Capítulo 21: Los hechos

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*Narrador omnisciente*:
Ámbar entró a la pista del Roller y lo que vio la dejó atónita.
Benicio miraba sorprendido a su socia, Emma, quien había recibido accidentalmente el disparo que iba dirigido al mexicano.
Luna se encontraba tomando a su amigo, Simón mientras no paraba de llorar. Este, con las fuerzas que le quedaban después del golpe que le había dado el italiano, miró a Ámbar. Luego, cayó inconsciente. Luna estaba destrozada.
Los ojos de la rubia estaban abiertos y llenos de lágrimas.
En unos segundos se oyeron las sirenas de los autos de policía y las de las ambulancias, que fueron llamados por los vecinos que estaban cerca quienes habían oído el disparo.
Pronto, oficiales de policía y médicos entraron al Jam & Roller y llenaron el lugar.
Los policías se llevaron a Benicio, quien seguía estupefacto por darse cuenta de la gravedad de lo que había hecho, y los médicos subieron a Emma, quien no podía moverse por el disparo en su muslo, a una camilla y la introdujeron en una ambulancia para llevarla al sanatorio. Hicieron lo mismo con Simón.
-¡Estarás bien!-Gritó Luna tomando la mano de su amigo, quien se había desmayado. Esta lloraba desconsoladamente.
Ámbar lloraba de una forma silenciosa, pero el dolor en su pecho era inmenso y solo deseaba que todo esto hubiera sido una pesadilla.
-Tranquila. Todo va a estar bien.-dijo Ámbar abrazando a su prima.
Luna y Ámbar fueron llevadas a su casa.
Al verlas llegar junto con los oficiales de policía, Mónica, Miguel y el señor Alfredo se acercaron a las chicas preocupados. En ambas se notaba que habían estado llorando.
-¡¿Que pasó?!-preguntó Mónica alarmada.
-¿Están bien?-preguntó el señor Alfredo abrazando a sus nietas.
-Si abuelo, estamos bien.-dijo Ámbar triste.
-¿Pero que es esto?¿Porque vinieron los oficiales?-dijo Miguel preocupado.
-Buenas noches, trajimos a las señoritas a su casa por que ocurrió un incidente que ocurrió en la pista del Jam & Roller. Este incluyó un disparo y personas heridas.
Los familiares de las adolescentes estaban a un paso de desmayarse. No entendían lo que estaba pasando.
Luna abrazó a Ámbar mientras una lágrima caía por su mejilla.
Mónica se acercó a su hija y le beso la frente, luego se dirigió a Ámbar, quien estaba a punto de llorar, y acarició su mejilla, luego le dijo:
-No pasa nada chicas. Ahora vamos a cenar y hablaremos de lo qué pasó.
-Gracias, oficiales.-dijo Miguel dirigiéndose a los policías que se encontraban detrás de Ámbar y Luna.-Les informaremos si pasa algo.
-Buenas noches.-dijeron los oficiales y luego se retiraron de la mansión.
La familia se dirigió al comedor.
Cuando Mónica sirvió la comida, se sentó en la mesa y dijo:
-Bueno, chicas. Cuéntennos que paso.
Ambas, Luna y Ámbar se miraron con tristeza. Luego Luna suspiró y comenzó a explicar.
-Estábamos con Simon ensayando la coreografía para la competencia. Estuvimos varias horas practicando. Nos había llamado la atención que no había absolutamente nadie en la cafetería cuando llegamos, y tampoco en la pista, y aún no entiendo el porque. En un momento, llegaron a la pista Benicio y Emma. Cada vez que Benicio se acerca no podemos esperar nada bueno, es muy mala persona y siempre esta molestando a Simon por...-Luna se detuvo y miró a Ámbar, quien por un momento miró su plato avergonzada. Luna intentó simular que no la había mirado y siguió contando lo que había pasado-...la verdad no se porque. Como sea, en un momento Benicio se enojo mucho con Simón porque dijo algo que no quería escuchar.
-¿Que dijo Luna?-la interrumpió Mónica intrigada.
Luna volvió a dirigir su mirada a su prima.
-...Eso no importa mamá, lo importante es lo qué pasó después.-respondió. Como decía, Benicio se llenó de ira y tomó a Simón del cuello. Yo en ese momento no sabía que hacer más que gritarle que lo soltara, pero no hubo caso. Emma ayudaba a Benicio sosteniendo las piernas de Simón...
Luna se detuvo por un momento y un nudo en la garganta de la mexicana hizo que sus ojos se humedecieran.
-Hija tranquila.-dijo Miguel acariciando la mano de Luna.
-Todo va a estar bien, no te preocupes.-la consoló Mónica.
-Si, lo sé...lo siento.-dijo Luna secando sus ojos y respirando profundamente. Siguió relatando los hechos.- Entonces, Benicio tomo a Simón impidiendo que hablase y lo amenazó.
-¿Con que?- preguntó Ámbar con un notable nudo en su voz.
Luna suspiró y decidió contarle a su prima la verdad. Necesitaba saberlo.
-Le dijo que si se volvía a acercar a ti, se iba a arrepentir mucho. Lo que yo no sabía era que iba a ser capaz de intentar dispararle.
-¡¿Dispararle?!-dijo Mónica impactada.
-Si, Mónica.-respondió Ámbar apenas pudiendo hablar y con sus ojos húmedos.- Conozco a Benicio. No sabe distinguir entre lo que esta bien y lo que esta mal. Es una persona despiadada y no le importa nadie a su alrededor. Esta obsesionado conmigo y le molesta que entre Simón y yo haya algo. Yo tampoco puedo creer lo que esta pasando.
Lágrimas de dolor brotaron de los ojos azules de Ámbar, y Luna la abrazó.
-¿Pero como pasó de amenazarlo a intentar dispararle?-pregunto el Señor Alfredo sin poder creer lo sucedido.
-A eso quería llegar.-dijo Luna.-Al escuchar la amenaza de Benicio, Simón le dijo que amaba a Ámbar y que pasara lo que pasara nunca dejaría de hacerlo.-Una tierna sonrisa brotó del rostro de la rubia al oír esto.- Benicio se llenó de furia, otra vez y golpeó la cabeza de Simón con tanta fuerza que hizo que casi se desmayara.
La sonrisa de Ámbar desapareció por un momento y su garganta se secó de tristeza.
-¿Como puede una persona ser capaz de hacer algo así?-dijo Mónica adolorida mirando a su marido, quien tenía una expresión de impotencia al escuchar lo que había pasado.
-La verdad que nosotras tampoco lo sabemos, mamá.-respondió Luna con tristeza.-Bueno, cuándo Simón cayó al piso yo me lancé sobre él mientras lloraba. Pedía ayuda pero nadie me escuchaba, porque no había nadie en el Roller. Ahí fue cuando Benicio sacó un arma de su chamarra y apuntó hacia Simón. En ese momento, juro que me desesperé como nunca. Vi como Emma intentaba evitar que Benicio cometiera un error, parándose por delante del arma, es decir, entre Benicio y Simón y en un movimiento rápido, Benicio falló y el disparó impactó en el muslo de Emma.
-Si. Ahí es cuando yo llegué a la pista del Roller.-dijo Ámbar.-Vi a Simón en el piso, con sangre en su cabeza, inconsciente. Y después vi a Emma, con un disparo en su pierna. Nunca me sentí así en mi vida. Se me detuvo el corazón cuando empecé a pensar. Tarde mucho en llegar al Roller porque no había ningún transporte disponible. Todo esto es mi culpa. Si me hubiese apurado un poco mas esto no habría pasado.
Toda la familia negó al mismo tiempo.
-¿Ámbar, que dices?-dijo Mónica.-No es tu culpa para nada. Tu no podías hacer nada para evitar que esto pasará.
Ámbar miró al suelo y el nudo en su garganta volvió a aparecer.
-Ya lo sé Mónica.-respondió la rubia mirándola con sus ojos húmedos.-Es solo que...me encantaría que nada de esto hubiera pasado.
-Todos desearíamos que no hubiera sucedido nada, créeme.-dijo Luna abrazando a su prima.-Pero hay que pensar que nada malo va a pasar. Hay que tener fe.
-Si, Ámbar.-dijo Miguel.-Ya verás que Simón se va a recuperar rápido, hay que pensar positivamente.
Ámbar sonrió, como diciendo "gracias".
-Vengan a abrazar a su abuelo, mis amores.- dijo el señor Alfredo con los brazos extendidos.
Ambas, Luna y Ámbar se pararon de sus asientos y abrazaron a su abuelo, quien se encontraba sentado en el extremo de la mesa.
-Te queremos mucho, abuelo.-dijo Ámbar agradecida.
-Yo también chicas.-respondió Alfredo besando las cabezas de sus nietas.

Después de cenar, toda la familia se fue a dormir a sus respectivos cuartos. Luna tardó unos minutos en dormirse porque se encargó de avisarle a sus amigos lo sucedido. Al ver que se preocupaban, les dijo que mantengan la calma, que todo iba a estar bien. Pero, ¿de verdad lo estaba?.

*Al día siguiente*:
Luna se encontraba desayunando en el comedor de la mansión, como todos los días.
Ámbar solía bajar a desayunar un poco mas tarde que su prima, ya que se demoraba un poco mas en elegir su atuendo y prepararse.
Se decidió por un conjunto de color blanco, que mostraba el cambio que había tomado su vida, ya había encontrado su camino y su atuendo demostraba pureza y bondad.

Se decidió por un conjunto de color blanco, que mostraba el cambio que había tomado su vida, ya había encontrado su camino y su atuendo demostraba pureza y bondad

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-Te ves muy bonita, oye.-dijo Luna al ver a su prima con su atuendo blanco.
-Gracias Luna, vos también te ves hermosa.-respondió Ámbar.
Luna sonrió y siguió bebiendo su café.

Luna solía usar muchos colores en su vestimenta porque reflejaban su personalidad divertida, soñadora y positiva

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Luna solía usar muchos colores en su vestimenta porque reflejaban su personalidad divertida, soñadora y positiva. Algo de lo que Ámbar fue aprendiendo con el tiempo.
-Oye.-dijo Luna comiendo una galletita.-Hoy podríamos ir a visitar a Simón al hospital para ver cómo está, ¿tu que dices?.
Ámbar pensó un momento.
-Si, obvio.-respondió la rubia.-vamos.
Las dos se pararon de la mesa y salieron corriendo a la salida. Luego llegó Mónica:
-¿A dónde van tan apuradas se puede saber?-las detuvo la madre de Luna.
-Vamos a ver a Simón al hospital, en un rato volvemos.-dijo Ámbar.
-Bueno, vuelvan temprano eh.-dijo Mónica.
-Si mama.-dijo Luna cansada. Adios.
-Chau Mónica.-dijo Ámbar dandole un beso en la mejilla.
Ambas adolescentes salieron de la mansión y le pidieron a Rey que las llevase al hospital.
-Por favor no me digas que el auto sigue descompuesto.-bromeó Ámbar.
-No señoritas, suban al auto.-respondió Rey.
Felices se metieron dentro del auto y Rey comenzó a conducir.
Ámbar estaba nerviosa y no sabía bien el porque.

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