Kanato Sakamaki ◈ Diabolik Lovers

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«Hide and Seek»

La constante respiración agitada se oía en aquel espacio cerrado. El sudor frío cayendo por su frente, su cuerpo temblando deseando que no la encontrara. Invadida por el miedo y el pavor por lo que aquel vampiro podría llegar a hacerle. Con una mano sobre su boca, impidiéndose a sí misma gritar o hacer algún ruido. Paralizada sin querer abrir esa puerta frente a ella, rogando que se rindiera y ya no la persiga. Oyendo sus pasos acercándose y su risa traviesa que daba malas señales.

—Te encontré.

La puerta se abrió de un momento a otro, dejando a la vista a la joven completamente asustada. Una sonrisa se dibujó en su rostro observando cómo las lágrimas caían por sus mejillas. Su brazo tomó el de ella por la fuerza obligándola a salir de aquel escondite. Se veía tan temerosa, tan débil, que provocaba una extraña sensación de satisfacción en su interior.

Toda aquella situación tenía su origen y ello había comenzado poco después de media noche. ________ se encontraba con Kanato debido a que él la había llamado, y prefirió obedecer a sus órdenes antes de que se enfadara. El ambiente era tenso entre ellos, el vampiro tan solo jugueteaba con su oso de felpa mientras que la joven solo lo observaba con detenimiento ansiando el momento para marcharse.

—¿Verdad, Teddy? Estoy seguro que a _______ le quedarían muy bien algunos vestidos —habló con su oso mientras reía.

Sus palabras la pusieron alerta, sabía que algo malo sucedería. Con el miedo sembrándose poco a poco, observó como el de cabellos lilas volteaba a verla de arriba a abajo con una sonrisa en su rostro. Quería escapar, pero no deseaba empeorar la situación y menos cuando el vampiro se había colocado de pie y se acercaba a su posición.

—¡Sería divertido~! Juguemos —exclamó el de ojos lilas tomando una de sus manos—. Si te encuentro te convertiré en mi nueva muñeca.

Sonaba tan mal, tan mal que indicaba que iba a morir pronto. Tan solo tenía una oportunidad para esconderse y esperar para que él no la encontrara. No le agradaba la idea, prefería estar en su habitación... Aunque pensándolo bien tampoco era buena idea, pues, el resto de los hermanos podría aparecerse allí e intentar hacer lo que quisieran con ella.

El tiempo comenzó a correr mientras la risa del vampiro infantil se oía por todo el lugar. La joven solo comenzó a correr por su vida pensando en qué escondrijo podría salvarla. Las puertas se abrían y cerraban a su paso, buscando la manera de alejarse lo más posible. Temía, el miedo recorría todo su ser pues sabía que de todos modos aquel ser la encontraría. Una puerta tras otra, ingresó en una habitación oscura repleta de muebles, objetos extraños y cajas de cartón por doquier. Al fondo de la habitación, escondido entre el resto de cosas, se hallaba un pequeño armario. Ya no había tiempo de escoger algo mejor y tan solo abrió sus puertas adentrándose en el sombrío mueble de madera. Fue la peor decisión que pudo haber tomado, una vez allí dentro caería por completo en el terror de volver a abrir esa puerta y de ser encontrada.

Y allí estaba, Kanato Sakamaki, frente a ella luego de una escena de persecución y suspenso. Había perdido el juego y solo el vampiro sabría lo que sucedería con la jovencita. Se encontraba pegada a su cuerpo, mientras el vampiro olfateaba su cuello y daba algunas probadas con su lengua. Las lágrimas en el rostro de la chica eran constantes y silenciosas, señal del pánico que la acompañaba.

—Deja de llorar —ordenó mirándola a los ojos.

Por más que lo ordenara no serviría de nada, a menos que alguien aparezca por la puerta a salvarla, nada le devolvería la calma. Sus sollozos apenas se oían, al igual que su respiración entrecortada. Todas sus expresiones de espanto y dolor incrementaban al sentir la irritación del chico. Sus manos apretaban sus hombros con fuerza, clavando sus uñas provocando heridas que dejarían marca.

—¡¡Dije que dejes de llorar!! —gritó una vez más.

Solo conseguía intimidarla más con sus gritos y órdenes, aunque al poco tiempo se percató de ello. Una vez más había cambiado su carácter agresivo a uno más calmado. Se disculpó con ella y mencionó que había olvidado hacer algo. Acercándola más a él, unió sus labios con los suyos dando paso a un beso forzado que tenía intenciones de tranquilizar a la chica. Un beso sin sentimientos, o con tan solo algunos, que duró unos pocos segundos dando lugar al siguiente paso. Sus dos colmillos se incrustaron en la piel del cuello de _______, provocando que emita un gemido de dolor. Alimentándose de su sangre, disfrutando de lo dulce que tanto le atraía y gustaba. Tomando lo suficiente para que la joven comenzara a debilitarse, sentirse cansada y que sus piernas tiemblen apenas logrando mantenerse firmes.

El vampiro utilizó su habilidad para llevarla a otra habitación y con su fuerza empujar a la mujer contra una de las paredes evitando que intente escapar. Con una sonrisa y sus ojos brillantes dirigió sus manos a las vestimentas superiores de _______, comenzando a deslizarlas hacia arriba hasta quitárselas dejando solo su ropa interior.

—Te desnudaré y te vestiré a mi querer —habló riendo—. Hoy serás mi muñeca.

◈◈◈

Creo que quedó más agresivo de lo que esperaba. Tal vez lo compense en el futuro, quien sabe.

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