Insatisfacción [Lams] [Hamliza]

25. Secretario del Tesoro.

Burr se encontraba hablando con unos amigos en un bar.

-Burr, ¿Cómo le ha ido a ese amigo tuyo? El tal... ¿Hamilton? ─Pregunto uno de los hombres sentado frente a él.

-Fue elegido para ir a la Convención Constitucional, ahora es un delegado neoyorquino junior ─Respondió con molestia.

-Escuche que fue elegido por su suegro, Philip Schuyler, esa debe ser la razón por la que logro ir -.

-Que suertudo es, una de las ventajas de que tu suegro sea senador de Estados Unidos y alguien tan importante como patriarca de la Familia Schuyler -.

-Eso no es todo, ¡Va y propone su forma de gobernar! ─Exclamo algo frustrado.

-¡¿Qué?! ─Los hombres lo miraron.

-Su plan para una nueva forma de gobernar -.

-¡¿Qué?! -.

-Estuvo seis horas hablando, pero nadie le hizo caso -.

-Vaya, es impresiónate -.

-No cuando eres quien tiene que escucharlo ─Burr se levantó─ La cuenta, por favor -.

Una camarera se acercó y le entrego un papel, Burr vio la cantidad y pago para después irse.

Caminando por las calles, se dirigía a su lugar de trabajo, le tocaba trabajar de noche para arreglar unas cosas pendientes con respeto a unas evidencias, sólo esperaba no encontrarse con él, casi era de noche y sólo quería terminar su trabajo y volver a casa.

-¡Burr! ─Muy tarde, Alex ya caminaba hacia él con su típica sonrisa segura─ Que bueno que te encuentro, Burr -.

-Alexander, ¿Qué sucede? -.

-En este momento me dirijo a la Convención Constitucional, pero ahora que te encuentro me preguntaba si quisieras acompañarme. Tu persuasión puede ser lo que necesito para convencer a los delegados -.

-Tengo mucho que hacer, Alex, y sólo quiero terminar para regresar a casa, ¿Sí? No te acompañare de nuevo -.

-Vamos, Burr, esta podría ser tu oportunidad, no la desperdicies ─Le rodeo con su brazo el cuello y prácticamente lo secuestro y llevo a la convención.

Tras hacer parar un carruaje, ambos se embarcaron al lugar de la convención. Entraron, había bastantes personas hablando entre sí sobre ciertos temas.
Burr se sentó en una mesa vacía, reservada para Hamilton y éste ordenaba sus papeles para comenzar a hablar. Se paró al frente y comenzó a hablar, Burr se le quedaba mirando con aburrimiento y estrés.

-¿Por qué dices cada cosa que tú crees? ─Miro hacia abajo y observo uno de los papeles de Hamilton─ Proclamación de munición a tus enemigos para tu perdición ─Decía al leer el documento─ ¿Por qué escribes como si el tiempo se fuera a acabar? ─Devolvió su vista al caribeño, quien hablaba en medio de las personas─ Dios, ¿Por qué? ─Dejo su cabeza sobre la mesa.

Una hora

Dos horas

Tres horas

Cuatro horas.

La convención finalmente termino.

-Parece que hoy tampoco hubo suerte, Burr ─Alex se acerco a la mesa para recoger sus cosas.

-¿En serio...? ─Burr levanto la mirada de la mesa, cansado y aburrido. Vio a Alexander y noto que era casi los últimos en la sala─ ¿Cuánto tiempo llevábamos aquí? -.

-Eh... Unas cuatro horas, creo ─Metió todo en su bolso del que jamás se separaba y se lo colgó─ ¿Nos vamos? -.

-Por Dios, claro que sí ─Se levantó y acerco a Alex.