27. Descansa y ven al Norte.

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1791. Estamos a casi finales de invierno, la Familia Hamilton está en su casa en Filadelfia, decidieron mudarse de Nueva York, cosas de trabajo. En este momento, madre e hijo practica un poco de música.

- Un, deux, trois, quatre, cinq, six, sept, huif, neuf ─Decía Eliza tocando la melodía en el piano.

- Un, deux, trois, quatre, cinq, six, sept, huif, neuf ─Le siguió Philip.

-Bien ─Le sonrió y se levantó─ Un, deux, trois, quatre, cinq, six, sept, huif, neuf -.

-Un, deux, trois, quatre, cinq, six, sept, huif, neuf ─Siguió tocando el menor en el piano.

-Sept, huif, neuf ─Ella se sentó nuevamente.

- Sept, huif, neuf ─Repitió el menor más animado.

- Sept, huif, neuf -.

-Sept, huif, neuf -.

- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete ocho, ¡Nueve! ─Cantaron madre e hijo.

-Bien, ¿Listo para mostrar tu sorpresa a tu padre? -.

-¡S-Sí! ─La miró entre nervioso y emocionado.

-No te preocupes, seguro lo harás muy bien. Iré a buscarlo ─Se levantó y salió de la sala.

Philip agarro la hoja donde tenía escrita aquella sorpresa, temblaba de los nervios pero no podía esperar a mostrársela.

-Philip, ¿Terminaste de practicar? ─Se acercó la pequeña Angie a su hermano.

-¡Sí! Y estoy listo -.

-Sé que a papá le gustará mucho ─Junto sus manos sonriendo.

-¡Bien! ─Exclamo impaciente.

-¡Y cenaremos tu pastel! -.

-¡Sí! ¡Pastel! ─Exclamaron los Hermanos Hamilton.

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Alexander se encontraba en la oficina escribiendo una parte de su plan financiero. Ya había hecho un total de quince versiones diferentes de su plan, pero ninguno era aceptado por Madison y Jefferson. Le irritaba tanto no poder lograrlo, pero recordaba bien la cara del presidente cada vez que fallaba ante esos dos: decepción total. Se esforzaba, hacia todo lo que se le ocurría, pero ninguna idea les gustaba a ese par de virginianos ineptos.

Si no llegaba ante el Congreso con ese plan, entonces podría despedirse de todo lo que logro. Si no convencía a Jefferson, el Congreso tampoco lo aprobaría, tenía que seguir intentando.
Si no fuera por Eliza, él se desvelaría todas las noches, pero la mujer le ponía un límite al saber que éste no lo tenía. Su estrés era excesivo, pero al menos tenía a un amigo para desahogar toda su frustración, aunque estuviera un poco lejos.

Al final, no recibió la respuesta de aquella carta que mando hace siete años.
En fin, al menos le siguió respondiendo. Ahora, se ponía a leer la carta que le iba a mandar, para después escribir una a Angélica.

-"Mi más querido, Jackie. 'Mañana, y el mañana, y el mañana se asoman paso a paso cada vez'. Espero puedas entender sin que mencione otra tragedia escocesa, cada vez ─Se levantó dejando la carta en su escritorio─ Macbeth creen que soy ─Se señaló a sí mismo─ Mi locura es mi ambición, soy un gran pensador que sólo ha pasado mucho dolor ─Comenzó a caminar hacia la ventana─ Madison es Baquo, Jefferson es Macduff. Birnan Woods es el Congreso hacia Dunsinane" ─Llego a la ventana y la abrió─ Y a Estados de distancia estas ─Miró hacia el horizonte algo desanimado.

Insatisfacción [Lams] [Hamliza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora