Capítulo 43: Empezando de nuevo

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1 mes después...
*Ámbar P.O.V.*:
-Entonces paso a buscarte a las 8:30, bonita.-me dijo él apoyado en la puerta.
Yo solo asentí con la cabeza. Mirarlo directamente sus ojos cafés hacía que me perdiera en ellos. Tan hermosos.
Tomó suavemente mi cintura y me besó suavemente.
Yo tomé su cuello con mis manos mientras nuestros labios se encontraban.
Se buscan.
Se necesitan.
Nos separamos y se dirigió a su auto.
Antes de entrar me guiñó el ojo.
Yo mordí mi labio inferior.
El se introdujo en su auto y se fue.
Yo cerré la puerta principal de la mansión y me apoyé en ella.
Suspiré hondo.
Sonreí.
Por fin algo de paz en mi vida.
Sin ser nada, somos todo.
Estoy feliz, muy feliz.

Es temprano, así que los Valente todavía duermen.
Desde que nos reconciliamos, Simón suele quedarse a dormir conmigo y con nuestra futura bebé.
Me llena de amor estar entre sus brazos y despertar a su lado. Siempre esperé estar así con él algún día, y se cumplió.
Sin embargo, no. No estamos juntos.
Y de verdad me encantaría que eso pasara. Pero las cosas se darán solas, cuando sea el momento. De eso estoy segura.

Me dirigí a la cocina a preparar algo para desayunar.
Solo preparé un café y tomé unas medialunas.
Estaba yendo al comedor cuando veo a Luna bajando las escaleras de la mansión.
Tenía una cara de no haber dormido mucho, el pijama puesto y los cabellos desordenados.
Reí un poco al verla.
Al verme, dejó de bajar la escalera y abrió sus ojos antes entrecerrados.
-¿Me veo tan mal?-me dijo señalando su cara con ambos dedos índices y una cara tierna y confusa, típica de mi prima.
Yo emití una risita.
-No Luna, te ves hermosa como siempre.-le respondí.
Ella mostró absolutamente todos sus dientes en una linda sonrisa.
Terminó de bajar las escaleras.
-¿Estas desayunando?-me preguntó.
-Si, ¿Queres que te prepare algo?-le consulté.
-No, tranquila. Tú ve a desayunar que yo me preparo algo rápido.
Yo asentí y seguí mi camino hacia el comedor.
Apoye mi café y las medialunas en la enorme mesa de madera y comencé a comer.
Unos minutos después, Luna vino al comedor con un café, galletitas y frutas y se sentó a mi lado.
-¿Y cómo estás?-me preguntó.
-Yo muy bien.-le respondí revolviendo mi café.
-¿Y cómo esta mi hermosa sobrinita?-dijo con emoción y tocando mi gigantesco vientre.
Yo reí.
-Está re bien.-contesté acariciando mi barriga.-El embarazo va genial. A veces siento las pataditas y me encanta.
-Aww, me alegro tanto por ti, Ámbar.-exclamó mi prima abrazándome. Yo le devolví el abrazo.
Luego nos separamos y ella tomó una frutilla. Yo escogí una medialuna.
-¿Con Matteo todo bien?-le pregunté.
Ella empezó a toser.
Cualquiera que la conociera diría que falsamente.
Entendí al instante que algo no andaba bien con él.
Hice una expresión obvia y Luna me miró triste.
-Está bien.-me dijo rindiéndose.-Matteo y yo...terminamos.
-¿Qué?¿Por qué?-dije sorprendida.
-Porque Matteo esta actuando tan diferente. Desde que sacó su nuevo disco ya ni hablamos, esta muy ocupado con su carrera y no tiene tiempo para nuestra relación. Además, está volviendo a comportarse como un chico fresa...egocéntrico. Neta que estoy cansada.
-Luna, se lo que estas sintiendo. Te entiendo. Pero vos también tenes que entender que esa es su personalidad, y si tanto lo queres tenes que amarlo como es, con sus virtudes y sus defectos. Yo se que Matteo es buena persona. Él te ama en serio y no haría nada para hacerte mal. Quizá deberían tomarse un tiempo para pensar pero luego tendrían que hablarlo. ¿No crees?.

Luna se quedó pensando unos segundos, sin dejar de mirarme.
Oí su suspiro cansado.
-Tal vez tengas razón.-me dijo finalmente.
-¿Te digo algo? Yo siempre tengo razón, Luna.-dije bromeando.
Ella rió y yo la acerqué a mi, dándole un cariñoso abrazo.
-Gracias, Ámbar.-Dijo.-Prometo que voy a hablar con él.
Luego nos separamos del abrazo.
Yo tomé mi taza de café y ella la suya.
-¿Y cómo están tú y Simón eh?-me preguntó con una pícara sonrisa.-No creas que no sé que se estuvo quedando a dormir estos últimos días.
Me atraganté un poco con el café.
Ella rió y yo sonreí sincera pero avergonzada.
-Si, la verdad es que con Simón las cosas van de maravilla.
-¿Eso significa que son novios de nuevo?-me preguntó esperando ansiosamente mi respuesta.
-No.-negué.-Bueno, en realidad no sé. No hablamos de nuestra relación pero podría decirse que estamos cerca de ser algo.
Luna me miró incrédula.
Yo hice una expresión confusa.
-Vamos Ámbar, duermen juntos, se la pasan besándose. Además, tendría que estar ciega para no darme cuenta de que entre ustedes hay...no sé...una química, realmente única. Me refiero a que, niña ¡Son el uno para el otro!-Exclamó mi prima mientras movía las manos.
-Shh, baja la voz que están tus papás y el abuelo durmiendo.-dije riendo.
-Lo siento.-dijo y se cubrió la boca.-Es que, es lo que pienso. Ustedes dos deberían estar juntos. Por su niña más que nada.
-No se dieron las cosas aún.-respondí.-Pero ya se van a dar.
Hubo un corto silencio, hasta que lo rompí. No pude esperar.
-Hoy salimos juntos a las 8:30, ¿sabes? Y estoy muy feliz.
-¿Neta?¡Que bueno!.-exclamó Luna.-¿Y ya tienes vestido, cierto?
Recordé que era lo que me faltaba y mi cabeza se llenó de nervios.
-No, no tengo.
-¿Cómo que no tienes?-me dijo Luna con los ojos abiertos como puertas.
-No tengo. Casi todos los vestidos lindos y coloridos que tenía los doné cuando cambié mi estilo, y los pocos que tengo no me entran por la panza enorme. No sé que voy a hacer.
-No te preocupes, Ámbar.-me dijo decidida.-Hoy saldremos de compras.
Yo sonreí.

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