Solos contra el mundo 🖤

Capítulo 50: Cumpleaños feliz

Luna condujo a Simón hasta su cuarto.

La mexicana comenzó a revolver enérgicamente sus cajones con ambas manos.

-¿Que buscas?-preguntó él.

-Mi laptop...me pareció haberla dejado por aquí.-respondió Luna mientras husmeaba entre sus accesorios.

Simón comenzó a buscar en otros sectores de la habitación.

Tomó uno de los cojines con su mano y rió.

-¿Que pasa?-dijo Luna volteándose para verlo.

Simón alzó la laptop que tanto buscaba su amiga y soltó una carcajada.

Luna cerró los cajones y se acercó a el mordiéndose el labio mientras contenía la risa.

-Luna, eres la niña mas despistada que conocí.-dijo el mexicano al mismo tiempo que intentaba detener la risa.

-¿Acaso crees que no lo sé?- contestó ella con el ceño fruncido mientras abría la computadora portátil.-Como sea, creo que tengo una idea perfecta para hacer del cumpleaños de Ámbar un día inolvidable para ella.-dijo la joven con completa seguridad.

-A ver, dígame.

Ambos jóvenes se arrodillaron en el piso y apoyaron el aparato sobre la cama de Luna para ver.

Luna presionó varias teclas de la laptop hasta que abrió una fotografía de una mujer.

Miró a Simón, quien observaba el rostro que la pantalla le dejaba ver, sin descifrar de quien se trataba.

Era una mujer, joven, con cabello castaño y ojos claros. Lucía de unos treinta y tantos años de edad y la foto la dejaba ver sonriente, en primer plano.

-No entiendo, Luna. ¿Quien es ella?-preguntó él confuso.

-Ella es...la madre de...-Luna balbuceaba y parpadeaba repetidas veces de los nervios.-de Ámbar.

Simón abrió los ojos sorprendido. No emitió sonido ni menos palabra.

Este se paró cubriendo la boca con sus manos y luego deslizándolas sobre su cabeza, peinando sus cabellos hacia atrás.

Luna se paró segundos después, dejando la laptop donde estaba.

-Simón, yo...pensé que tú...sabrías sobre ella. Yo pensaba que ella te había dicho.

Simón suspiró.

-No, Luna...jamás me contó de ella. Nunca habló sobre sus padres...biológicos.

-Bueno...ella es su madre, pero jamás la oí hablar de su padre, por lo que puedo deducir que desapareció cuando ella nació.

-¿Cómo sabes de todo esto?-preguntó bruscamente el mexicano.-¿Ella te habló de su madre alguna vez?

Luna comenzó a jugar con sus brazaletes mientras mantenía su mirada clavada en las baldosas del piso.

-Luna...-insistió molesto.

-¡Está bien!-exclamó ella rindiéndose.-La escuche hablándole a mi madre sobre ella. Al comienzo no tenía idea de que se trataba...pero en cuanto me detuve a escuchar con cuidado...todo se clarificó.

Simón frunció el ceño.

-Luna, ¿desde cuándo escuchas conversaciones ajenas?...está muy mal.

-Te prometo que no quise hacerlo, solo bajé las escaleras en busca de un taco y antes de entrar en la cocina oí sus voces...por lo que decidí permanecer detrás de la puerta.

-¿Quieres decir que ni Ámbar ni tu madre saben que tu sabes de esto?

Luna formó una mueca de tristeza y asintió con la cabeza.