"ᴄᴏᴍᴏ ᴘᴜᴇᴅᴇs ʜᴀʙʟᴀʀ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ, sɪ ᴇsᴛᴀs ʟʟᴇɴᴀ ᴅᴇ ᴏᴅɪᴏ."
Increíble como aquellas palabras pudieron herir tanto a la rubia, quien no estaba segura si fue por lo que dijo o por quien lo dijo.
Aún dolía.
Dolía muchísimo.
Dolía porque esas hirientes pala...
*Narrador Omnisciente*: Pasaron varios días. Ámbar visitó a Simón en el hospital cada uno de aquellos días. La pasaban extremadamente bien, ya que conversaban y comían allí dentro. Hasta que un día... Ámbar despertó con el presentimiento de que iba a ser un gran día, pero no sabía el porque. Decidió ponerse un conjunto hermoso. Una remera manga larga con flores y unos jeans.
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Luego bajó las escaleras para desayunar y se encontró con Luna y Mónica en la mesa del comedor. Estas ya tenían el desayuno preparado. -Buenos días.-Dijo Ámbar sentándose en una silla al lado de du prima. -Hola Ámbar.-Dijo Luna besando su mejilla. -Buenos días, Ámbar.-Dijo Mónica.-¿Amaneciste bien?. -Si, más que bien.-respondió la rubia con felicidad.-No se porque pero hoy me desperté más alegre que nunca. -Me alegra mucho por ti.-dijo Mónica tomando la mano de Ámbar.-Y, dime, ¿que piensas hacer hoy?. -Supongo que voy a visitar a Simón al hospital, como todos los días. -Ah, sobre eso Ámbar.-Dijo Luna apoyando sus cubiertos sobre su plato. -¿Que pasó, Luna?-dijo Ámbar con sus ojos abiertos.-Me están asustando. -No, cariño relájate.-Dijo Mónica calmándola.-No es nada malo. -Si, de hecho, creo que la noticia te va a gustar mucho.-añadió Luna con una sonrisita. -Bueno, decime que es lo qué pasó.-dijo Ámbar impaciente. -Esta bien. Lo qué pasó fue que ¡Simón ya salió del hospital!.-Exclamó Luna muy emocionada.-Esta en su casa reposando. Me dijo que hoy iba a venir a la mansión a la tarde. Los ojos azules de Ámbar se humedecieron y una sonrisa grande apareció en su carita. No salían palabras de su boca, estaba demasiado emocionada y feliz. Su prima la abrazó fuerte
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Al terminar de desayunar, a Ámbar se le ocurrió una idea. Decidió salir de la mansión a comprar cosas para celebrar con Simón su salida del hospital. Luna se ofreció a acompañarla a comprar las cosas y también a ayudarla a preparar la sorpresa. Cuando llegaron a la mansión, solo faltaban dos horas para que Simón llegara a la misma. -¡Hay que apresurarnos!-exclamó Luna mientras sacaba las compras de las bolsas.-¡Simón llegará en dos horas!. Ámbar y Luna comenzaron a preparar la sorpresa para el mexicano. Terminaron justo veinte minutos antes de que Simón llegara a la mansión. -Se ve precioso.-dijo Ámbar emocionada mientras observaba lo que habían hecho con su prima.
