17. De vuelta a la guerra.

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Tras la Luna de miel del matrimonio Hamilton, Alexander se preparaba para partir al campo de batalla en New Windsor. Pronto se moverían a Monmouth y Filadelfia. Eran principios de Enero de 1781, la guerra estaba en su punto critico. Habrá complicaciones en los próximos meses, los británicos no retroceden.

-Alexander, promete que te cuidaras ─Le decía Eliza acariciando su mejilla.

-No te preocupes, estaré bien -.

-Recuerda volver a casa, te estaré esperando. Escríbeme, ¿Sí? -.

-Lo haré, no habrá un día en el que no te escriba ─Beso a su esposa y recogió su bolso para poder subir al carruaje que lo llevaría al campo de batalla.

Angélica se encontraba frente al carruaje para despedirse de Alexander.

-Cuídate, Alex ─Le sonrió.

-Lo haré, cuida a Eliza por mí -.

-Sabes que siempre lo haré -.

-Las veré al pasar esta guerra ─Abrió la puerta del carruaje y metió su bolso ahí, dándose la vuelta para mirar una ultima vez a su esposa y dedicarle un gesto de despedida con la mano, subiendo al carruaje y haciendo que éste partiera.

Angélica fue hacia Eliza, quien miraba como el carruaje se alejaba de la Mansión Schuyler. Se veía preocupada, juntando sus manos mientras se dirigía al pórtico de la mansión con Angélica al ver como empezaba a llover.

-No te angusties, Eliza, él estará bien ─Le animaba Angélica─ Sabes lo astuto que es, estoy segura de que sobrevivirá. Veras como vuelve a casa sano y salvo -.

-Eso espero, sólo quiero que se mantenga con vida y regrese a casa ─Acercaba sus manos juntas a su rostro.

-Ven, querida, lloverá fuerte, podríamos enfermarnos si nos mantenemos afuera ─Angélica abrió la puerta y entro a la mansión.

Eliza se volteo y miró a la puerta un momento para después ver las gotas de lluvia bajar. No podía evitar preocuparse por su esposo, sólo quería que regresará a casa, tenerlo a su lado sano y salvo. ¿Eso le era suficiente a ella? 

-Vive... ─Miraba el cielo gris de la lluvia─ Vive... -.

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Pasaron varios meses, ya era casi finales de verano y el sol ardiente se posaba en el cielo. Alex se encontraba en la tienda de George Washington encargándose de pedir suministros al congreso, el cual aun no le ha enviado nada y sólo le exige a las tropas atacar.

-Hamilton, ¿Qué ha respondido el Congreso? ─Pregunto el General acercándose al menor con algunos papeles en las manos.

-El Congreso dice "George, ataca sin piedad", yo les digo que hemos recurrido a comer a nuestros caballos -.

-Aun no vienen... ─El General se dio la vuelta hacia su escritorio, dejando los papeles en el mismo y revisando las piezas de ajedrez sobre el mapa de la zona.

-Señor... ─Alexander se acerco al mayor con preocupación. No tenían recursos y el congreso no parecía aceptar más que dinero ingles.

-Alexander, escucha. Sólo hay un modo para que ganemos esto ─Se volteo a mirarlo con gran seriedad. Sabía que tenía que actuar con firmeza, era el General, el ejemplo para todos bajo su mando─ Provoca furia, total -.

-Así será ─Afirmo con determinación.

-No ataques hasta llegar la noche, quédate implacable hasta que acabe -.

Insatisfacción [Lams] [Hamliza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora