Capítulo 31: Dolor en el pecho y viejas amistades.

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Sofía Arias Carson:

*Narrador Omnisciente*:-¿Como estas? Paso tanto tiempo desde la ultima vez que te vi

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*Narrador Omnisciente*:
-¿Como estas? Paso tanto tiempo desde la ultima vez que te vi.-dijo Sofía mirando a Simón, ignorando el hecho de que Ámbar se encontraba en la sala.
-Muy bien, ¿y tu?.-Preguntó el mexicano sonriente.
-Perfectamente.-contestó la morena segura de si.-Ahora estudio en una de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos, a donde me mude después de que viniste a Argentina.
-¿Y que haces aquí en Argentina?-dijo Simón intrigado.
-¿Acaso no puedo venir a visitar a mi mexicano favorito?-Dijo Sofía acercándose a él y acariciando su rostro.-Además, cuando me enteré de que habías entrado en el hospital, inmediatamente decidí que quería visitarte.
-Espera,no entiendo.-dijo Simón confundido.-¿Como supiste que estaba en el hospital?.
-Tengo mis contactos.-respondió Sofía apoyando su barbilla en su mano. Simón sonrió.
Ámbar, quien había estado allí todo ese tiempo, miró a Simón con una mirada fulminante, algo que llego hasta el pecho del mismo y lo hizo tragar saliva. Estaba más que claro que Ámbar no estaba para nada satisfecha con la llegada de la hermosa morena.
-Sofi, te presento a mi novia. Ella es Ámbar.-dijo Simón señalando a la rubia con la mano.
Sofía volteó su cuerpo y vió a Ámbar allí parada, con los brazos cruzados y el ceño medio fruncido.
-Oh, hola chiquita.-dijo la morena acercándose a Ámbar.-No me había dado cuenta de que estabas aquí. Mucho gusto.
Sofía tendió su mano para saludarla pero en vez de responder con un saludo, Ámbar la miró a los ojos con total disgusto. Luego posó los mismos en la mano de Sofía.
-Después te veo.-dijo Ámbar molesta dirigiéndose a la puerta y mirando a Simón, quien estaba algo desconcertado pero sabía que existían celos por su parte.
-¡Espera, bonita!-exclamó el mexicano.-¿Que era lo que querías decirme antes?.
Ámbar intentó contener las lágrimas respirando hondo.
-...Nada, no era nada importante.-contestó con un nudo en la garganta.
-¿Segura?-preguntó Simón con preocupación.
-S-si.-tartamudeó la rubia.-Ustedes sigan...disfrutando.
Ámbar se retiró de la sala dando un portazo.
Simón notó su enojo y eso lo preocupó mucho.
-Al parecer no le caigo muy bien a tu noviecita.-dijo Sofía rodando los ojos.
-No entiendo que le pasa.-dijo Simón.-En cuanto pueda salir de aquí iré directo a platicar con ella. Es lo más importante que tengo, de verdad me moriría si llego a perderla otra vez.
-Déjala, Simón.-dijo Sofía acariciando la pierna del mexicano.-Ya se le va a pasar, vos sabes como somos las mujeres. A veces exageramos un poco.
Simón ignoró el comentario de la morena y se quedó pensando en Ámbar. La tristeza y la preocupación le invadían el cuerpo.
¿Que le podía estar pasando?.

Ámbar salió corriendo del hospital.
Nuevamente, no sabía con exactitud hacia donde se estaba dirigiendo. Solo necesitaba despejarse un poco, de todo.
Simón.
Su amado.
Quien le dijo que era la única mujer en el universo que le hizo sentir cosas increíbles.
¿Estaría verdaderamente enamorado de ella solamente? ¿O tal vez Sofía le atraía un poco?.
La sangre le hervía de la furia a la rubia.
Para ella, el mexicano era la primera y única opción.
Jamás había amado tanto a un ser humano como lo hacía con él.
Pensaba que su amor era único, y que nada ni nadie los separaría nunca.
Pero ya dudaba en si lo que pensaba era verdad o solo ocurría en cuentos de hadas.

Solos contra el mundo 🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora