Capítulo 29: Mi culpa

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-Se desmayó.-respondió Ámbar con la voz entrecortada por el nudo que se hallaba en su garganta.
Luna estaba muda.
-No pudimos despertarlo.-comenzó a contar Nico.-Estábamos en el loft preparando el desayuno, como siempre. En eso Simón empezó a decir que le dolía mucho la cabeza. Nos pareció algo raro, ya que eran las siete de la mañana y recién nos despertábamos. Le dijimos que se tome un calmante del dolor y el lo hizo, pero...-Hizo una pausa y sus ojos se humedecieron.-De la nada se cayó al piso.
-Los dos fuimos corriendo a reanimarlo.-Siguió relatando Pedro.-Le tocamos el pecho y le medimos las pulsaciones, pero nada. Después de eso llamamos a la ambulancia y se lo llevaron ahí, otra vez.
Ámbar comenzó a llorar desconsoladamente y Nico la abrazó con fuerza mientras Pedro acariciaba su cabello.
Luna respiró hondo, intentando evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.
-¿Y le dijeron a Juliana sobre lo qué pasó?-preguntó esta.
Ambos, Nico y Pedro, negaron con la cabeza.
Ámbar se separó de ellos con sus ojos rojos y llenos de lágrimas.
-¿Como que no le dijeron?-Preguntó la rubia con furia y tristeza a la vez.-¡Deben decirle!.
-Si, lo sabemos pero...no queríamos poner en una situación complicada a Juliana...-dijo Nico con culpa.-Ella esta muy ocupada con todo lo de la competencia, los entrenamientos y...pensamos que no era necesario darle otra carga más.
-¿Ustedes creen que una competencia de patinaje es más importante que la salud de un amigo?-preguntó Ámbar con indignación
-No, Ámbar, obviamente que no pero creímos que no era necesario que ella lo sepa.
-Bueno, déjenme decirles que se equivocaron.-dijo Luna enojada.-La vida de Simón puede estar peligrando en este momento y la responsable del equipo no lo sabe. Entiendan que la familia de Simón esta en mexico, lo que quiere decir que no tiene adultos responsables que puedan ayudarlo en casos como este.
Nico y Pedro miraron al suelo por unos segundos y luego miraron a Luna y Ámbar como diciendo que tenía la razón.
-Vamos a decirle a Juliana.-dijo Ámbar.
Los cuatro se dirigieron a la entrenadora, la cual estaba ensayando la coreografía para competencia con el equipo.
-Juliana, tenemos que decirte algo...-dijo Luna agitada.
-Si, saben que yo también tengo algo para decirles...¿Se puede saber en donde estaban? Llegan veinte minutos tarde al entrenamiento.-dijo Juliana mirando su reloj furiosa.-Espero que esto no vuelva a pasar, por que si no quedan fuera del equipo.
-Juliana, perdónanos.-dijo Nico.
-Si, prometemos llegar temprano siempre.-agregó Pedro.
-Esta bien, pero, ¿Que es lo que querían decirme?.
Nudos de dolor y tristeza aparecieron en las gargantas de Ámbar y Luna.
-Juliana, lo qué pasó fue que, Simón...-dijo Luna con la voz entrecortada y realizando una pausa para no llorar.-Simón está en el hospital.
-¿Cómo?¿Otra vez?-preguntó Juliana asustada.-¿Pero que le pasó?.
Los integrantes del equipo del Jam & Roller se acercaron preocupados a ellos al oír lo que había pasado.
También lo hicieron Ramiro y Emilia, quienes recién habían entrado en la pista.
-¿Como que Simón esta en el hospital?-preguntó Ramiro triste.
-Si, lo qué pasó fue que hoy a la mañana se desmayó.-dijo Ámbar haciendo un esfuerzo sobrehumano para no romperse en llanto.
Los del Roller comenzaron a preocuparse cada vez más.
-¿Cómo se desmayó?-Preguntó Matteo.
-No sabemos.-dijo Pedro.
-Lo único que sabemos es que hoy a la mañana se levantó con mucho dolor de cabeza.-dijo Nico con la voz entrecortada.
-¿Pero no le dieron una pastilla para el dolor de cabeza?.-preguntó Gastón.
-Si, se la dimos, y funcionó al principio pero después de la nada se cayó al piso.-dijo Pedro.
-¿Le tomaron las pulsaciones?-Preguntó Juliana nerviosa.
-Si, lo hicimos. Y no sentimos nada.-respondió Nico con sus ojos húmedos.
-Y todo es culpa de Ámbar.-dijo Jazmín con sus brazos cruzados y una mirada juzgadora.
Todos voltearon a mirar a la rubia, quien no decía nada para no llorar.
-¿De que hablas, Jazmín? ¡Ámbar no hizo nada!-La defendió Luna.
-Si, Jazmín.-dijo Emilia abrazando a su amiga.-Deja de culpar a Ámbar en cosas que no tienen nada que ver. Eres patética.
-¿Yo soy la patética? No me hagan reír. Si no fuera por ella-dijo Jazmín señalando a Ámbar.-Benicio no hubiera golpeado a Simón en la cabeza y nada de esto hubiera pasado.
-Jazmín, lo que decís no tiene sentido.-dijo Yam.
-Además, ¿Que tiene que ver el golpe de Benicio con el desmayo de hoy?-dijo Nico.
-Chicos, es lógico.-Dijo Jazmín.-El que se haya desmayado hoy está totalmente relacionado con el golpe que le dió Benicio la otra vez.
-Y eso es así, porque...-dijo Nina.
-Porque el desmayo es una clara secuela del golpe fuerte.-explicó Jazmín.-Sería muy raro que se haya desmayado si no hubiera habido un impacto en su organismo anteriormente.
-Eso no quiere decir que haya sido culpa de Ámbar.-dijo Luna abrazando a su prima.
-¡Bueno, chicos!-Exclamó Juliana previniendo una posible pelea.-Ahora vamos a ir al hospital a visitar a Simón. Vamos a necesitar varios autos.
-Yo llevo a Luna, Ámbar y Gastón.-se ofreció Matteo.
-Muy bien.-dijo Juliana.
-Gracias, chico fresa.-dijo Luna abrazando a su novio.
-No me agradezcas, Chica delivery.-respondió el italiano besando la cabeza de Luna.-Ámbar, ¿vos estas bien?.
-Si...-respondió la rubia secando sus ojos.-Si, estoy bien. Ya sufrí demasiado en mi vida como para llorar por estas cosas. Así que...
Lágrimas comenzaron a resbalar por las mejillas de Ámbar inevitablemente.
-Ven aquí.-dijo Matteo atrayendo a su ex-novia hacia él y uniéndola a Luna también.
-Ámbar, estoy seguro de que Simón se va a recuperar. Fue solo un desmayo, le puede pasar a cualquiera.-dijo Gastón secando las lágrimas de Ámbar.
-Gracias, chicos. La verdad no se que haría si ustedes no estuvieran conmigo.-dijo Ámbar mostrando sincero agradecimiento.
Los cuatro se dieron un corto abrazo de amistad verdadera.
Al oír la orden de Juliana de que partían hacia el hospital, estos se separaron del abrazo y salieron del Roller.
Acto seguido, se subieron al auto de Matteo. En el asiento acompañante se encontraba Luna y detrás estaban Gastón y Ámbar.
El viaje fue corto y mayormente silencioso, a excepción de algunos comentarios de Luna y respuestas de Matteo a los mismos.
Al llegar, Ámbar comenzó a sentir náuseas.
-¿Estás bien?-Preguntó Gastón?
-Si, estoy bien.-dijo Ámbar disimulando las ganas de vomitar.-¿por que?.
-Porque estas muy pálida.-contestó el argentino preocupado.
-Ámbar, ¿necesitas algo?-Preguntó Luna.
-No, chicos, tranquilos estoy bien.-respondió Ámbar queriendo parecer calmada.
Al bajar del auto, la rubia no pudo contenerse y vomitó en la vereda del hospital.
Ambos, Matteo y Gastón se quedaron sorprendidos. En cambio, Luna estaba mas que nada preocupada por que pudieran descubrir su embarazo.
-¿Comiste algo que te cayó mal?-Preguntó Matteo mirando el vomito en el suelo.
Luna y Ámbar suspiraron de alivio.
-Si, debió ser eso.-dijo la rubia.-Ahora entremos.
Los cuatro ingresaron al hospital y allí encontraron a todos sus amigos.
-Por fin llegan.-dijo Delfi.
-Hace diez minutos que los esperamos, ¿que pasó?.-Preguntó Pedro.
-No pasó nada.-contestó Ámbar.-Solo había mucho tránsito.
-Bueno, chicos.-dijo Juliana acercándose al grupo.-Cuando los doctores terminen de revisar a Simón vamos a poder ingresar para verlo.
Todos los presentes sonrieron de alegría. Ámbar en cambio, no pudo evitar que lágrimas de felicidad y a la vez de temor brotaran de sus ojos. De repente, sintió como una mano limpiaba las lágrimas.
-No te preocupes, va a estar bien.-dijo Emilia abrazándola.
Pasaron minutos y horas hasta que finalmente los integrantes del equipo pudieron entrar a ver a su amigo.
Todos ingresaron a la sala, donde se encontraba el mexicano, esta vez despierto e inmensamente feliz de ver a todos sus amigos.
Buscó con la mirada a su novia, pero al no verla su sonrisa se desvaneció un poco.
Luna salió de la sala un momento y vió a Ámbar sentada en una silla afuera de la misma. Se veía triste.
-¿Que pasa, Ámbar?-dijo Luna sentándose a su lado.-¿Por que no vienes? Simón esta despierto y te busca.
Ámbar suspiró.
-Jazmín tiene razón.-dijo.
-¿Que?-Preguntó Luna desconcertada.
-Es todo mi culpa.-dijo Ámbar frotándose sus ojos.-Si no fuera por mí, Simón no hubiera ingresado al hospital dos veces consecutivas.
-Ámbar,¿Que dices?¿Estás Loca?.-dijo Luna sin poder creer lo que había oído.-Eres una persona increíble y hermosa por dentro y por fuera. No sería una novedad que tuvieras varios chicos detrás tuyo. A lo que quiero llegar es que no es tu culpa que Benicio y Simón hayan peleado y mucho menos lo es que Simón haya entrado en el hospital. No le hagas caso a las tonterías de Jazmín, tiene celos de ti y además nunca fue muy buena expresándose. Ámbar, Simón te ama como a nadie en el mundo y necesita verte. No dejes que comentarios de personas que no entienden nada de tu vida ni de lo que has pasado te tiren abajo. Eres maravillosa, nunca lo olvides.
Ámbar comenzó a llorar y sin ocultar sus lágrimas abrazó a su prima con mucha fuerza.
-Te amo Luna.-dijo Ámbar separándose de ella.
-Yo también,Ámbar. Bueno, ahora entra ahí y ve al amor de tu vida niña.-dijo Luna sonriendo mientras secaba los ojos de la rubia.
-Gracias Luna.-Le agradeció Ámbar mientras ambas se dirigían a la puerta de la sala.
-No me agradezcas, somos amigas.-respondió la mexicana.
Al ingresar en la sala, Ámbar vio a Simón hablando y riendo junto con Nico, Pedro, Gastón y Matteo. Una sonrisa hermosa se formó en el rostro de la rubia.
-Simón...-dijo con una tímida sonrisa.
Simón dejó de hablar con sus amigos para ver quien lo estaba llamando.
Al ver a su novia, los ojos del mexicano se iluminaron completamente.

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