Capítulo 48: Amor

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1 semana después

-Ámbar, te traje tu desayuno.-Dijo Mónica luego de tocar la puerta.

Unos segundos de silencio.

-No...no tengo hambre, gracias igualmente, Mónica.-respondió la rubia con un hilo de voz.

-Debes comer, Ámbar-insistió la mujer.-Además mira, te preparé tu desayuno favorito.

No hubo respuesta alguna.

Solo se oían pocos sollozos lejanos.

Sonidos de llanto reprimidos.

Luna subió las escaleras y se paró al lado de su madre.

Esta la miró con tristeza.

-No quiere salir.-susurró.

Luna se entristeció.

-Ámbar, soy yo, Luna.-dijo la mexicana de ojos esmeralda dándole golpecitos a la puerta.-¿Puedo pasar? Quiero ayudarte.

Se oyeron más sollozos desde adentro de la habitación.

-Preferiría que no, gracias.-contestó la de ojos azules con la voz entrecortada.

Las dos mexicanas ya no sabían que hacer.

Hacía una semana que la rubia no salía de su cuarto.

Casi ni comía.

Dormía mucho.

Lloraba de forma constante y continua.

No dejaba que nadie entrara a su cuarto.

En ese momento se escuchó el timbre de la mansión.

-Luna, ve a abrir la puerta.-le ordenó Mónica gentilmente.

La joven bajó las escaleras y tomó la llave.

Abrió la puerta y se encontró con el mexicano parado allí.

Su rostro no reflejaba ni un poco de felicidad.

Las ojeras habían aparecido y sus ojos cafés estaban hinchados y enrojecidos.

-Hola, Luna.-dijo Simón con la voz ronca y debilitada.-¿puedo pasar?

-Claro que si.-respondió esta y cerró la puerta cuando el mexicano entró a la casa.

-¿Cómo están las cosas?-Preguntó él.

-Nada ha cambiado.-respondió Luna.-Ella sigue sin salir de su cuarto. Créeme que hicimos todo lo que pudimos para que quisiera salir, pero nada.

Él suspiró profundamente.

-Todo lo qué pasó es mi culpa.-soltó el mexicano frotándote los ojos.

-¿Hablas en serio?-preguntó ella con el ceño fruncido y cruzándose de brazos.

-Si, Luna. Si no fuera por que no la cuide lo suficiente, tal vez...

-Simón, claro que no es tu culpa.-lo interrumpió la morena con el ceño fruncido.-Lo que le pasó a Ámbar fue por culpa de Benicio.

-Ni me lo menciones.-dijo Simón cubriéndose la cara.-Si aún estuviera vivo...yo lo...

Su mejor amiga lo detuvo.

Él suspiró expulsando la furia. Se frotó el rostro con ambas manos.

El silencio perduró unos pocos segundos.

-Tranquilo-Dijo Luna acariciando su hombro.

Simón se destapó la cara y la miró.

Sus ojos ya se veían humedecidos.

Solos contra el mundo 🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora