hard times || h.s

adorable

Abigail.

Mi celular suena mientras me encuentro viendo un capítulo de Peaky Blinders en Netflix, el número no está registrado, pero contesto de todos modos.

—¿Abigail? —la ronca voz lo delata de inmediato. Por alguna razón, se me quedó grabado su tono en la cabeza.

¿Cómo se me pudo haber olvidado que Harry quedó de llamar? Por suerte decidí atender esta vez, ya que suelo rechazar las llamadas de números desconocidos.

—¿Harry Styles? —me las arreglo para sonar desinteresada.

—El mismo. Me preguntaba si hoy... Bueno, yo estoy libre y espero que tú también, ¿querrías salir a tomar un helado?

No podía creer que me estuviera llamando para salir, cuando solo ayer nos vimos por primera vez.

Definitivamente este chico no es de lo que se hacen los idiotas y esperan una década para hablarte o mostrar interés. Cumplió su palabra de inmediato.

—Claro, me encantaría pasar una tarde con ustedes.

—Uhm, pero... ¿Te molesta si Shay no nos acompaña?

¿Con quién dejaría a la pequeña? Mi pulso se acelera y no sé por qué. ¿Él quería que estuviéramos solos los dos? ¿Acaso le parecí atractiva como él a mí?

Repaso mis cualidades físicas y luego hago una mueca, sentada sola en la sala de mi casa. No sé si soy el tipo de chica con el que él sale, pero decido darme un poco de crédito.

—Oh... No, como se te haga más cómodo. ¿Dónde te veo?

—En el parque del centro, ¿te parece en media hora?

Un momento, el chico realmente estaba ansioso.

No puedo evitar querer suspirar, pero me reprimo. Harry es guapísimo y parece un tipo genial, pero sé que no lo conozco y es solo la impresión que me dio. Pero como dicen... Las primeras impresiones nunca se olvidan, aunque también dicen que no se debe juzgar un libro por su portada.

Bien, ahora estoy confundida.

—¿Puede ser una hora? 

—Sí, por supuesto —se ríe—. Te veo, entonces.

—Adiós, Harry.

Cuando corto la llamada, ahogo un grito contra el cojín de mi sofá. Después de fantasear por un par de minutos sobre cómo será nuestro encuentro y carcomerme la cabeza, me voy corriendo a la ducha para alcanzar a alistarme.

Me visto con un vestido negro de lunares y unas cómodas zapatillas converse blancas.

Me dejo el cabello al natural, con algunas ondas extrañas y me maquillo sutilmente, con un delineado delgado y máscara de pestañas. Termino por agregar un labial color nude, con tono damasco.

Estoy contenta con el resultado y veo que estoy bastante a tiempo con la hora, así que tomo las llaves de casa, mi bolso y mis lentes de sol para salir, respirando profundo. Sí, no sé por qué, pero debo admitir que me siento bastante nerviosa.

Me decido a caminar hasta el parque, porque tengo tiempo de sobra y no pienso tomar un taxi hasta allí. No quedaba tan lejos de mi casa.

Veinte minutos más tarde, visualizo a Harry sentado en una banqueta. Lo reconozco de inmediato por su melena castaña con rizos.

Camino hacia él, observándolo en el trayecto de unos metros que nos separan. Se pone de pie cuando me ve y los lentes de sol que lleva puestos, se los acomoda hacia arriba, ayudándole a mantener atrás su largo cabello.