42. Seré tu Obediente Sirviente.

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Pasaron unos días desde las elecciones presidenciales. Aunque se burlaran, las reglas eran las reglas. Burr terminó siendo el Vicepresidente, pero no le agradaba que su superior siguiera siendo Jefferson. Seguía molesto por la decisión de Hamilton, siempre él debía entrometerse en su camino. Pero ya no más, le iba a decir lo que pensaba.

En este momento, se encontraba caminando con gran enojo hacia su oficina, dispuesto a escribirle una carta donde le enfrentará por sus acciones.

-Alexander... —Entró a su oficina— Un arrogante, inmigrante, huérfano, bastardo, hijo de puta —Caminaba hacia su escritorio— ¿Cómo pudo apoyar a Thomas Jefferson, su enemigo, un hombre que ha odiado desde el principio, para evitar que yo sea elegido? —Decía al apoyarse de su escritorio con el ceño fruncido— Yo quiero estar en aquel cuarto -.

En aquel cuarto.
En aquel cuarto.

Burr tomó una pluma y la miró fijamente.

-Me has alejado... -.

De aquel cuatro...

-Por ultima vez... —Se sentó en su escritorio mirando con seriedad la mesa.

Tomó un papel que estaba a su lado y comenzó a escribir. Estaba cansado de que aquel inmigrante siempre se entrometiera en sus planes, lo alejara de las oportunidades y siempre consiguiera estar un paso adelante.

"Hamilton no se limita, él no espera, sólo toma, y toma, y toma. Y el juego aún gana, cambia el juego, juega y apuesta más"

Al terminar de escribir, se paro a leer la carta que había escrito.

-Querido Alexander, es difícil enojarme, pero, a punto estás —Dejó la carta en la mesa y se levantó— Reviso los efectos que has tenido en mi vida. Examinó mis fracasos, y lo que tienen en común... —Tomó unos documentos viejos, escritos hace un tiempo por el receptor de la carta— Eres tú y tu gran falta de respeto —Arrugo enojado esos papeles y los dejó a un lado— Me dices "amoral", " peligrosa desgracia" —Contaba con los dedos— Si tienes algo que decirme, dile la hora y lugar, cara a cara —Agarró la carta.

Leyó todo lo que decía, estaba convencido de enviarla.

-Tengo el honor de ser... tu Obediente Sirviente —Hizo una reverencia a la nada, poniendo la carta en su pecho— De A. Burr —Miró al frente.

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Pasaron unos cuantos días desde que Burr envió esa carta. Todo parecía tranquilo, Alexander aún no había recibido la carta, a pesar de que ya debía llegar a su hogar.

-Alexander, ya llegamos —John entró a la oficina del caribeño.

-¿Jackie? —Él se volteó al oírlo— Pensé que vendrían en la cena -.

-Ay, Alex —Caminaba hacia una ventana—  No es temprano, de hecho, llegarás tarde —Abrió las cortinas— Mejor será que te bañes y arregles, la cena estará lista pronto —Lo miró con una sonrisa burlona.

-Ja, creo que tienes razón —Se levantó de la mesa— Tal parece que el tiempo empezó a correr sin mí —Se acercó con él a la ventana, viendo su reflejo en el cristal— Miramos, John, el tiempo no tuvo piedad con nosotros, ¿Cuando envejecimos tan rápido? -.

Insatisfacción [Lams] [Hamliza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora