3. Entre sabanas y vomito.

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Desde el abandonó de su padre pasaron dos años, en el que su madre se puso a trabajar en una pequeña tienda hasta muy tarde en las noches. Trabaja todos los turnos extras que pueda hacer para reunir dinero suficiente y devolver a su hijo a la escuela.

La puerta de su apartamento se abrió y cerró. Alexander dejó de lavar los platos y salió de la cocina.

-Bienvenida, mamá -Le sonrió y ella le acarició el cabello al acercarse al niño.

-Hola, hijo -Le sonrió con cansancio mientras caminaba junto al castaño- ¿Ya comiste? ¿Te preparó algo? -.

-No te preocupes, ya comí y te deje el desayuno en el sartén. Esperaba que llegarás para ver si tenías para comprar comida. Hice una cuenta de los gastos que debemos hacer y cuanto ganas para saber que comprar -.

-¿Qué podemos comprar? -.

-Pan... -.

Rachel desvío la mirada. Si seguía a éste paso no podría lograr meter a su hijo a la escuela otra vez y mejorar su calidad de vida.
Tendría que hacer eso del pasado.

-Esta bien, Alex, ve a comprar pan -Siguió caminando hasta una repisa donde estaba una caja pequeña, de ella sacó un billete - Vuelve pronto -Le entregó eso al castaño.

-Claro, mamá -Y salió rápido de ahí.

Rachel se sentó en su sillón a descansar. Necesitaba dinero para pagarle la renta a su casero o los echaría a la calle. Alexander crecía con sólo la educación que ella y los libros le daban, pero ella sabía que no era suficiente.
Quería que su hijo estudiará, que saliera adelante y que fuera alguien. Que tuviera más de lo que ella podía darle, demostrarles a todos que era más que un... bastardo.

-Oh, James, nos haces tanta falta -Miraba el suelo con tristeza, derramando algunas lágrimas -Tengo que ser fuerte para sacar mi hijo adelante... -.

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El pequeño Alexander caminaba por las calles con dos panes en su canasta. Iba todo en orden, normal como cualquier otro día, nada parecía arruinarlo.
Pero, en eso vio una multitud de gente rodeando a algunos guardias en un callejón. Como todo niño, le picó la curiosidad y se acerco al lugar.

-¿Qué sucede? -Se adentró entre la multitud para poder ver lo que sucedía.

-Por favor, retrocedan, necesitamos espacio -Decía un guardia intentando alejar a las personas.

Alex salió entre la gente y observó eso que los guardias intentaban cubrir.
Su rostro se torno pálido ante lo que estaba en el suelo.
Los guardias intentaban cubrir los cuerpos de dos niños menores a él. Y no eran niños cualquiera, eran esos que él les daba un poco de comer.

¿Por qué?
Eran muy jóvenes, niños.
Debía aprender que en el mundo que le tocó vivir, los niños son los que más sufren. La vida es dura y él tendrá que afrontarla.

-Que triste, ¿No? Dos más -Escucho una voz femenina detrás de él.

-¿Qué esperabas, querida? Viven en pésimas condiciones, con las ratas y la basura. Sin padres ni nadie que los cuide, a la intemperie. ¿Qué más puede esperar un huérfano? ─Respondió la señora a su lado.

Al escuchar esas cosas, Alex se alejo de la multitud tan rápido como pudo para llegar a su casa.

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Insatisfacción [Lams] [Hamliza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora