Harry.
Lo único que quiero saber es qué provocaron mis palabras en Abigail para que me mire de este modo.
Se acerca a mí y posa sus manos en mis hombros. Su toque me quema, en una manera hermosa y desenfrenada. El calor que emana de su cuerpo es el paraíso mismo y me encuentro deseando envolver mis brazos a su alrededor. La miro, ansioso por una respuesta, mientras me muerdo el labio inferior.
—Lo que acabas de decirme es lo más genuino que haya escuchado en mi vida. Eres el mejor papá que haya conocido, Harry. Tu hija es demasiado afortunada por tenerte. Solo puedo sentir admiración por ti. Y no sabes lo orgullosa que estoy de ti, por ser el hombre que eres, responsable y tan dedicado a esa bebé. Eres encantador, Harry Styles, mereces saberlo.
No sé qué responder, porque me he quedado mudo como un imbécil. Y no quiero sonar como un sensible de mierda, pero siento las lágrimas picar detrás de mis ojos.
Jamás alguien me ha dicho que está orgulloso de mí, mucho menos de mi rol como padre. Hay veces en las que llego a pensar que realmente la estoy cagando y no sé lo que hago, así que escuchar eso es gratificante y me hace sentir mejor conmigo mismo.
—Abigail... —solo logro pronunciar, sin poder decir algo más por el nudo en mi garganta.
—Está bien, cariño —la manera en que dice aquello y luego me sonríe, me provoca solo ganas de echarme a llorar como un crío y no sé por qué.
Nunca me había llamado así. El corazón me da saltos en el pecho de alegría y emoción a la vez.
Ella me abraza, como sabiendo que lo necesito y luego pronuncia las palabras que no sabía cuán desesperado estaba por escuchar hasta que salen de su preciosa boca:
—Me imagino lo difícil y duro que ha sido para ti esto, Harry. Pero has hecho un trabajo increíble. Todo estará bien, lo prometo —acaricia mi espalda con suavidad, lo que básicamente solo me hace sentir más vulnerable.
Pero me relajo, sintiendo su dulce perfume y sus caricias. Me dejo llevar y entre eso, se me escapa una lágrima, que pasa desapercibida para ella.
—Eres un ángel, Abi —susurro en su oído, besando luego su cuello. No creo que en mi vida una mujer me vuelva a provocar lo que ella ha hecho conmigo en apenas un tiempo.
—No digas estupideces. Por supuesto que no soy uno —se ríe. Y aunque suene como un idiota enamorado diciendo esto, es el sonido más lindo que podría escuchar y quisiera hacerlo perdurar cada día.
Mis besos van desde su cuello, siguiendo por la línea de su mandíbula hasta su rostro. Cuando estamos a punto de juntar nuestros labios, que piden ferozmente un contacto, Shailene nos interrumpe.
Dios, hija, ¿no puedes esperar un momento más adecuado?
Abigail sonríe divertida y se aparta de mí. Le regalo una mirada cargada de disculpa, pero ella me tranquiliza de inmediato al tomar mi mano y obligarme a ponerme de pie.
Me acompaña hasta ver a Shay, que está bastante rabiosa al parecer.
Tiene húmedas las mejillas por el llanto y se remueve en la cuna con incomodidad.
—Vamos a revisarte, princesita —musito tomándola en mis brazos.
Cuando tiro un poco del borde de su pantaloncito para revisar su pañal, el olor la delata de inmediato. Miro a Abigail riéndome por lo bajo y ella me imita.
—Así que por esto estás tan gruñona. Vamos a cambiarlo, nena —le digo.
•••
Eran las ocho de la tarde, día martes, me encontraba solo con mi bebé esperando a Abigail para cenar, pero al parecer ella no llegaría temprano de la universidad hoy.
No recuerdo que me haya dicho nada de quedarse estudiando o algo así, por lo que no puedo ahuyentar las ganas de llamarla y preguntarle dónde está, digamos que solo por curiosidad.
Así que, tomo el móvil y le marco, esperando que me diga que ya está llegando para cenar. Estúpidamente, ya siento que la extraño.
Luego de cinco pitidos, me responde.
—¿Harry? —atiende con confusión, como si no entendiera por qué la llamo.
—Abi, ¿dónde estás? —no intento sonar controlador o algo por el estilo, así que empleo un tono más amable. Solo quiero tenerla aquí para besarla y darle un abrazo.
—Estoy con James, hemos venido a hacer un trabajo con compañeros que nos dieron hoy.
La decepción llega a mi sistema y aunque lucho por no sentirme así, la sensación de pesar me invade por completo.
—¡Eh, ven aquí, Abi! —el grito lejano que se escucha de una voz masculina me pone en alerta.
¿Por qué le está hablando de ese modo y le grita como si fuera una orden? Así no es como te habla un simple compañero de universidad. ¿Estoy siendo paranoico? ¿Qué sucede, Abigail?
—¿Segura que es solo un trabajo para la universidad? No lo parece —no pretendo que suene como un reclamo, pero quizás lo hace.
Tal vez soy solo yo que ya estoy oxidado en el ámbito social y ni siquiera recuerdo lo que es salir o tener amigos.
—Harry... Llegaré tarde a casa, ¿si? No me esperes, no te preocupes por mí.
—¿En serio, Abi? ¡¿No crees que me pudiste haber avisado antes?! —de pronto sentía que ella estaba intentando escabullirse de mí.
¿Y si la espanté con lo que hablamos? ¿Qué tal si ella se arrepintió de intentar algo conmigo?
—No me vengas con reclamos, Harry. Tú y yo no somos nada —dicho esto, me cuelga.
¿Qué? ¿Qué diablos le sucede? Es como si mis dudas anteriores se respondieran todas solas en un segundo. No quiere nada serio conmigo.
Odio sentirme de este modo, es por esto que nunca he querido meterme de lleno en una relación, y he intentado no caer en las garras del amor, pero con Abigail ni siquiera tuve tiempo de pensar, todo sucedió tan rápido que no reaccioné en lo que me estaba metiendo. Se sentía tan natural. Y lo peor es que ella no se siente del mismo modo hacia mí, lo peor es que soy solo yo el imbécil que ahora se queda mirando el techo, enamorado.
Me quedo en silencio sentado en el sofá, con Shailene en mi regazo, mirándome de frente. La observo y ninguno de los dos emite sonido alguno.
Al parecer ella sabe que no estoy de humor, porque solo me analiza con sus grandes y expresivos ojos azules.
Cuando ya son las diez, me acuesto. No cené porque el apetito se me fue. Me la paso dando vueltas en la cama y sintiéndome un tonto, porque de nuevo vuelvo a darle vueltas al asunto.
Creí que a Abigail le gustaba, en serio lo creí, pero vamos, ¿a quién engaño? Ella es una chica hermosa, puede conseguir a quien quiera, ¿por qué elegiría a un inútil como yo? ¿Por qué me querría en su vida? No tengo nada que ofrecerle, excepto una hija que no es suya.
Me quedo dormido entre pensamientos negativos. Me pregunto qué habría sucedido si hubiera conocido a Abigail antes de todo.
Quizás, ambos estaríamos en la universidad y seríamos una pareja normal, disfrutando del inicio de su amorío sin grandes presiones de por medio.
°°°°°
Hola, espero que disfruten del capítulo, al parecer la maratón les gustó, me alegro muchísimo!
Qué piensan de la actitud de Abigail? Qué creen que sucederá?Más drama o que por fin se venga el amorío? jajajaja
Un besooo, hasta el jueves xx
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hard times || h.s
RomanceHarry es un padre soltero que hace malabares para intentar darle lo mejor a su hija. Abigail es una chica universitaria que apenas pone su mirada en ellos, no puede alejarse.