Capítulo 27: ¿Bendición?

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*Narrador Omnisciente*:
Simón se colocó sobre Ámbar y comenzó a besarla apasionadamente. Sus besos se desparramaron por el cuello de la rubia, a quien el placer la hacía emitir suaves gemidos con cada beso que tocaba su cuello.
Luego, los labios del mexicano volvieron a besar a los de Ámbar.
Simón se detuvo un momento y se quitó la camiseta. Ámbar se quedó observando enamorada el abdomen del mismo y luego continuó besándolo, todavía mas apasionadamente que antes.
El mexicano ayudo a Ámbar a quitarse su vestido, dejándola así en una sensual ropa interior de encaje. Simón observó la silueta de la rubia con lujuria y luego continuó besándola, así como también a todo su cuerpo.
Este, prosiguió a deshacerse de sus zapatos y pantalones, quedándose también en ropa interior.
La pasión llenaba el espacio. Sus cuerpos se encontraban moviéndose coordinadamente. Sonidos de placer se oían y el calor aumentaba cada vez más.
Simón decidió quitarle el sostén a Ámbar. Lentamente fue desabrochándolo, hasta que logró quitarlo. Continuó besando sus labios, así también como su cuello y sus pechos. La rubia emitía gemidos cada vez más fuertes.
Ambos se quitaron la parte inferior de su ropa interior, quedándose de esa manera completamente desnudos.
Simón empezó a realizar suaves movimientos sobre Ámbar, entrando en su intimidad lentamente. Aquellos lentos movimientos se fueron intensificando, y así también sus besos. La pasión cubría la habitación por completo. Sus cuerpos parecían encendidos en llamas, moviéndose de un lado al otro de forma coordinada.
-Te amo.-Decía Ámbar mientras sentía al mexicano entrar en ella.
En un momento, la argentina realizó un movimiento y se quedó sobre él, tomando de esa manera el control sobre la situación.
Esta comenzó a realizar suaves y profundos movimientos sobre Simón, llenando los dos cuerpos de un placer inexplicable.
La noche siguió de esa manera para ambos enamorados.
Eran las siete de la mañana cuando la acción terminó. Ambos se acostaron sobre las almohadas completamente exhaustos.
-Wow-pronunció la rubia.-Eso fue...tan...
-Increíble.-terminó la oración Simón mirando hacia donde estaba ella.
-Esa es la palabra exacta.-dijo Ámbar con su respiración agitada.
-Me alegra muchísimo por fin estar contigo.-dijo Simón volteando su cuerpo hacia Ámbar.-Luchar por ti valió la pena. Nunca me separaré de tu lado otra vez.
-Yo también estoy feliz por estar con vos,mi amor.-dijo Ámbar antes de besarlo.-Y yo tampoco pienso separarme de vos otra vez, no podría soportar la distancia.
-Voy a vestirme, bonita.-Dijo Simón acariciando el rostro de su novia.
-Si yo también, antes de que lleguen mi abuelo y los Valente.-Respondió la rubia levantándose mientras se cubría el cuerpo desnudo con una sábana.
-Oye, ¿Por que te cubres? Como si no hubiera visto tu maravilloso cuerpo ya.-Bromeó el mexicano.
-Shh, cállate- Dijo la rubia en voz baja mientras tomaba un almohadón del sofá y se lo lanzaba directo al rostro.
Simón rió ante su reacción y Ámbar rodó los ojos antes de dirigirse a su cuarto a ponerse ropa.
Cuando volvió al patio para buscar a Simón vio que no estaba allí.
Se dirigió a la cocina para buscar algo para desayunar.
-Te ves hermosa.-dijo una voz detrás suyo.
Al darse vuelta vió a su nuevo novio y sonrió.
-No tanto como vos.-respondió Ámbar rodeando sus brazos alrededor del cuello de Simón y besando sus labios lentamente.
Al oír la puerta principal abrirse y las voces de los Valente, estos se separaron.
Ambos salieron de la cocina para saludar a la familia.
Al verlos juntos, Luna entrecerró sus ojos y levantó sus cejas mientras sonreía pícaramente.
La pareja rió ante la expresión de la mexicana.
-Hola, Simón.-dijo Mónica saludando al amigo de su hija.-Perdón que no puedo prepararles el desayuno, es que necesito dormir inmediatamente.
-Si, definitivamente yo también.-dijo el señor Alfredo dirigiéndose a su cuarto. Miguel hizo lo mismo luego de saludar a Simón.
-No te preocupes, Mónica.-contestó Simón.-Yo igual ya me iba.
Mónica asintió y se retiró a su habitación.
-¿No te queres quedar un rato más?-insistió la rubia para que se quedase.
-Sabes que me encantaría, bonita. Pero necesito dormir un poco porque en unas horas tengo que ir a trabajar al Jam & Roller.
-Esta bien, mi amor.-respondió Ámbar.-En un rato nos vemos.
-Claro que si.-dijo el mexicano besando a la rubia en la mejilla antes de irse.-Nos vemos chicas.
Cuando Simón se fue de la mansión, Ámbar se volteó para subir las escaleras pero se encontró con Luna, quien la miraba con una gran sonrisa.
-¿Que pasó? ¿Porque la sonrisita?-intentó disimular la rubia.
-No, nada que...me pareció escuchar apodos como "bonita", "mi amor" y más.-dijo Luna mientras caminaba de aquí para allá.-¿Acaso finalmente están juntos?
Ámbar trago saliva nerviosa.
-Si, esta bien. Estamos juntos.-contestó Ámbar.
Luna comenzó a aplaudir mientras gritaba de felicidad.
-Aww, ¡los felicito!-exclamó abrazando a su prima mayor.-Ya no puedo esperar a ser tía.
-¿De que hablas?-Preguntó la rubia separándose de Luna.
-Era una broma, todavía falta mucho para eso, ¿cierto?-dijo Luna.
Ámbar recordó que no habían utilizado protección alguna.
¿Y si quedara embarazada?
¿Que haría con un bebe?
¿Como se tomaría Simón la noticia?
Pensaba en que era muy joven para tener hijos.
¿Y si no estaba preparada aún?
La cabeza de Ámbar comenzó a dar vueltas.
-¡Ámbar! ¿Te encuentras bien?-Preguntó Luna preocupada tocando con su mano la frente de su prima.
La vista de Ámbar recuperó un poco la definición.
-Si, estoy...bien.-dijo Ámbar aún recuperándose.
-Ven, siéntate aquí.-dijo Luna llevando a Ámbar hacia una silla y sentándola allí.-¿Que te pasa? Cuando bromeé sobre un bebé te pusiste como loca. No entiendo, ¿estas embarazada?
Ámbar miró a Luna sin poder descifrar lo que estaba sucediendo.
-Yo...no lo se, no estoy segura.-respondió la rubia dudando.
-¿No usaron...tu sabes?-Preguntó Luna tímidamente.
-No.-dijo Ámbar con decepción.
Luna de tomó la cabeza.
-Tienes que hacerte un test de embarazo, Ámbar.-dijo Luna.-Tenemos que saber si estas realmente embarazada.
-Si, tenes razón Luna, solo que...-dijo Ámbar.
-¿Que, qué?-preguntó Luna.
-Tengo mucho miedo.-dijo Ámbar al borde del llanto.-¿Y si no estoy realmente preparada para enfrentar un embarazo y más que nada cuidar de una bendición?¿Y si después de contarle que estoy embarazada Simón no me quiere ver más?
-Eso no va a pasar.-contestó la mexicana.-Mira, conozco perfectamente a Simón y él no sería capaz de alejarse de ti por un bebe. Es más, estoy segura de que estará muy emocionado con la noticia.
-Eso espero.-dijo Ámbar con preocupación.-Siempre quise formar una familia con él, sería un sueño hecho realidad. Pero no se si quiero que esto suceda ahora, somos muy jóvenes para tanta responsabilidad.
-Lo se, Ámbar.-dijo Luna abrazando a su prima.-Pero si llegas a estar embarazada, prometo ayudarte con el bebé. Matteo también lo hará y Simón va a estar feliz contigo. Todo va a salir bien.
Ámbar abrazó a Luna con fuerza.
-Bueno.-dijo Ámbar separándose del abrazo y secando un poco sus ojos.-Ahora tengo que ir a comprar un test de embarazo.
-Si quieres te acompaño.-se ofreció Luna.-Aprovechemos que mis papas y el abuelo duermen.
-Si, gracias Luna.-contestó Ámbar.
Ambas adolescentes salieron de la mansión.
Regresaron más tarde con el test de embarazo.
-¿Estas lista?.-preguntó Luna ansiosa.
-Si, lo estoy.-contestó la rubia y se dirigió al baño mientras su prima aguardaba afuera del mismo.
Ámbar siguió el procedimiento del test. Cuando acabó, salió de baño sin todavía haber visto el resultado.
-¿Y?-Preguntó la mexicana con inquietud.-¿Estás embarazada?.
-¡¿Embarazada?!-preguntó una voz detrás de las chicas.
Las dos se voltearon y se encontraron con Mónica, quien estaba parada enfrente suyo con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-No es lo que parece, Mónica.-dijo Ámbar nerviosa con un nudo en su garganta.
-Mamá, por favor no digas nada de esto a nadie.-suplicó Luna dirigiéndose a su madre.
-Claro que no voy a decir nada.-dijo Mónica.-Ámbar, ¿de verdad estás embarazada?.
La rubia trago saliva.
-No lo sé, Mónica.-dijo Ámbar mirando el test.-Acá tengo el resultado, pero todavía no lo ví.
-¿Y que estás esperando?-dijo Mónica ansiosa.
Ámbar se quedo pensando sin quitar su vista del test de embarazo. Luego miró a las mexicanas.
-No se si estoy lista.-dijo con su voz frágil.-Tengo...mucho miedo.
Mónica se acercó a ella con una cálida sonrisa y acarició su rostro.
-Ámbar, cariño, no te preocupes.-dijo Mónica.-Nosotras vamos a estar contigo siempre. Te ayudaremos en lo que necesites y te apoyaremos cualquiera sea tu decisión.
Ámbar soltó varias lágrimas y abrazó a Luna y a Mónica.
Luego de separarse, la rubia suspiró lentamente.
-¿Lista?-preguntó Luna.
Ámbar pensó un segundo.
-Si.-respondió.-Estoy lista.
Acto seguido revisó el test de embarazo.
-¿Que dice?-Preguntó Luna ansiosa.
Ámbar abrió sus ojos como platos. Miró a Luna.

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