Capítulo 36: Nuevos comienzos

470 17 4
                                    

Ámbar P.O.V:
-¡Pasa!- exclamé para que Emilia abriera la puerta y entrara.
Ella lo hizo, y al verme su expresión se torno preocupada.
No dijo nada, solo se sentó a mi lado en el piso.
Yo intentaba detener las lágrimas que salían de mis ojos, pero no podía.
-Ámbar mira, no te preguntaré si estas bien porque es más que obvio que no lo estás.-dijo Emilia mirándome a los ojos.
-¿Se nota mucho?-dije frotando mis ojos y riendo forzadamente para calmar mi llanto un poco. No me sorprendió que no funcionara.
Ella asintió y se acercó un poco más a mí.
-Te vi yéndote del festejo.-me dijo la mexicana.-Estabas llorando y supuse el porque apenas te ví. Ámbar, ¿Que pasó?
Respiré hondo y tragué saliva con fuerza.
No me sentía bien hablando de él después de lo que había pasado, pero sé que Emilia es una persona en la que puedo confiar y va a saber ayudarme.
-Simón y yo...cortamos.-dije con tristeza.
Emilia me abrazó.
Sus abrazos siempre me transmitían paz, cosa que necesitaba en el medio de este caos emocional. Por lo menos un rato.
-¿Te importa decirme cual fue el motivo?.-Preguntó Emilia separándose de mí.-Tal vez pueda ayudarte.
Lo pensé unos segundos.
-No le conté algo muy importante.-dije prácticamente al borde del llanto.
Emilia secó mis ojos.
-¿Y se puede saber que es eso?-me preguntó.
No le había contado nada sobre mi reciente embarazo, y tenía miedo de cual pudiera ser su reacción, ya que Emilia es una chica bastante...impulsiva, por decirlo de alguna manera.
-Estoy...-pude decir pero me frené.
Emilia se quedó mirándome esperando a que dijera algo.
Los nervios aparecieron en mi cuerpo y las lágrimas atacaron mis ojos. Hablar de esta situación me ponía muy sensible.
-¿Estas qué?-me dijo Emilia impaciente.
No debía seguir ocultándolo. Sabía que era el momento.
-Estoy embarazada.-afirmé finalmente mientras cerraba mis ojos.

Abrí uno de ellos y me encontré con Emilia cubriendo su boca con ambas manos.
Reí un poco por su expresión. Aunque a la vez estaba aterrada por lo que pudiera decir después.
-¿Cómo es que no me dijiste nada?.-Dijo por fin destapando su boca lentamente y alejando las manos de su rostro.
-Fue todo muy reciente.-dije.-No estaba lista para decírselo a nadie,ni a Simón. Y, siendo sincera, todavía me cuesta un poco. Todo esto es nuevo para mí, por favor entendeme.
Emilia entrecerró sus ojos cafés.
Pude ver emoción y alegría mezcladas en ellos.
Inmediatamente recibí un fuerte abrazo de su parte.
-¡Siempre quise ser tía!-dijo ella balanceándome de un lado al otro sin parar de abrazarme.
Lancé unas carcajadas.
-Te juro que Luna me dijo casi lo mismo.-dije.
Ella se separó del abrazó de una manera brusca y la miré confundida.
-¿Desde cuando esa chiquita va a ser la tía?-dijo Emilia fingiendo enojo pero en tono de broma.
-No le digas así.-dije riendo.
-Ay perdóname, pero cómo si tú no le dijeras así también Ámbar.-dijo Emilia.
-Eso fue antes, Emilia.-contesté.-ahora Luna me cae muchísimo mejor, la veo más madura. No sé.
-Como tu digas.-dijo Emilia en desacuerdo.-A mi sigue pareciéndome una chiquita malcriada e insoportable pero bueno, cada quien elige con quien relacionarse.
La miré seria pero luego ambas reímos sin razón.
Extrañaba reír.
Extrañaba sentirme bien conmigo misma.
Extrañaba a Emilia.

Nos quedamos un rato en silencio.
Comencé a pensar de nuevo en lo qué pasó con Simón y mi sonrisa desapareció.
La tristeza y nostalgia volvió.
A nadie extrañaba más que a Simón.
Lo necesitaba conmigo.
Solo deseaba volver el tiempo atrás para que nada de esto pasara y seguir junto a él. Pero era imposible.

-Emilia, ¿Vos crees que hice bien en dejarlo?.-le pregunté.
Emilia me miró y pensó en que responder unos segundos.
-Mira Ámbar.-dijo Emilia.-No creo ser una sabelotodo ni mucho menos, pero en mi opinión hiciste lo correcto.
-¿Vos decís?-dije insegura.-Porque me siento mal. Tengo este nudo en la garganta todo el tiempo. No se que hacer.
Emilia me abrazó por un lado, haciendo que apoyase mi cabeza en su hombro.
-Si, Ámbar.-respondió la mexicana con seguridad.-Me parece malísima onda de su parte que no haya confiado en ti, ya que tu le dijiste que ibas a contarle cuando fuera el momento adecuado y no te escuchó.
-Tenés razón.-dije pensativa.

Solos contra el mundo 🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora