Abigail.
Llegar a casa después de estar rindiendo los exámenes finales del semestre es sinónimo de sentirme en la gloria misma. Además, me encuentro con una lindísima vista que mejora en un 200% mi día.
Harry está en el sofá con ropa interior viendo televisión y Shailene en su sillita, jugando con unas figuritas que le gustan mucho.
—Amor, te he extrañado mucho —de inmediato expresa Styles, alargando sus brazos en mi dirección.
Saludo a la bebita para luego sentarme junto a él. Le doy un beso duradero en el hombro mientras lo abrazo por el estómago.
—¿Cómo ha sido tu día, bombón?
Él se ríe por mi apodo y luego junta nuestras narices en un beso esquimal.
El brazo que se hirió con el accidente está casi cicatrizado y su frente también, aunque ahí sí quedará una marca notoria.
—Shay se ha portado terrible hoy. Está de muy mal humor —se queja arrugando la nariz.
—Uhm, quizás deberías sacarla a pasear. Puede estar aburrida.
—Sí, es que hoy desperté tardísimo porque ella se durmió conmigo después de que te fueras a clases —me dice con diversión.
—Así que tenemos un papá flojito por aquí —lo molesto, besando su cuello.
—Sí... Desde que ella nació ya ni siquiera hago algo de ejercicio. Antes salía a correr al menos o iba al gimnasio, pero ya no estoy en forma —hace un puchero adorable.
Me río y miro su abdomen. Tiene una pequeña tripita, aunque es casi diminuta.
—No puedo decir nada porque no te conocí en forma. Ya estabas en sobrepeso cuando te vi por primera vez —bromeo, apretando su estómago.
—Empezaré a correr de nuevo por las tardes —dice decidido, pero yo suelto una carcajada.
—Estás perfecto, Harry. En serio —le sonrío y uno nuestros labios, fundiéndonos en un beso sin prisa.
—Te amo tanto, no soy capaz de poner en palabras lo que me estás haciendo sentir, Abi —suspira.
Que de repente suelte eso, provoca un salto en mi corazón y siento más que esas típicas mariposas, sino aves enormes revolotear en mi vientre. Ni siquiera estoy segura de que esto sea real, porque es demasiado bonito para serlo.
—Eres tan lindo —gimoteo acariciando su mejilla. Luego dejo un casto beso en sus labios.
—Se supone que esta semana deberían llamarme a ver si conseguí el trabajo en el bar o no —comenta con esperanza.
—Lo harán, créeme —sonrío, dándole más confianza.
—Gracias por ser tan positiva y apoyarme tanto, Abs —escucho lo que me dice, pero en lo único que puedo fijarme es en sus labios rosados, tan perfectos y suaves mientras se mueven con cada palabra que pronuncia.
Dios. Dios. Dios. ¿Qué. Es. Lo. Que. Me. Hace. Harry? Es como si no pudiera apartarme de él, quitar mis manos de él. Me tiene mal.
—¿Qué estás viendo? —inquiero, refiriéndome a la televisión.
—Una película, nada muy interesante —se encoge de hombros. Luego me acerca más a su cuerpo y nos quedamos abrazados por largo rato.
Nuestra burbuja se rompe cuando me suena el móvil y veo los mensajes de Evelyn. Me está pidiendo que vaya a su casa porque necesita hablar conmigo urgentemente. No me preocupo de todos modos, porque conozco a mi amiga y sé que le gusta exagerar.
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hard times || h.s
RomanceHarry es un padre soltero que hace malabares para intentar darle lo mejor a su hija. Abigail es una chica universitaria que apenas pone su mirada en ellos, no puede alejarse.