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El típico grupo de estudiantes de Shibusen se encontraba teniendo un picnic luego de algunas horas de entrenamiento en duelos. Como de costumbre se divertían entre amigos, así como con Black☆Star siempre repleto de energía o Maka atacando con su libro a Soul, quien hacía comentarios para molestarla.
—Oí que _______ regresa hoy —comentó Tsubaki con una tierna sonrisa.
—¿_______? —preguntaron Kid y las hermanas al mismo tiempo.
—También es estudiante de Shibusen y nuestra amiga, solo que se marchó a Europa en una lección extracurricular —explicó la de coletas.
Con esa pequeña explicación el equipo del Shinigami lo entendió, después de todo hace no mucho tiempo que ellos habían ingresado como alumnos, era probable que no estuvieran enterados de todo. Aún así, el resto de los chicos continuó su tarde hablándole a esos tres sobre su amiga y también sobre su técnico.
Entre risas y anécdotas el tiempo se marchó volando, haciendo que de a poco los dúos se despidieran para regresar a sus hogares. Primero Soul junto Maka, luego Tsubaki con Black☆Star, y por último el grupo de Kid. Estos tres no llevaban prisa alguna, por lo que caminaban a paso tranquilo saliendo del bosque en donde estaban. El chico de las tres líneas en su cabello iba concentrado en el cielo anaranjado, buscando su amada simetría en las nubes, avanzando con sus manos en los bolsillos de su pantalón. No fue hasta luego de unos minutos que se detuvo bruscamente y con una notable emoción, había encontrado lo que quería siguiendo el rumbo de esos detalles gaseosos que adornaban el cielo.
Los ojos entusiasmados de Kid se cruzaron con una desconocida jovencita que también miraba el atardecer a unos metros de distancia. Pero eso no era lo que más le importaba, sino más bien en la conveniente ubicación de esa joven que de manera casual formaba un escenario completamente simétrico. Las ramas de los árboles, las nubes en el cielo, la luz del sol ocultándose justo detrás de ella; todos eran detalles que la hacían ver como si fuera la pieza central del paisaje.
—¡Liz, Patty! Ustedes también lo ven, ¿Verdad?
—¿Ah? ¿Qué cosa? —preguntó Liz, dejando de mirar sus uñas.
—¡Esa chica! Esta perfectamente mimetizada con el entorno, ubicada justo en el centro... ¡Creando algo completamente simétrico!
Su voz repleta de conmoción hizo que las hermanas admiraran la escena que él estaba disfrutando de sobremanera. Obviamente para ellas no era la gran cosa, por lo que no tardaron en volver a sus asuntos, así como Liz con sus manos y Patty jugando con su imaginación, como de costumbre.
—¡Tiene que ser una señal! —insistía Kid.
Pero para su suerte la escena no duró mucho, de un momento a otro, todo rastro de simetría se esfumó en el aire. El sol acabó de ocultarse, el viento sacudió las ramas y cambió la posición de las nubes, además de que junto a esa desconocida había aparecido un chico, quien terminó de arruinar la esencia del paisaje.
La cara del hijo de Shinigami no fue de sorprender, estaba entre tristeza y molestia ante el cambio tan abrupto. Se veía que retenía las ganas de gritar o quejarse de forma impaciente por lo que acababa de pasar. Fue gracias a las hermanas que nada de eso pasó, pues distrajeron al joven poco antes de que su humor se volviera mucho peor. Solo decidieron regresar a su hogar, sin preocuparse por escenas como esa.
◈◈
El día siguiente no tardó en llegar, al igual que el gigante sol riéndose en el azul del cielo. Todos los estudiantes de Shibusen se preparaban para iniciar sus clases esperando pacientemente a sus profesores.
—¡_______! —exclamó Maka al verla ingresar al aula junto a su técnico.
Su grito llamó la atención de algunos de los presentes, quien rápidamente miraron en su dirección. Sus amigos no perdieron el tiempo y se acercaron a ellos, saludándolos luego de tanto tiempo sin poder reencontrarse. Mientras tanto, Kid y sus armas se mantuvieron en su lugar observando hasta notar que esa chica era la misma del bello paisaje que habían presenciado el día anterior.
—¿Sigues teniendo tan mala puntería? —bromeó Soul con el chico.
—¿Quieres probar? —preguntó el técnico de _______, siguiéndole el juego a su amigo.
—No van a pelear aquí, ¿O sí?
—No, pero es para demostrarle a este tipo lo mucho que hemos mejorado —respondió él— ¡_______!
Tras su llamado una luz envolvió el cuerpo de la chica, convirtiéndose en un atractivo arco de tamaño mediano que era sostenido por su compañero. Él no tardó en realizar su demostración, concentrándose hasta disparar una onda de su alma en dirección a la puerta, que curiosamente se abrió dándole un buen susto a Black☆Star que volvía a llegar tarde. Este no tardó en enfadarse y comenzar a bromear con el resto de sus amigos.
Y mientras ellos reían y se entretenían con sus divertidas conversaciones, había cierta persona que no podía retener su emoción. Kid estaba más que maravillado, tan entusiasmado que incluso se colocó de pie dando un golpe en la mesa con ambas manos.
—Esa forma... Tan hermosa y simétrica, ¡Es absolutamente perfecta!
Definitivamente estaba perdido, sumido en sus pensamientos sobre el equilibrio de las formas. No podía dejar de pensar en ese arco totalmente bello que cumplía con su querida simetría y también en la escena del día anterior, insistiendo en que ambas situaciones eran algún tipo de señal.
—Está decidido: Estoy enamorado.
—Oye, oye... ¿No te estás precipitando? —preguntó Liz un tanto inquietada por su actitud, aunque no era nada fuera de lo común.
La chica no tuvo respuesta, su compañero estaba demasiado concentrado admirando a _______ convertirda en arma. No fue mucho tiempo que mantuvo en esa forma, si alguien los veía tal vez podrían regañarlos, por lo que regresó a la normalidad. Ellos seguían conversando con los demás hasta que los ojos de esa muchacha se cruzaron con los dorados de Kid. Ella solo esbozó una sonrisa, la cual provocó una extraña sensación en el interior del hijo de Shinigami. Tal vez sus palabras podrían llegar a ser ciertas, podría enamorarse de esa jovencita y por mucho más que su perfecta simetría.
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