18. El duelo que lo mando a casa.

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Instalados ahora en Filadelfia, a las afueras de ella, en un lugar alto y seco lejos del campamento para que nadie se enterará, cuatro soldados se encontraban frente a frente.
Charles Lee decidió el lugar, las afueras de Filadelfia para tener el duelo con John Laurens.
Llegaba casi el amanecer, ya tenían que empezar.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve...

De vuelta en el campamento, Washington estaba hasta el cuello de papeles y presión, necesitaba a su mano derecha para aligerar esa carga.

-¡Hamilton! ─Llamo firmando algunas cosas, pero nadie le contesto─ ¿Hamilton? ─Levanto su vista y noto que no había nadie cerca de él.

Se levanto de su escritorio y salio de su tienda, viendo varios soldados preparándose pero sin rastros de su mano derecha.

-¡Lafayette! ─Llamo al francés que estaba afilando sus espadas.

-¡Oui, monsieur Washington! ─Se coloco firme en pose militar al General ponerse frente a él.

-¿Sabe donde se encuentra Hamilton? -.

-Eh... ─Desvió la mirada─ Non, monsieur... -.

-Lafayette, no me agradan las mentiras. Los conozco muy bien, será mejor que hable con la verdad -.

-Le digo la verdad, General, no lo sé... -.

-Mr. Lafayette... ─Le miró fulminante─ Laurens y Lee tampoco estas, ¿No es verdad? -.

-No... ─Desvió la mirada.

Washington suspiro.

-Desobedecer las ordenes de su General, cada vez más me recuerdan a mí a su edad, cuando era joven y anhelaba gloria ─Miró a la nada con ojos de tranquilidad─ Mejor me lo dices, quiero evitar una tragedia -.

-Monsieur... -.

-¿Donde están? ─Volvió su rostro serio.

-En las afuera de Filadelfia, el sol casi saldrá así que deben estar en su duelo ─Termino confesando─ Monsieur, debe entender sus razones. Ellos no dejarían su nombre ser tirado y pisado como mierda fresca -.

-Mr. Lafayette, gracias por su respeto hacia mí. Lo dejo al mando hasta mi regreso, el cual será pronto ─Sin más, fue a donde guardaban los caballos que lograron conseguir.

Lafayette se sentía como un traidor al revelar lo que ellos estaban haciendo, pero pronto entendería que era lo mejor. Miró en dirección a donde se fue el General.

-Vivan... -.

.

.

.

Mandamientos del duelo...

El mandamiento numero seis estaba presente. El segundo de Lee era Aaron Burr, mientras que el de Laurens era Alexander Hamilton. Los dos amigos, tan unidos como siempre.

-Sólo espero que  ella nunca la vea ─Laurens le entregaba una carta a Alex, la cual iba a dirigida a la esposa del castaño más claro, Martha Manning Laurens, con quien se casó hace unos meses pero que desgraciadamente Alex no pudo ir a la boda, aunque Eliza le contó como era la chica.

-Jackie, asegúrate de que no necesite enviarla -.

-Me asegurare de que así sea, pues acabo de recibir una gran noticia, Lexi ─Le sonrió con gran seguridad.

-¿Cuál noticia? -.

-Nos casamos hace unos meses, pero Martha ya esta embarazada. Voy a ser padre -.

Insatisfacción [Lams] [Hamliza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora