Solos contra el mundo 🖤

Capítulo 22: Despierta

*Narrador Omnisciente*:
Ámbar comenzó a sentirse nerviosa, y lo peor era que no sabía el porque.
¿Sera porqué no estaba lista para verlo aún?
¿Sentiría culpa por lo sucedido?
Ámbar comenzó a inquietarse. Luna y Rey lo notaron.
-¿Se siente bien señorita Ámbar?-preguntó Rey sin quitar su vista del camino?
-Si, Rey-contestó Ámbar.-Sólo siento un poco de náuseas, eso es todo.
Rey presionó un botón para abrir un poco la ventanilla de la rubia. Esta suspiró de alivio cuando sintió la brisa en su rostro.
-Oye.-dijo Luna tomando la mano de su prima.-Todo va a estar bien, no te asustes.
-No estoy asustada.-mintió Ámbar.-Nada más fueron náuseas, ahora estoy mejor.
Luna sonrió y abrazó a su prima, quien le devolvió el abrazo.
-Mantén la calma, ¿si?-dijo Luna.-Seguramente Simón esta más que bien, ya verás.
Ámbar asintió, pero no se encontraba del todo segura.
-Llegamos chicas.-dijo Rey estacionando su auto para que Ámbar y Luna pudieran bajar del mismo.
-Gracias, Rey-dijeron las adolescentes al unísono.
Ambas salieron del vehículo y Rey se fue.
-¿Lista?-dijo Luna tomando la mano de Ámbar con fuerza.
La rubia inhaló y exhaló lentamente.
-Siempre.- respondió segura de sí. Luna sonrió y entraron al hospital.
Se acercaron a una enfermera.
-Hola, queríamos ver a Simón Álvarez.-dijo Luna.
-Buenos días señoritas. El señor Álvarez esta en la segunda puerta a la derecha. Lamentablemente todavía no se despertó del desmayo. El golpe fue demasiado fuerte y no ha vuelto a consciencia. Igualmente pueden visitarlo.
Un nudo se apoderó de la garganta de las chicas. Especialmente de Ámbar, quien consideraba la posibilidad de no volver a hablar con el amor de su vida.
-G-gracias.-dijo Ámbar intentando hablar.
Las dos se dirigieron a la sala donde se hallaba el mexicano.
Luna estaba devastada, pero aún así no perdía la fe en que su amigo despertaría.
Por su parte, Ámbar tenía un temor inmenso y un frío insoportable yacía en su pecho. No podría soportar perderlo. No podría vivir sabiendo que la persona a la cual ama se había ido.
Luna tomo la mano de Ámbar firmemente y las dos entraron en la sala de una vez por todas.
Vieron a Simón, recostado en una camilla, con un respirador en su rostro.
Los ojos azules de Ámbar se llenaron de lágrimas. Luna suspiró de tristeza y se acercó a su amigo. Acarició su cabeza y beso su frente. Una lágrima de la mexicana cayó sobre la mejilla de Simón.
-Por favor.-dijo Luna llorando.-no me dejes. No nos dejes a nosotras. Te queremos mucho. Por favor, hazlo por todo lo que vivimos juntos, se fuerte.
La mexicana tomó la mano de Simón y dirigió su vista hacia el cielo, pidiendo que despertara.
Ámbar se sentó en una silla de la sala y se tomó la cabeza frustrada. Lágrimas pesadas caían de sus ojos.
Luna se alejó de su amigo y se dirigió a Ámbar.
-Va a estar bien.-dijo Luna limpiando su mejilla.
-¿Y si no despierta?-dijo Ámbar levantándose de su asiento decepcionada.-¿Que voy a hacer entonces?.
Luna soltó una que otra lágrima más.
-No lo se Ámbar. Por ahora tenemos que...ser fuertes y pensar que va a poder despertar. La fe es lo último que se pierde.
-Ya lo se Luna pero...-dijo Ámbar derramando lágrima tras lágrima.-...me cuesta mucho pensar que va a volver a estar consciente, fue un golpe muy fuerte, en la cabeza, y...
Luna la interrumpió:
-Ámbar, piensa positivo. Quizá Simón esté escuchándonos y pueda ser lo suficientemente fuerte como para despertar. Hay que pensar que todo esto va a pasar y solo va a quedar como una anécdota. Ten fe Ámbar.
La rubia se quedo pensando en lo que le dijo Luna y asintió.
Las dos se abrazaron.
-Bueno, los dejo solos.-dijo Luna retirándose de la sala.
-Gracias.-dijo Ámbar antes de que su prima cierre la puerta.-Por todo.
-No tienes que agradecerme, somos familia.
Ámbar sonrió y Luna cerró la puerta.
La rubia volteó a ver a Simón y se acercó a donde estaba la camilla. Se arrodilló en el piso, al lado de Simón y comenzó a acariciar su moreno cabello y sus mejillas, que seguían rosadas. Luego comenzó a hablarle:

-Hola, mi amor. Soy yo, Ámbar. Te extraño mucho. Me cuesta demasiado no tenerte a mi lado todos los días. Pasamos muchas cosas juntos, nos peleamos, nos arreglamos, nos besamos, nos mimamos, nos amamos, nos distanciamos, nos volvimos a encontrar. A pesar de todo lo que paso entre vos y yo, nunca deje de amarte como jamás lo hice con nadie en toda mi vida. Vos me enseñaste la importancia de el amor verdadero. Me mostraste el camino correcto y me guiaste en mi cambio. Nunca me van a alcanzar las palabras para agradecerte todo lo que hiciste por mi y tampoco para decirte lo mucho que significa tu presencia en mi vida. Me haces una mejor persona, todos los días aprendo algo de vos. Tenes un corazón inmenso, sos de las personas más puras que pueden existir en este mundo. No es justo que te pase esto a vos. Tenes mucho para dar, sos una persona increíble, luchadora, bondadosa. Siempre me ayudaste, me entendiste, me escuchaste. Tu sonrisa hermosa ilumina cada uno de mis días. No podría haber logrado muchas de las cosas que logré sin tu ayuda, y estoy inmensamente agradecida de que hayas aparecido en mi vida. Deseo desde lo más profundo de mi corazón que despiertes, quiero volver a estar con vos. No puedo imaginar una vida sin tu sonrisa, tu mirada, tus canciones, sin tus consejos, sin tus besos. No soy capaz de imaginar un futuro sin vos a mi lado. Lo que más quiero en este mundo es que estemos juntos. Quiero despertarme a tu lado todos los días, quiero que mis futuros hijos lleven tu apellido, quiero tener la oportunidad de conocerte mejor, de crear nuevos recuerdos con vos. Quiero volver a besarte, a sentirte, a tenerte. Me hiciste la mujer mas feliz del universo,me enseñaste a amar y a sentir de verdad, y nunca te voy a olvidar, pase lo que pase. Te amó Simon. Hoy y siempre.

Ámbar derramó lágrimas y depositó delicados besos sobre los labios del mexicano. Luego apoyó su cabeza en la camilla, rodeada por sus brazos y comenzó a llorar. No sabía que hacer. Sentía que no había esperanza.
Permaneció así unos minutos, hasta que de repente sintió una mano cariñosa acariciando su cabeza.
Levantó la misma y lo que vió la sorprendió.

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