14. Distancia

1.5K 69 7
                                    


Con el paso de los días, Luisita y Amelia experimentaron una situación novedosa para ellas. Por un lado, la hija de los Gómez estaba sumida en los ensayos de la obra de teatro que iba a interpretar en Miraflores de la Sierra. Por el otro, la vedette apenas había tenido tiempo para quedar con ella y, cuando su amiga sacaba un momento entre ensayo y ensayo, Amelia siempre tenía algo que hacer.

Unido a esta incertidumbre entre ambas también empezó a gestarse otra tangente que iba a entrometerse entre ellas: Sara. La joven no dejaba de esperar a Amelia cada vez que salía del hotel o buscaba siempre algún momento para sorprenderla. ¿El último detalle? Darle unos billetes para ir de escapada juntas a Roma. Aquella oferta le parecía muy tentadora, pero no sabía si aceptarla y más, si no dejaba de pensar en Luisita.

En el caso de Luisi, al principio no quiso darle mayor importancia a aquella distancia con Amelia, pero llegó un momento en que empezó a olerle mal que la joven siempre tuviera algo que hacer cuando le decía de pasar un rato juntas. Tampoco había mostrado mucho interés en saber cómo llevaba los ensayos, incluso, aquella vez que intentó contarle por teléfono lo bien que lo hacían Pablo y ella. Fue comenzar a hacerlo y Amelia se excusó diciendo que tenía que volver al trabajo. Todo le resultaba francamente extraño, así que se lo comentó a su hermana María.

- Oye, María, te quiero hacer una pregunta.

- A ver, cabecita loca, ¿qué problema tienes ahora?

- ¿No has notado a Amelia un poco rara últimamente?

- No, ¿por qué? –preguntó mientras continuaba rellenando el pedido que mandaría al proveedor- Conmigo ha estado como siempre, ayer precisamente estuvimos aquí charlando del próximo espectáculo.

- ¡Es que es eso! Ayer, cuando yo estaba en clase. Parece como que me está esquivando... y no entiendo qué ha pasado.

- Luisita, no seas tonta. Es tu mejor amiga y ella te quiere mucho, ¿cómo va a esquivarte?

- Que sí, María, que sí, que te lo digo yo... Está muy rara. Ni siquiera me ha dicho todavía si va a venir a ver la obra y yo quiero que esté allí, necesito que me apoye, María.

- Gracias por la parte que me toca, guapa –dijo socarrona mirándola a los ojos- Luisita, si crees que le pasa algo, ¿por qué no hablas con ella?

- ¿Cuándo? Si es que no hay manera de hacerlo. Siempre tiene algo...

- Pues ve a verla al hotel. Pregúntale a mamá cuándo trabaja y así no te podrá evitar, si es que crees que te está evitando...

A Luisita le parecía una idea interesante, así que le preguntó a su madre cuándo trabajaba Amelia y decidió hacerlo ir de sorpresa para que no pudiera escaparse. Mientras tanto, Amelia ya tenía claro que iba a aceptar la propuesta de Sara porque era lo mejor para ella y para Luisita. Aunque, al fin y al cabo, tampoco sabía de sus sentimientos, pero mejor poner distancia, literal si hiciera falta. Estaba sumida en sus quehaceres cuando sonó la puerta del cuarto de colada y Luisita entró por sorpresa.

- Dichosos los ojos que te ven –soltó con una media sonrisa- Al fin te encuentro.

- Hola...Luisita. ¿Qué tal todo?

- ¿Qué tal todo? ¿Solo se te ocurre eso después de casi una semana sin vernos?

- Mmmm... -intentaba hacer algo mientras hablaba con ella para evitar mirarla demasiado a los ojos- es que ya sabes, hemos tenido mucho trabajo en el hotel, he tenido que doblar turnos.

Y bailar juntas bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora