Harry.
Cuando fui a buscar a Shay a casa de mi madre luego de la fiesta de boda, se negaba a irse. Me reclamó todo el camino que la estaba apartando de la abuela, mientras que ella quería quedarse toda la noche con Beth, como le prometí.
—Dijiste que volverías mañana por mí —no dejaba de repetir.
Una vez en nuestro hogar, ella se queja un par de veces más.
—¿Por qué volviste antes? —me pregunta de pronto, abrazándose a mi cuello porque la tengo en mis brazos.
En este momento, lo único que me puede hacer sonreír son sus ocurrencias y sus berrinches.
—Porque me fue mal —le admito, encogiéndome de hombros.
—¿Estás triste? —frunzo el ceño. No le dejo saber que tiene la razón, pero vamos, ella es mucho más inteligente que yo.
—¿Por qué lo estaría?
—Eso lo sabes tú —contesta con su vocecita de sabelotodo. Me imita y se encoge de hombros. Es una pequeña diablilla astuta.
—Si te digo que no, ¿me darías un abrazo de todos modos? —jugueteo un poco con ella.
—Solo si dices la verdad —sonrío débilmente.
—Bueno, en ese caso... La respuesta es sí —me sincero con mi única compañera.
—¿Y por qué? —inquiere arrugando su frentecita.
—Eso tiene una respuesta mucho más complicada, no apta para princesitas. Así que vamos a dormir, ¿si?
Ambos nos lavamos los dientes, luego la ayudo a ponerse el pijama y se acuesta. La arropo como siempre y deposito un beso en su frente.
—Te amo, ten dulces sueños, Shay.
—Buenas noches, papi —replica.
Dejo su cuarto luego de apagar la luz. Me dirijo directo a mi habitación para ponerme solo mis pantalones de pijama. Me acuesto y cuando estoy a punto de conciliar el sueño, escucho ruido en el pasillo. Mi puerta se abre lentamente.
—¿Puedo dormir contigo? —su voz fina y tierna, me derrite el corazón.
—Eres una malcriada, pero ven aquí, princesa —ella sonríe triunfante y corre para meterse a la cama a mi lado, tapándose por completo con el edredón, dejando solo sus ojos afuera.
—Eres el mejor papi del mundo —pronuncia mirándome, su mirada sonriendo por sí sola juguetonamente.
Será porque soy un idiota sensible, o porque lo dice la personita más especial del mundo para mí, o porque sigo jodidamente triste, pero siento mis ojos cristalizarse.
—Ven aquí —mascullo, abrazándola.
Ella apoya su cabecita en mi hombro y me abraza con sus pequeñas manitos.
—Y tú eres la mejor hija del mundo, princesa —susurro, para dejar un beso sobre su cabello.
•••
Al despertar, lo primero que veo es a Shay durmiendo casi en los pies de la cama.
¿Acaso existía una niña más desordenada que ella para dormir?
Me río y me restriego los ojos, para desperezarme un poco. Anoche, si soy honesto, no dormí nada bien. Solo en la mañana pude pegar un ojo como es debido, y es por eso que ya son...
¡Joder! ¡Son casi las una de la tarde!
Shailene es totalmente perezosa, así que nunca se despierta por sí sola si no soy yo quien lo hace.
ESTÁS LEYENDO
hard times || h.s
RomanceHarry es un padre soltero que hace malabares para intentar darle lo mejor a su hija. Abigail es una chica universitaria que apenas pone su mirada en ellos, no puede alejarse.