Shin-ah ◈ Akatsuki no Yona

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«Sentimientos desconocidos»

Era una noche tranquila, los dragones y el resto de los acompañantes de la princesa se encontraban descansando en un bosque luego de sus largos viajes. Solo podía oírse el sonido de algunos animales e insectos nocturnos, así como también una fría brisa que corría entre los árboles. Sin embargo, entre tanta paz y silencio, _______ no pudo evitar despertar de su sueño. Un tanto adormilada observó a sus amigos que descansaban a su lado, sorprendiéndose al notar que el dragón azul no estaba con ellos.

Intentando no hacer ningún ruido se colocó de pie, teniendo el sumo cuidado de no pisar a nadie por accidente. En medio de su tarea, un chillido llamó su atención. Se trataba de Ao, quien repentinamente se encontraba mordiendo su ropa y tironeando de ella como si quisiese guiarla hacia algún lado. Confundida, _______ decidió seguirle el paso a esa ardillita tan tierna que se escabulló por el bosque.

—Ao, ¿Dónde estás? —susurró ella avanzando entre los árboles.

Durante unos pocos minutos la joven siguió a ese pequeño animal que la llevó a descubrir un bello lago iluminado por la luz de luna. Era una vista muy bonita y relajante, pero eso no fue lo único que llamó la atención de la chica. No tan cerca del agua, el dragón azul se hallaba sentado contra una roca admirando el cielo nocturno.

—Con que aquí estabas... —habló ella, provocando que el chico diera un sobresalto.

A paso tranquilo se acercó a él, tomando asiento a su lado. Ninguno decía nada, solo disfrutaban de la paz y del paisaje natural frente a ellos. Era un momento especial, o al menos para _______, ya que podía apreciar esa cercanía con Shin-ah que no siempre se generaba. Ese chico despertaba un interés que nunca antes había sentido hacia una persona, ella ansiaba conocerlo y que poco a poco fuera menos tímido. Pero uno de sus mayores deseos era poder ver sus ojos otra vez y embelesarse con la belleza de sus iris que le quitaban el aliento a cualquiera.

—Shin-ah...

El de la máscara volteó hacia ella, dándole a entender que tenía su atención. La joven, por su parte, jugueteaba con sus manos demostrando que se sentía algo insegura y nerviosa. No tenía intenciones de incomodar al dragón pero el querer ver sus ojos se había convertido en una necesidad, aunque él se negara, no perdía nada con intentarlo.

—¿Puedo... quitarte la máscara?

El chico se sorprendió ante su pregunta permaneciendo en silencio durante unos segundos. El tono sútil de su voz y el brillo de ansiedad que se podía ver en sus ojos logró cautivarlo. No cualquier persona podía convencerlo, aun sentía miedo e inseguridad de que alguien lo vea, pero ella... _______ tenía algo especial que le generaba todo tipo de emociones desconocidas, sensaciones incomprensibles y una extraña pero apacible confianza.

El dragón azul inclinó levemente su cabeza en dirección a la muchacha, permitiéndole retirar ese adorno que cubría su rostro. Con movimientos delicados aquella máscara descansó en el suelo, dejando al descubierto la apariencia de Shin-ah. _______ se alegró al ver que tenía su permiso, tanto que no pudo evitar sonreír tiernamente al notar que ese chico confiaba en ella. Sin embargo, su aprobación no duró por mucho tiempo. Los nervios se habían apoderado del dragón de forma repentina, provocando que sus manos viajaran a toda velocidad cubriendo su rostro.

—Por favor, déjame ver tus ojos... —susurró _______ con tranquilidad, no iba a darse por vencida tan fácil.

El de cabello azul negó con la cabeza, de un momento a otro toda esa valentía lo había abandonado, volviendo a actuar como de costumbre. Pero _______ insistió una vez más, tomando con delicadeza las manos de Shin-ah. Él dio un pequeño sobresalto en cuanto percibió esa cálida sensación por parte de las palmas la chica. Su tacto era agradable, tan satisfactorio que provocó que se dejara llevar por ella, permitiendo que con mucho cuidado sus manos descubrieran su rostro. Sus ojos quedaron expuestos y no tardaron en conectarse con los de la chica. Esa mirada tan hermosa hizo que el corazón de _______ latiera con fuerza; por fin había logrado verlos otra vez.

—Son hermosos.

Un simple susurro cargado con nada más que la verdad provocó que las mejillas del dragón se tornaran rojas, dando una tierna vista para la jovencita frente a él. Ella solo sonrió expresando su alegría mirando por última vez cada detalle de esos atrapantes orbes dorados.

—Gracias —susurró nuevamente, haciendo que de forma inconsciente una leve sonrisa apareciera en el rostro de su acompañante.

La muchacha se removió en su lugar, había logrado lo que quería y ya no quería seguir molestando al dragón azul. Aunque realmente no quisiera dejarlo, decidió volver con el resto para dormir permitiendo que Shin-ah regrese a su calma. Solo colocó la fuerza sobre sus piernas dispuesta a levantarse del suelo, pero la mano del chico atrapando la suya no se lo permitió.

—No... No te vayas.

Sorprendida y a la vez conmovida no tuvo ninguna razón para negarse. ________ volvió a acomodarse sobre el suelo, aprovechando su cercanía para recargar su cabeza en el hombro del chico. Shin-ah no se movió ni un centímetro, no quería que esa joven se alejara luego de descubrir que estar cerca de ella le provocaba una extraña pero agradable sensación en su interior.

Se mantuvieron en esa posición durante unos cuantos minutos hasta que el dragón observó el rostro dormido de la joven, a la vez que sentía su suave respiración. Intentando no moverse de forma brusca se las apañó para cubrir a _______ con su capa de piel color blanca con el objetivo de protegerla del frío de la noche. Poco a poco él también iba cayendo ante el sueño, pero antes de hacerlo se atrevió a colocar su mano sobre la de ella apreciando la sensación de calidez y tranquilidad que esta le transmitía.
Definitivamente no comprendía que eran todos esos sentimientos y emociones que se disparaban cada vez que _______ estaba cerca, aún no lo entendía pero sí de algo estaba seguro era de que esa jovencita significaba mucho para él y que con cada día que pasaba más sentía la necesidad de estar con ella para calmar los constantes y rápidos latidos de su corazón.

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