Capítulo 45: Giros bruscos y reapariciones

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Un mes después...
*Simón P.O.V:*

-¿Entonces que es lo que sigue en la lista, bonita?-Pregunté con una mano sosteniendo el volante y con la otra la suya.
-Déjame ver...-respondió ella abriendo un papel con sus manos.-Lo último es la ropita. Mi parte favorita.
-¿A dónde quieres ir?-le consulté girando el volante para doblar.
-Acá cerca hay un negocio que vende ropa de bebé muy lindo.-me respondió señalando a la izquierda en el camino.
-Entendido.
Seguí conduciendo con su mano tomada a la mía.
Unos minutos más tarde llegamos a una  enorme tienda.
Ella desabrochó su cinturón con emoción e intentó bajar de mi auto.
-Voy a elegir la ropa, hago rápido.-dijo ella abriendo la puerta.
La detuve tomándola del brazo suavemente.
Ella volteó a verme cansada.
-Esta zona es muy peligrosa.
-No te preocupes, voy a estar adentro.-soltó moviendo su brazo suavemente para que lo soltara.
-No.-Insistí.-Yo voy.
Ella bufó y puso sus ojos en blanco.
Besé su mejilla y salí del auto.
-Quédate aquí, por favor.-le ordené y ella rodó los ojos otra vez.
-Si, señor.-respondió la rubia colocando una mano en su frente y fingiendo formalidad. Yo reí.
Rápidamente me adentré en el lugar.

Había ropa pequeña por todas partes.
Colores pasteles.
Osos de peluche.
Chupones.
Gorritos y mini zapatos.
Mis ojos se cristalizaron.
La felicidad por lo que iba a pasar me tenía así. Sensible.
-Buenos días, señor. ¿Que necesita?-me preguntó una vendedora qué pasó a mi lado.
-Quiero ver la ropa de bebé.
-Seguro.-contestó alegre.-¿Es niño o niña?
-Niña.-respondí.-A mi novia le gusta el rosado.
La mujer sonrió y me hizo una señal con su dedo índice para que la siguiera a una zona de la tienda.
Unos segundos después estaba rodeado de ropa rosada.
Una sonrisa apareció en mi rostro al toparme con un enterito de color rosa.
Me imaginé a mi futura niña con la prenda puesta y me emocioné.
-Me gusta esta.-Le dije a la vendedora y la tomó.
El precio no era tan elevado así que decidí escoger unos pequeños zapatitos rosados y un gorro lanudo que combinaran.
Se los entregué a la empleada y los llevó a la caja.
Yo la seguí para pagar las compras.
Así lo hice y tomé la bolsa con las pequeñas prendas.
Agradecí y salí de allí.

Sonreí cuando lo primero que ví al salir fue a mi compañera sentada sana y salva en el asiento acompañante de mi auto.
Estaba escuchando música con los auriculares puestos.
Tenía los ojos cerrados, y se podía decir que hasta se había quedado dormida.
Reí al verla. Se veía preciosa.
Entré al auto y ella seguía sumida en su profundo sueño.
Me limité a observarla durante unos segundos.
Cada rasgo de su rostro era perfecto.
Me acerqué a su oreja y susurré.
-Bonita.
Ella despertó lentamente.
Estiró sus extremidades, empujando mi rostro.
Luego relajó sus músculos y me miró.
No comprendía nada.
Se llevó las manos a la cara para refregar sus ojos azules.
Oí sus bostezos y sentí ternura.
Se quitó los audífonos y me miró a los ojos con seriedad.
Luego dirigió su mirada a la bolsa que llevaba en mis manos y se formó una pequeña sonrisa en su rostro.
-¿Que compraste al final?-Me preguntó volviendo a mirarme.
-Vélo tu misma.-dije dándole la bolsa y encendiendo el auto.
Ella abrió la bolsa curiosa y su boca literalmente formó una "o" cuando vió lo que había dentro.
Sonreí con su reacción.
Rápidamente, quitó las compras de la bolsa y comenzó a revisarlas de arriba a abajo.
Lo último que tomó fue el enterito rosado.
Hizo una mueca de ternura, mordiéndose el labio.
Se lo llevó a la zona del corazón y me miró con los ojos achinados, llenos de amor.
Emití una risa cuando se lanzó sobre mi para abrazarme y llenarme de pequeños besos la cara.
-Me encanta todo lo que compraste.-Luego se separó.-No sabía que tenías tan buen gusto, mi amor.

Ese "mi amor" provocó un sin fin de sensaciones bonitas en mi organismo.
Sonreí como idiota.

-Aprendí de la mejor.-solté con una sonrisa y ella se mordió el labio inferior mientras reprimía una sonrisa.
Tomé su mano y comencé a conducir.
-¿Falta algo en la lista?-le pregunté mientras mantenía presionado el pedal.
-No, no falta nada.-contestó revisando la hoja de papel.-Hicimos increíblemente rápido.
-Y eso nos deja hacer la última parada del día.-dije tomando otro camino diferente al que teníamos que seguir.
Ella me miró con confusión pero yo le sonreí por el espejo.
Unos pocos minutos pasaron antes de que estacionara mi auto en la puerta del Jam & Roller.
Ella vió por la ventana.
Volteó su cabeza con rapidez y una mueca de asombro.
Esta se transformó en una bella sonrisa en menos de dos segundos.
-En serio, gracias.-Me agradeció.
Beso mis labios por unos segundos.
Cuando separó los suyos de los míos, mis ojos seguían cerrados.
Vaya que disfrutaba el sabor dulce de su boca.
Los abrí y sonreí al encontrarme con sus faroles de color azul mirándome con pureza.
Ella era hermosa y yo era tan afortunado.
-No me agradezcas, bonita.-respondí sintiendo su respiración en mi rostro.-Es lo menos que puedo hacer por ti.
-¿Que estamos esperando?-espetó ansiosa y ambos bajamos del auto.
Rodeé mi brazo alrededor de sus hombros y la apegué a mi cuerpo.
Así, ingresamos al Roller.
Entramos y lo primero que cruzamos fue la cafetería.
La barra.
El escenario.
La nostalgia en mis ojos, también presente en los de ella.
Nos miramos, los dos con los ojos aguados.
Besé su cabeza y ella sonrió.
Seguimos caminando, juntos.
Entramos a la zona de la pista de patinaje.
Allí estaban. Nuestros amigos.
-¡Miren!-Gritó Delfi llamando la atención de sus compañeros.
Todos dejaron de patinar y voltearon a vernos.
Luna vino a la velocidad del rayo a abrazarnos.
Prácticamente se nos abalanzó encima y ambos reímos.
Tras ella, vino su novio. Y su mejor amigo.
-¿Como están?-dijo el italiano mientras chocábamos las manos en forma de saludo.-Hace mucho no los vemos.-Luego saludó a Ámbar.
-Si, pasó mucho tiempo.-agregó el argentino abrazando fuerte a mi novia y luego saludándome a mí.-¿Como está todo?
-Muy bien.-respondió la rubia a mi lado.-La beba está genial.
-Mi sobrinita hermosa.-dijo Luna haciendo voz de niña pequeña mientras sobaba la barriga de Ámbar con su mano.
-¿Como están ustedes?-Les pregunté a la pareja que se encontraba en frente nuestro.
Ambos, Luna y Matteo se miraron entre si.
Estaba más que claro que ya todo se había solucionado entre ellos dos.
-¿Es muy obvio?-preguntó Luna bromeando.
Todos carcajeamos.
-¿Y ustedes?-Preguntó Matteo señalándonos con su dedo, refiriéndose a nuestra relación.
-La verdad no podríamos estar mejor.-contesté riendo mientras abrazaba con firmeza a mi novia, quien me miraba feliz.
-¡Aww, me alegro tanto por ustedes!-exclamó Jazmín uniéndose a la conversación. Detrás de ella, se acercaron los demás.-¡Una fotito de la parejita!
La pelirroja nos apuntó con la cámara de su tablet y ambos posamos para la foto.
El flash nubló mis ojos.
Sentí a Ámbar tambalearse un poco.
-¿Estas bien?-le susurré al oído.
-Si, si. Estoy perfecta.-me respondió parándose correctamente y sonriéndome.
Solo lo dejé pasar.
-¡Que linda foto!-dijo Jazmín mirando la foto que acababa de tomar.-Va a hacerse viral en el Fab and Chic.
Reímos.

Solos contra el mundo 🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora