Alexander se encontraba caminando por la calle, viendo a las personas pasar solas o acompañadas. Pensaba en todo lo que había logrado avanzar, haciéndose diferentes preguntas internas.
-Eliza... ─Tomó una flor azul de un arbusto cercano a él─ ¿Soy lo bastante bueno para ella? Claro que no... ─Siguió caminando─ ¿Quien quiere a un simple bastardo incapaz de proveer los bienes necesarios para vivir? -.
Miraba a los niños corriendo en la calle junto a sus padres desde la otra acera, sonriendo al ver lo felices que se veían esos pequeños. ¿Él lograría ser un buen padre? ¿Mejor que el suyo? Había tanto en que pensar, la guerra aun continua. Si ella se quedará a su lado, ¿Seria suficiente?
Tanto en que pensar, tanto que desea. Tanto que quería probar y lograr.-Ella me espera cada día, cuando Angélica se va a dormir ella espera mi regreso más tiempo. Entonces, ¿Por qué tengo dudas? ─Se preguntaba y recordaba mirando perdidamente a la nada mientras avanzaba. Podía recordar momentos en los que vio a Eliza, momentos que él quería olvidar. Pero, sabía que existían y probaban lo que él quería cambiar.
No era merecedor de ella. Su amor no era suficiente, ¿O sí? Él cree que no, quizás sea verdad.
Quiere tener suficiente, quiere ser suficiente, pero cada vez que avanza más, siente que aún no bastará.
Él no puede estar satisfecho, ¿Ella lo estará?
Cuando salio de sus pensamientos, visualizo su casa y a su esposa asomada en la ventana al lado de la puerta, tan hermosa como todos los días.
Con sólo verla, Alexander se sintió como cuando la vio por primera vez: Perdido...
Aceleró el paso para llegar más rápido, haciendo que Eliza notará su presencia y sonriera.-Fíjate, fíjate, en lo afortunados que somos de estar vivos hoy ─Decía Alex abriendo la reja para llegar al jardín─ Fíjate, fíjate -.
Eliza le dedico una mirada de alegría y se dirigió a abrir la puerta. Alex se sentía afortunado de tener tan maravillosa mujer.
Entonces, ella abrió la puerta, haciendo que Alex se llevará una gran impresión de su estado.-¿Qué? ¿Eliza? ─Pregunto desconcertado al ver el tamaño del estomago de su mujer.
-Sorpresa ─Sonrió ésta al estar cerca, dejando a Alex tocar su vientre.
-¿Cuando sucedió? ─Pregunto sin dejar de acariciar el vientre de la chica.
-Ya más de un mes ─Respondió ella desviando la mirada de lo apenada que estaba.
-Eliza, debiste haberme dicho ─La abrazo y ella correspondió.
-Angélica quería escribirte y decirlo pero yo no ─Respondió al separarse del abrazo.
-¿No? -.
-Preocuparte no quiero yo ─Le acaricio la mejilla.
-Debiste decirme ─Reclamo sin dejar su tono de sorpresa.
-No me arrepiento ─Afirmo, dándose la vuelta y avanzado con Alex detrás de ella─ En la guerra te debe concentrar -.
-Eso es lo que hago -.
-Para que a tu hijo puedas mirar ─Se soltó y volteo a verlo, dejando que el viento moviera su cabello─ Fíjate, fíjate, en lo afortunados que somos de estar vivos hoy ─Le sonrió.
Alex bajo la cabeza recordando quien era en realidad, sabiendo que era patético.
-¿Eres realmente feliz de ser esposa de un hombre que no tiene qué darte a ti? ─Se cubrió el rostro de tristeza y desprecio a sí mismo, eran tan poco en ese momento. Ella no merecía tan poco.
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Insatisfacción [Lams] [Hamliza]
De Todo¿Que pasaría si Laurens no muere en la guerra? ¿Qué pasaría si Alexander es quien cae a los pies de Eliza? ¿Qué pasaría si Alexander le dice "no" a Maria? ¿Qué pasaría si a él le rompen el corazón? La historia de nuestro Padre fundador favorito de A...