Senku Ishigami ◈ Dr. Stone

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«Sentimientos inesperados»

La noche había caído en la aldea Ishigami, los habitantes del reino científico se hallaban disfrutando de los deliciosos platos de ramen como cena, mientras bebían y reían sin parar. Era una celebración, habían decidido descansar y tener una grata recompensa luego de terminar el teléfono. Todos eran felices, con grandes sonrisas y extensas conversaciones al rededor de varias fogatas en un ambiente familiar y amigable.

Dentro de esas personas estaba incluída ________ —compañera de Senku desde que eran niños al igual que con Taiju—, quien hablaba y reía junto a Chrome, el anciano Kaseki y Kohaku.

No muy lejos de allí, se hallaba el fundador del reino científico sentado frente a una fogata comiendo algo preparado por el resto de los habitantes. Observaba con orgullo el avance que había logrado con la ayuda de todos, se sentía internamente emocionado ya que pronto lograría su objetivo. Pensando en sus siguientes pasos, dedicó su mirada a cada una de las personas presentes hasta que sus ojos se toparon con una sonriente _______. Continuó con su mirada fija en aquella joven, recordando buenos momentos del pasado e incluso imaginando futuros, pensando solo en ella y en esa gran sonrisa presente en su rostro.

—Deberías disimular un poco más, de hace rato que no dejas de mirarla —dijo Gen, con una sonrisa burlona—. ¿Acaso te gusta?

—No, no es eso —respondió Senku—. Es solo que desde hace más de tres mil setecientos años que no la veía sonreír así.

—Definitivamente te gusta, Senku-chan.

—Enamorarse es una tontería, es ilógico y te desconcentra.

La extraña y repentina conversación con Gen estuvo presente en la mente del de cabellos blancos durante toda la noche, incluso cuando ya todos dormían. Se había permitido darle paso a la duda ante la pregunta del mentalista, causando que lo atormentara en sus propios sueños. Intentaba convencerse a sí mismo de que solo era una tonta confusión, repitiéndose una y otra vez que no estaba interesado en relaciones amorosas o ese tipo de sentimientos, además de que no había tiempo para ello pues lo principal era vencer a Tsukasa y revivir a todas las personas convertidas en piedra. Se lo decía reiteradas veces, queriendo creérselo, pues en lo profundo una parte de él sabía que era posible sentir más que amistad por aquella chica.

◈◈

Los días continuaron su paso, dejando atrás las celebraciones y poniendo manos a trabajar, una vez más. Todo el pueblo se encontraba ayudando a su manera, buscando avanzar y maravillándose con cada creación salida de la memoria y el ingenio inigualable de Senku.

Por su parte, él había decidido deshacerse de todos los pensamientos y dudas que surgieron por culpa del bicolor, centrándose en las labores científicas y dando indicaciones a los demás. Pero no era sencillo, la imagen de la chica se aparecía en su mente, no podía evitar buscarla con la mirada o apartarla de ella cuando estaba cerca. Incluso había intentado evitarla, algo que no funcionó, pues _______ preguntaba por la repentina actitud y, aunque le costara admitirlo, también extrañaba oír su voz y estar a su lado.

Y una vez más, sacudió su cabeza intentando que todos esos pensamientos 'innecesarios' se vayan para siempre. Buscaba concentrarse en el trabajo que se encontraba haciendo, no podía permitirse cometer un error por una ridícula actitud de enamorado.

Una escena llamó su atención. A pocos metros de su lugar se hallaba _______ hablando de manera entretenida con Gen, no se encontraban muy alejados por lo que Senku podía oír su conversación sin mucho esfuerzo. Al parecer el mentalista enseñaba a la chica algunos de sus trucos, intentando sorprenderla como si fuese una niña pequeña. Una de las manos del bicolor se acercó a la mejilla izquierda de la joven, haciendo a un lado sus cabellos y colocándolos detrás de su oreja. Así, al instante de quitar su mano, una bonita flor salió de entre sus dedos simulando que había salido del mismo cabello de ella.

—Que truco tan tonto —dijo _______, para luego dejar escapar una risa.

—Pero al menos te hice sonreír.

Mientras ellos continuaban en su conversación y reían juntos, el de cabello blanco no lograba apartar su vista de ese par. Lo que acababa de ver le generaba una singular incomodidad, o más bien cierto disgusto y fastidio. Deseaba que Gen se marchara de allí o que alguien le diera trabajo repentino para que no estén juntos. Nunca antes había experimentado una sensación similar, pero debido a esa situación comenzaba a notar el poco agrado que sentía cuando otro chico estaba tan cerca de su amiga; comenzaba a notar que era víctima de los tan famosos celos.

—¡Oye, Senku! —gritó Chrome exaltado, despertando al científico de su nube— ¡Mira lo que haces!

Por culpa de aquella distracción, Senku había derramado el agua que se hallaba en su mano, dejando hasta la última gota en el suelo. No podía creer que perdió la atención en su trabajo solo por esa escena entre _______ y Gen, la cual le generó aquella inusual molestia. En todo caso, agradecía que ese líquido no haya sido ácido sulfúrico u otro material peligroso, de lo contrario todo iba a ser un gran y completo desastre.

—Tal vez tu mente debe descansar un poco —aconsejó el artesano Kaseki.

—¡¡Nosotros nos encargaremos!! —exclamó con ímpetu el otro chico.

No le dejaron otra opción, por más que intentara convencerlos de que todo estaba en orden y que no volvería a ocurrir, sus amigos negaron su ayuda; no por mala voluntad, sino porque sabían que le haría bien despejar su cabeza. Sin más remedio, decidió marcharse de allí, caminando sin rumbo, perdido en sus pensamientos hasta tomar asiento en un tronco del bosque mientras admiraba como las estrellas comenzaban a notarse por la puesta del sol.

Su cabeza daba vueltas, deseaba golpearse a sí mismo con la esperanza de volver a la normalidad y evitar dejarse llevar por sus emociones. Intentaba hallar diferentes soluciones con el objetivo de ya no sentirse así; pensaba en miles de cosas impidiéndose centrarse en aquella chica que lo había revolucionado como nunca antes.

—No te ves muy bien —se oyó la voz de _______ acercándose.

Y como si fuera por arte de magia, ella se apareció entre los árboles para luego sentarse a un lado del científico. Todo parecía causado a propósito, dificultando los recientes objetivos del chico. Tal vez el mundo estaba en su contra.

—No puedo concentrarme —confesó Senku.

—Eso es nuevo —respondió sorprendida, no era normal que un chico como él se distrajera con facilidad—. ¿Ocurrió algo?

—Dejé que mis sentimientos me controlaran y ahora no puedo sacarte de mi mente.

Un repentino silencio invadió el lugar,  la chica solo se paralizó de pies a cabeza al escuchar esas palabras tan directas. Sus mejillas eran adornadas por un leve noto carmín, mientras que el resto de su cuerpo seguía sin moverse. La imprevista confesión de Senku la dejó sin habla y con miles de preguntas en su cabeza, no había forma en que lo creyera ya que él nunca se había interesado en cuestiones de amor; pero tampoco podría ser una broma, él no era del tipo de persona que bromeaba con temas así. ¿Acaso era en serio?

—Sí, así es —habló él ante el silencio, para luego mirarla a los ojos—. Me gustas, ______, al diez mil millones por ciento.

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