18. Sara enreda a Luisita

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A pesar de todo lo que significaba para su madre que tuviera presencia en las Jornadas, Luisita quería aprender más sobre el feminismo. Así que, tras cruzarse con Sara en El Asturiano, decidió ir con ella a su hotel para poder empaparse de todo el contenido feminista que podía. La hija de los Gómez siempre había tenido de referente a su hermana Leonor, pero la visión de Sara, después de conocer su orientación, también la intrigaba sobremanera.

Sara la recibió en su habitación y le dejó ver los distintos apartados que estaban preparados para las Jornadas. Aunque no se fueran a celebrar en el hotel, la joven estaba dispuesta a continuar con el programa y, de alguna manera, le llamaba la atención que Luisita se sintiera interesada en la temática. La periodista era muy hábil cuando de proponerse algo se trataba, así que convenció a la joven para que fuera ella la que leyera la ponencia de su hermana Leonor. Luisi estaba encantada con todo lo que significara tomar parte en la causa y aceptó enseguida. Sentía verdadera admiración por la labor que llevaba a cabo Sara y el resto de ponentes.

- Eres la sustituta ideal para Leonor.

- Lástima que mi madre no esté de acuerdo –apostilló Luisita.

- ¿No te echarás atrás?

- ¡No! Yo cuando tomo una decisión, la llevo hasta el final.

Sara aprovechó para enseñarle lo que iba a leer el día de las Jornadas, que no era otra cosa que un manifiesto a favor de las minorías, concretamente, a favor de las lesbianas. Luisita entendió enseguida por dónde iban aquellos derroteros y aprovechó para hacerle preguntas al respecto a la periodista.

- ¿Tú cómo te sentiste o cómo te diste cuenta de que eras lesbiana?

- Yo siempre lo he sabido, pero no tenía las herramientas necesarias para saberlo. ¡Hasta tuve algún novio! –rió- ¿Y tú desde cuando lo sabes?

- Noooo, yo no soy lesbiana, qué va.

- ¿No? Bueno, entre el blanco y el negro hay muchos tonos de gris. Quiero decir, ¿nunca te has sentido atraída por una mujer?

Luisita rió nerviosa ante la ocurrencia. Aprovechó para dar una calada intensa al cigarrillo que se estaba fumando y negó con la cabeza. Sara, que ya se había percatado de que Luisita se sentía atraída por Amelia, trataba de lograr que confesara sus sentimientos.

- Entonces, ¿por qué te pones tan nerviosa? Vamos a ver, yo he sido sincera contigo, puedes tú serlo conmigo. Confía en mí.

- A ver, puede ser que... -titubeaba- Mmmm, que me guste una chica –tomaba aire ante la certeza de sus palabras dichas en voz alta por primera vez- Pero yo no soy lesbiana...

- Estás perdida, no pasa nada... -dijo comprensiva- Esa chica es Amelia, ¿verdad?

Luisita se quedó en silencio, perpleja ante la obviedad de sus sentimientos. Sara se había percatado y se sintió muy avergonzada por dejar ver lo que sentía por Amelia con tanta claridad. No quería confesarle a Sara lo que sentía, aún no estaba preparada para reconocer que tenía esos sentimientos por Amelia. Y antes de que pudiera desmentir nada, alguien llamó a la puerta. Era ella, portaba consigo toallas limpias para hacer la habitación. Se quedo perpleja al ver a su amor y a su antigua amante en la misma habitación. La tensión entre las tres se podía palpar en el ambiente, así que Luisita prefirió marcharse y Sara se fue con ella.

***

Poco tardó Manolita en enterarse de las intenciones de Luisita y fue al King's para ratificarle de nuevo que no quería que participara en las Jornadas para evitar que la policía la tomara con ella. Aquello sacó de quicio a Luisita, que no dejaba de protestar ante la negativa de su madre. Al poco tiempo, Amelia decidió aprovechar un momento libre en el hotel para ir a recoger la ropa de su último espectáculo al King's. Allí estaba Luisita, todavía enojada por lo que consideraba una injusticia, así que no recibió demasiado bien a su amiga.

Y bailar juntas bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora