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Desde que Gen había llegado al reino científico se sintió atraído y muy interesado en una de las habitantes de la aldea Ishigami. Se trataba de _______, una chica entusiasta que siempre estaba dispuesta a ayudar a Senku y Chrome para maravillarse con cada invento que salía de sus cabezas.
Con la ventaja de su conocimiento, el mentalista se empeñaba en sorprender a la chica con sus tantos trucos de magia, desde los más simples hasta los más complejos que siempre la asombraban y la hacían sonreír. Buscaba llamar su atención a su modo, regalándole flores que salían de la nada en sus manos y coqueteándole de vez en cuando, halagando su belleza que lo volvía loco.
—_______-chan es muy linda, ¿No crees? —preguntó Gen, observándola a lo lejos junto a Kohaku.
—¿Qué no querías un harem? —habló Senku con un dedo en su oreja, como de costumbre.
—¿Ahora sí me dirán que significa? —intervino la pequeña Suika, saliendo de quien sabe dónde.
—Ya te había dicho que no es algo que los niños necesiten saber.
—¿Y a mí? Yo no soy una niña —se oyó la voz de _______ a sus espaldas.
El bicolor sudó frío en cuanto la joven se acercó. No quería que ella supiera a que se refería, estaba seguro que si lo hacía _______ ya no lo vería de la misma forma o incluso llegase a rechazarlo. Pero aún así él era un experto mentiroso, se las arreglaría fácilmente para engañarla y no dejar que se enterara del verdadero significado de la palabra. No iba a permitir que todos sus coqueteos, trucos y formas de llamar su atención se vayan camino a la basura por sus perversiones.
—Un harem es... Cuando estás rodeado de muchas cosas que te gustan —mintió aunque no tanto, disimulando a la perfección.
—¡Ya veo! Suena bien.
La imaginación de _______ estaba totalmente alejada de la realidad, pues estaba creando una escena en su cabeza donde se encontrara rodeada de cosas que le gustaban, de manera literal. Así como una mesa repleta con mucha comida y dulces, como el algodón de azúcar, o también miles de inventos científicos inimaginables.
—¿Puedo tener mi propio harem? —preguntó emocionada.
De fondo solo se oyó la risa de Senku, que se burlaba de la reacción de Gen ante semejante pregunta. El mentalista por poco se ahogaba al oírla, tornándose pálido y sufriendo escalofríos al imaginarse la escena. De ninguna manera quería que ________ consiguiera su propio harem inverso, nunca iba a permitirlo.
—Un harem es tener a muchas mujeres u hombres solo para ti —explicó Senku, sin darle vueltas al asunto.
Gen solo se quedó quieto en su lugar con una cómica expresión en su rostro. Primero observó al científico que seguía con sus cosas como si nada hubiese pasado, y luego a _______ que se encontraba sorprendida y avergonzada al imaginarse la verdadera situación. Sin decir nada, logró ver como la chica se retiraba lentamente del lugar para volver a ayudar a Kohaku e intentar olvidar todo lo que acababa de suceder.
—Deja de perder el tiempo y ayúdame —volvió a hablar el científico, tomando a Gen por sus ropas para arrastrarlo hasta su nueva zona de trabajo.
◈◈
El tiempo continuó su paso haciendo que el sol se ocultara y poco a poco las estrellas iluminaran la noche. Luego de un día repleto de labores, todos al fin tenían un pequeño descanso acompañado de un delicioso ramen como cena.
Frente a una cálida fogata y con un tazón de comida entre sus manos, Gen tomó asiento a un lado de _______ quien disfrutaba su sopa mirando al cielo nocturno. Ninguno decía nada, el silencio reinaba entre ellos. Aunque no duraría por mucho ya que el bicolor estaba a punto de hablar antes de ser interrumpido por la chica.
—¿En verdad quieres un harem? —preguntó ella de forma repentina, recordando lo que había sucedido horas antes.
—En el reino científico eso sería algo muy dificil de conseguir... —respondió el mentalista, sabiendo que Senku nunca dejaría que se la pasara vagueando por ahí con todo el trabajo que había por hacer.
Aún así, tener un harem pasó a ser una fantasía imposible, después de todo ya había renunciado a ello tras conseguir su preciada bebiba cola. Además, estaba seguro de que no quería a nadie más que a _______ en ese momento. No por nada siempre intentaba hablar con ella y divertirla con sus trucos.
—_______-chan, no le prestes atención a esas cosas —volvió a hablar el bicolor.
—¿Por qué no? —cuestionó confundida.
—Porque a la única que quiero conmigo eres tú.
Una bonita flor oculta en una de sus mangas fue extendida hacia ella, a la vez que Gen sonreía de forma tierna y sincera. _______ también rio, aceptando ese lindo detalle para luego acercarse más a él para que el mentalista la rodeara con sus brazos. Entre tantos enrededos y malentendidos, no había sido tan malo, ya que todo fue solucionado provocando que ambos jóvenes estuvieran juntos por el resto de la noche y aún con sonrisas adornando sus rostros.
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