Anime One shots!

✘ Pirate! England ◈ Hetalia ✘

«Traición»

El sonido de cañones y morteros siendo disparados reinaba en el océano. La artillería impactando sobre los barcos destrozando sus mástiles y cascos. La madera volaba por los aires tras los ataques, al igual que algunos marineros que no lograban ponerse a cubierto. Una verdadera batalla naval se desarrollaba entre piratas ingleses y los españoles.

—¡A estribor por la proa! ¡A mi señal! —gritaba la capitana española—. ¡¡Fuego!!

Sus órdenes fueron recibidas y obedecidas al pie de la letra. Toda la tripulación se colocó en posición, cargando los cañones con bolas de cañón, tal como indicaba su nombre, y disparando sin piedad al navío enemigo. Respetaban y cumplían con las instrucciones dictadas por una mujer. En otras embarcaciones estaba prohibido que una mujer fuera parte de la tripulación y mucho más que fuese capitán. Sin embargo, España tenía mucha confianza en ella y le había ordenado personalmente que se encargara de los piratas ingleses que tanto lo molestaban, nombrándola allí mismo como capitana y designando a sus camaradas que la apoyarían.

—¡Capitán, queda poca munición! —informó uno de los marineros.

Sin tiempo a responder todos los presentes a cubierta observaron como un gran número de balas encadenadas hacía trizas el palo mayor y el palo trinquete, destrozando las velas que le daban una mejor movilidad y rapidez al barco. Supieron que habían perdido la batalla luego de que los ingleses dispararan a los barriles de pólvora provocando una fuerte explosión que destrozó una parte del navío, era tan solo cuestión de tiempo para que se hundiera.

—¡Prepárense para ser abordados! —indicó la mujer alzando su espada.

Tal como sus palabras, los piratas no tardaron en acercar su embarcación y a lanzar las sogas para abordarlos. Llegó el momento de la batalla en la cubierta, las espadas chocaban entre ellas mientras la sangre corría por el suelo de madera. El sonido del metal, las pistolas de chispa y los gritos de dolor y coraje se oían por todo el lugar. Era una batalla sangrienta, no existía la piedad ni la clemencia entre esas almas condenadas.

Toda tripulación tenía una regla establecida para cuando se llevaba a cabo un abordaje, debían ir por el capitán y sus oficiales. Una vez que estos eran asesinados o atrapados, los marinos no tenían otra opción más que rendirse. Y allí estaba, aquella mujer peleaba con todas sus fuerzas intentando salvar su vida y la de sus camaradas, sus habilidades con la espada eran realmente sorprendentes y solo unos pocos escapaban de sus coordinados ataques. Pero todo fue más complicado cuando la superaron en número. Sin más opción que rendirse, hiriendo su orgullo, sus adversarios la aprehendieron atando sus manos con un nudo de cuerda lo suficientemente fuerte para que no se liberara. Con gritos de victoria la llevaron ante su capitán mientras su tripulación cedía también ante la rendición.

—Mi querida _______, esta vez no lograste escapar —se burló el de ojos verdes acercándose a ellos.

—Capitán Arthur Kirkland, no me da gusto verlo de nuevo —respondió de manera tosca.

No era la primera vez que se encontraban, claro está. En ocasiones anteriores también batallaron pero gracias a los refuerzos o por alguna otra razón, la joven siempre lograba escapar de las garras del británico. Como cierta vez en la que él la tenía acorralada pero, debido a que estaban cerca de una isla, toda la tripulación se lanzó por la borda nadando hasta la orilla. Sin embargo ese no era el caso, después de mucho tiempo por fin había sido capturada.