Edipo

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Abigail.

Cuando Harry se recuesta a mi lado y me abraza contra su cuerpo, mi corazón se descontrola aún más y siento las ridículas mariposas revivir en mi estómago. Acomoda su cabeza en mi hombro y por un momento pienso que es un niño buscando seguridad, así que lo abrazo por la cintura y sonrío. Lo extrañaba demasiado.

Creí que podría ser fuerte. Creí que podría ignorar este sentimiento que se colaba cada vez que estaba cerca de Harry, pero ni el paso de los años me ha ayudado a apaciguar eso.

Sé que he sido una tonta, sé que he actuado mal y me he equivocado un montón de veces, pero nunca es fácil cuando se trata de él. Pierdo todo razonamiento y no soy capaz de pensar claro, con la cabeza fría como se debe. Pensé inocentemente que podríamos seguir con nuestras vidas, que yo no me vería afectada por su presencia y que no pondría en juego mi relación con Jamie. Y sé que no es justo para él, para Harry o incluso para mí misma. Me estoy viendo atrapada por Styles nuevamente y estoy haciendo las cosas mal, otra vez. Sé que lo que acabamos de hacer no está bien, lo tengo muy claro, pero nunca he podido pensar con claridad teniendo a Harry frente a mí, mucho menos besándome.

Él será siempre mi talón de Aquiles. No puedo luchar contra eso, pero tampoco puedo cortar de un día para otro mi relación con mi pareja. No cuando sé que él tiene planes de boda en mente y yo no sé decirle que no.

Levanto mi cabeza y lo miro a los ojos. Su rostro es tan hermoso que no puedo creerlo. Parece tallado por los dioses. Sus mejillas están encendidas y su frente tiene una fina capa de sudor, pero no se aprecia demasiado ya que por su cabello despeinado algunos mechones caen sobre ésta.

Llevo mi mano a su rostro y primero acaricio sus labios, rojos e hinchados por la fricción de recién. Él sonríe y los hoyuelos le aparecen. Me lo quiero comer por lo lindo que es. Así de simple. No sé cómo lo hace, pero está aún más guapo que hace tres años. Quizás es la madurez en sus facciones.

Casi boto un suspiro de enamorada, pero me contengo de actuar como una adolescente y en cambio peino su cabello hacia atrás. Harry toma mi mano para besar el dorso cariñosamente.

—Jamie no me conoce como tú lo haces —admito.

Él arquea sus cejas, pero luego frunce el ceño. Parece un niño enrabiado.

—¿Por qué me dices esto? —yo tampoco sé por qué lo he dicho, para ser sincera.

—No lo sé —digo honestamente—. Porque solo tú conoces cada parte de mí, supongo.

La sonrisa que se le escapa es digna de guardarla para poder observarla cada vez que quiera. Es una maravilla. Mi pecho se aprieta porque lo he echado mucho de menos.

Me acerco a su cuello y primero dejo un beso travieso. Luego paso mi lengua y él jadea.

—¿Quieres hacerme acabar otra vez? Recién lo hemos hecho, Abi. Dame un respiro —bromea.

Era esto lo que extrañaba. El Harry divertido, el que hacía chistes malos, el que se reía como un niño pequeño.

No digo nada. Solo mordisqueo su piel para después succionar la misma zona. Él prácticamente se retuerce bajo mis labios. Estoy dejando una marca ahí a propósito. Porque este hombre siempre llevará mi corazón en él. Cuando termino dejo un suave besito y nuestros ojos se encuentran.

—Eres el mismo paraíso para mí, Abigail —susurra. Sus ojos verdes brillan intensamente.Todo lo que puedo saborear es este momento. No hay nada más que quiera ahora.

—Te amo —confieso sintiendo las lágrimas picar. Harry parece saber muy bien lo que siento, porque solo me abraza y besa mi cabeza.

—¿En serio?

hard times || h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora