epílogo

3.2K 161 68
                                    

Harry.

Solo ha pasado un poco más de una semana sin Abigail. Incluso el sonido de su voz comienza a hacerse menos claro en mi cabeza. ¿Cómo es que mi mente me estaba jugando tan malas pasadas? No podía ni quería que desapareciera jamás su recuerdo.

Mi madre me ha propuesto quedarse con Shay un par de días. No quería, porque por un lado ella es lo único que me ha mantenido de pie en todos estos días, pero por otro, siento que necesito estar solo.

Esta mañana es especialmente dura. Cuando desperté solo y miré a mi lado de la cama, esperanzado en que estuviera allí como siempre y todo haya sido una pesadilla. Ojalá fuera tan fácil.

Entonces me quedé por bastante rato en la cama, recordando su risa, su olor, su voz, sus caricias. Y me pregunto cómo lograré sobrellevarlo, ¿cómo es que me voy a resignar a no volver a verla, a no volver a escucharla, a no volver a sostenerla entre mis brazos y oler su aroma?

El hueco dentro de mi pecho solo se hace más grande. Miro el sobre a un lado, sobre el buró.

Si bien al principio estuve ansioso y emocionado por leerlo, luego me contuve. Primero, porque estaba con Shailene y no sabría cuánto me afectaría leer eso, segundo, porque estaba aterrado de esas palabras. Llámenme estúpido, pero leer aquello significaba comenzar a asimilarlo y abrazar la despedida, cosa que no quería hacer.

Probablemente nadie entienda lo que Abigail me hacía sentir, o el modo en que caí profundamente enamorado de ella. Probablemente la mayoría me llamaría un idiota por amar tanto a la mujer que muchas veces me hizo sufrir también. ¿Pero el amor no es eso? No escogemos a quién pertenece nuestro corazón, no manejamos nuestros sentimientos y a veces se hace imposible sacarse a alguien de la cabeza. A Abigail, hubiera vuelto mil veces, sin importar qué. Díganle como quieran, pero sé muy bien que jamás volveré a amar a alguien de la manera en que la amé a ella. Sé muy bien que fue el amor de mi vida y lo será por siempre, y que nunca nadie podrá reemplazarla ni llegarle a los talones.

Ambos actuamos mal, ambos cometimos un montón de errores, quizás ella se equivocó muchas veces, ¿pero no es de humano errar y luego evolucionar aprendiendo de esos errores? Cuando la tuve de vuelta en mis brazos, cuando tuve esperanza de que por fin formáramos una familia y en mi cabeza hice mil planes que me arrepiento de nunca haberle dicho en voz alta, la muerte me la arrebató.

Cuando más seguro me sentía de nuestro amor y de que todo iría bien ahora, se esfumó, como el aire que pasa entre tus dedos, sin dejar rastro.

Mis manos tiemblan cuando cojo una vez más el sobre entre mis manos, solo que esta vez creo que estoy preparado. Que esté listo, no implica que me sienta tranquilo haciéndolo. Sé que va a tener que pasar mucho tiempo para volver a llenar mi corazón de calma, si es que llega a ser posible.

Trago con dificultad y me apoyo contra el respaldo de la cama, sacando la carta dentro del sobre. Aprieto mis labios en una línea recta y me atrevo a leer por fin las palabras que Abigail dejó para mí.

Querido amor:

Nunca creí que me tocaría hacer algo así en la vida, al menos no tan pronto, pero aquí estamos. No quiero lágrimas derramadas, rostros tristes u hombros caídos, no si yo no estoy ahí para poder consolarlos. Te pedí que me recordaras con simpleza. Por la manera estúpida en que me reía, por cómo nos conocimos o por todas las veces que te hice sonreír, que nos besamos o que te dije te amo. Y bueno, aquí va, te lo digo nuevamente. Se sentirá de una manera distinta, no estaré ahí ni escucharás mi voz, pero tengo la esperanza de que la recuerdes y logres sentir de igual modo estas palabras. Te amo. Te amé con todas las fuerzas de mi alma y te seguiré amando aunque no esté ahí para decírtelo. Voy a llevar grabado en mi alma el día en que te conocí, cuando nos besamos por primera vez o cuando dijimos te amo. Esos recuerdos no los podría soltar jamás. Espero que tú tampoco lo hagas, sin embargo, no quiero que te aferres a solo memorias. Déjame ir, puedes hacerlo y seguir recordándome. Permaneceré en tu corazón y espero que en el de Shay. Fueron los amores más intensos que sentí en mi vida. Sé feliz y hazla feliz a ella, que es lo más importante que tienes en la vida, tu hija. Si necesitas aferrarte a algo por un tiempo, aférrate a ella hasta que sientas que puedes flotar por ti mismo. Deja a tu corazón sanar y no importa cuánto se tarde, estaré orgullosa de ti de todos modos. Un día llegará alguien a quien vas a amar nuevamente y ella los amará también. Tienes todo mi permiso para ser feliz nuevamente, es lo único que deseo. Respira hondo y vive tu vida, Harry. Disfruta cada minuto junto a Shay y tu familia y amigos. Puedes hacerlo día a día, no desesperes.

hard times || h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora