cena fallida

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Maratón 3/3

Abigail.

—Mira quién viene ahí con cara larga —le digo a Shailene, mirando a su padre que acaba de llegar.

Él solo atina a dejarse caer en el sofá, junto a nosotras.

—¿Qué pasó? —le pregunto, viendo su expresión desganada.

Me mira a los ojos y frunce los labios. Acaricio su mentón e insisto.

—¿Te fue mal? —inquiero, queriendo saber qué sucedió en la entrevista de trabajo.

—Todo estaba bien hasta que mencioné que era padre soltero.

Arrugo mi entrecejo.

—¿En serio? Pues son unos imbéciles.

—Era mi única oportunidad de trabajo, Abi. No conseguiré en ningún otro lugar sin tener estudios.

—Oye, no seas tan negativo. Claro que puedes trabajar en otro lugar.

—¿Como limpiapisos? —bufa—. Ni siquiera ese es el puto problema, sino que no me pagarían lo suficiente.

—No digas malas palabras —lo reprendo. Él suspira—. Y no te pongas así —le pido, acariciando su cabello. Lo peino hacia atrás y luego dejo un mechón detrás de su oreja—. Encontraremos una solución.

—Yo... No sé qué haré si no tengo dinero para cuidar de Shay.

—Oye, te dije que podía ayudarte, puedo trabajar.

—Ella es mi responsabilidad, Abigail. Es mi hija. No tienes por qué hacer eso —lo veía agobiado, eso me ponía triste a mí.

—¿Y tu madre? ¿Ella no puede ayudarte?

—Mi madre vive demasiado lejos de aquí. Ya tiene suficiente con mi hermana.

—Espera, ¿no dijiste que cuando joven trabajabas de mesero en eventos y eso, también en la barra?

—Sí, pero ya no...

—¡Eso es! Harry, puedes trabajar de barman en algún bar.

Él me mira sorprendido y luego su rostro se ilumina.

—Diablos, cómo no lo pensé antes.

—Ahí está, Harry —sonrío.

Se acomoda en el sofá y une nuestros labios en un beso necesitado. Las caricias que su boca le proporciona a la mía son inigualables, y luego el baile en el que se sumergen nuestras lenguas me lleva al paraíso.

El beso comienza a intensificarse mínimamente, pero es detenido abruptamente por Shay, como siempre. Cómo podríamos olvidar que está junto en medio de nosotros.

—¿Qué es, nena? ¿Qué necesitas? —le habla a su hijita.

•••

Aprecio a Harry mientras se hace un chongo en el cabello. Es adorable ver su pelo largo convertido en eso.

Cuando se voltea a mirarme, sonríe y se le marcan los hoyuelos.

—¿Todo bien? —me pregunta.

—Claro, estoy viendo a un hombre guapísimo frente a mí, ¿qué podría marchar mal? —comento con picardía y me acerco a él.

Tiene un par de granitos esparcidos por la cara, y me sorprende lo guapo que puede ser aún con lo que se consideran como imperfecciones, aunque yo no lo veo así claramente.

Acaricio su mejilla y dejo un casto beso en sus labios.

—Estoy muy feliz de haberte conocido, Abi —me dice, desde el corazón—. Eres una persona increíble y me alegra que quieras tanto a Shay.

hard times || h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora