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◈| Ninguno de los personajes ni las im...
Limpiando, llevando sábanas recién lavadas y perfumadas; yendo de un lado a otro atendiendo a todo deseo de los príncipes von Granzreich o incluso del mismo rey. Se trataba de _________, una sirvienta más del palacio que estaba a disposición de sus majestades.
En un día como cualquier otro, aquella sirvienta se dirigía a realizar sus deberes en las habitaciones de los cuatro hermanos. Habiendo finalizado con los cuartos de Kai y Bruno, los hermanos mayores, camino a los dos restantes.
Su puño golpeo suavemente la gran puerta de madera, esperando oír el permiso por parte del cuarto hermano. Pasaron unos cuántos minutos y, a pesar de las insistencias con los golpeteos, nadie contestaba a su llamado. Al no oír respuesta alguna decidió ingresar a la habitación del príncipe Leonhard, encontrándose con una escena que le llevó un gran susto tras la primera impresión. El rubio se encontraba sentado sobre el sofá mientras su cabeza se hallaba sobre la mesa, dando a entender que se encontraba frustrado y exhausto. Bajo sus brillantes cabellos rubios se podía divisar varias hojas de estudio, al parecer esa era la razón de su estado tan cansado.
—¡Príncipe Leonhard! ¿Se encuentra bien? —preguntó la sirvienta, expresando su repentina preocupación.
Sorprendido y con rapidez, el príncipe se colocó de pie intentando ocultar todas aquellas hojas que delataban lo que se encontraba haciendo. Sin embargo, sus actos fueron inútiles, pues varios de esos blancos papeles con apuntes cayeron a los pies de la jovencita.
Ella no dudó en inclinarse y recoger aquellos objetos que habían caído al suelo, siendo inevitable para su persona dar un curioso vistazo al contenido del papeleo. El príncipe, por su parte, comenzó a negar rotundamente que aquellas hojas eran de su pertenecia. Con sus brazos cruzados sobre su pecho, mirando en dirección contraria simulando estar molesto; todo para mantener aquel orgullo que lo caracterizaba.
—Ha mejorado bastante, majestad —lo elogió, con una tierna y sincera sonrisa.
Oír esas dulces palabras provocaron que el príncipe se sonrojara. Con rapidez sus mejillas tomaron un color carmín, acompañados de una sonrisa en su rostro que fue inevitable de ocultar. Los ojos del rubio brillaron de alegría, dándose el gusto de sentirse orgulloso al saber que poco a poco mejoraba en sus estudios que tanto detestaba.
—No cuento con un tutor como usted, pero en mi tiempo libre me gusta estudiar —agregó ella.
La mente del cuarto hermano había quedado en blanco por unos segundos, intentando hallar una lógica a sus palabras. La palabra «gustar» junto con «estudiar», para él no encajaban de ninguna forma; diferente sería si estuviese hablando de una sachertorte, pero ese no era el caso.
—¿Q-Qué dices si estudiamos juntos durante tu tiempo libre? —se atrevió a decir, Leonhard.
El rostro del rubio se encontraba sonrojado pero intentaba cubrir aquel vergonzoso detalle con su mano y su cabello, mientras dirigía la mirada hacia algún otro lugar de la habitación.
—Sería un honor, Príncipe Leonhard.
Fue aquel pequeño accidente el inicio de varias sesiones de estudio entre esos dos jóvenes. Encuentros que desencadenaron abiertas conversaciones, conociéndose más que de costumbre, formando una amistad más allá de la relación príncipe y sirvienta con la cual vivían. Estudiando y comprendiendo nuevas ideas, desarrollando su educación y aprendizaje de una manera diferente; siendo acompañado por su nueva amiga en un ambiente agradable para ambos.
Con el paso del tiempo, inclusive el tutor real, confundido a diario como un niño, Heine Wittgenstein, iba notando el gran cambio en el cuarto hermano. Sus calificaciones mejorando notablemente, su estado de ánimo más alegre que de costumbre, y todo a causa de la compañía de aquella chica que poco a poco iba despertando nuevos sentimientos en el príncipe.
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Buenas, aquí les comparto otro Os. No sé si muchas personas conozcan el anime, pero si no lo han visto se los recomiendo. Es un anime corto, de 12 capítulos (si no me equivoco), es bastante divertido, entretenido y te roba varias risas.
Sin más que decir, me disculpo por no publicar con más frecuencia y espero que estas cortas historias les gusten.
