que era un chico que irradiaba confianza y seguridad.
-Alexander Hamilton ─Acepto su mano. Su tacto era cálido.
-¿De donde salió? ─Se acercó con pícardia a él, pues le comenzaba a caer bien y tenía curiosidad de saber de dónde venía, cómo era su familia.
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Insatisfacción [Lams] [Hamliza]
Diversos¿Que pasaría si Laurens no muere en la guerra? ¿Qué pasaría si Alexander es quien cae a los pies de Eliza? ¿Qué pasaría si Alexander le dice "no" a Maria? ¿Qué pasaría si a él le rompen el corazón? La historia de nuestro Padre fundador favorito de A...