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Haruka y _______ habían decidido ir de compras, paseándose tranquilamente por el lugar y observando los diversos productos que llamaban su atención. Estaban teniendo una tarde en pareja, disfrutando del tiempo juntos; incluso se dieron el gusto de invitarse sus helados favoritos. Ambos caminaban relajados de un lado a otro, intercambiando alguna que otra palabra y sin perderse ninguna cosa a su alrededor.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que Haru desapareciera de la vista de _______. La chica comenzó a asustarse cuando notó que él ya no estaba junto a ella. Miraba hacia todas las direcciones posibles con la esperanza de volver a encontrarlo hasta que finalmente lo hizo. El de ojos azules se hallaba frente a una pequeña piscina para niños que estaba en exhibición dentro de la tienda. Eso no era buena señal, pero fue aún peor cuando el chico comenzó a quitarse su ropa.
Demasiado tarde. En cuanto la jovencita llegó a su destino, Haru se zambulló dentro del agua sin dudarlo. El marcado cuerpo de su novio quedó bajo el agua mientras éste cerraba sus ojos disfrutando del momento. _______ comenzaba a alarmarse, debía encontrar la forma de obligarlo a salir antes de que algún empleado del lugar lo regañara.
—¡Haru, sal de ahí! —insistió nerviosa— ¡No puedes hacer eso!
El azabache dejó escapar un suspiro ante las palabras de su novia, pero se mantuvo en la misma posición sin moverse ni un centímetro. La chica podía sentir las miradas de todos lo que pasaban por allí, estaba segura de que en cualquier momento alguien diría algo al respecto. Los movimientos de Haru llamaron su atención, viendo como extendía su mano hacia ella esperando que la tomara. Tal vez pedía ayuda para levantarse y salir del agua, o al menos eso creía _______; estaba muy equivocada. En cuanto sus manos hicieron contacto, la fuerza de Nanase la atrajo hacia él hasta quedar empapada dentro de la piscina.
Haru envolvió el cuerpo de su novia, evitando que pudiera moverse. Se sentía tan relajado en el agua, tan tranquilo. Lo que menos quería hacer era salir de ese lugar, no importaba si alguien decía algo, incluída su novia, él solo deseaba seguir sumergido.
—Tenemos que salir... —habló ella.
—Disculpen —se oyó la voz de uno de los encargados del local.
Los nervios atacaron a _______ una vez más, rompiendo el agarre de su novio y levantándose rápidamente. Goteando agua por montones salió de la piscina, dispuesta a hablar con el hombre frente a ella mientras se sentía más avergonzada que nunca. Haru mantenía su mirada sobre su chica, notando sus nervios ante la situación tan incomoda. Por ella, decidió salir del agua, aunque sin evitar sentirse molesto.
—Por favor, discúlpenos —dijo _______ haciendo una reverencia.
El de ojos azules sólo asintió con su cabeza apoyando las palabras de la joven. Como pudo intentó explicar la comprometedora situación, siendo perdonada por el encargado quien solo rió animado. A los pocos minutos, algunos empleados les ofrecieron toallas para secar sus cuerpos, aunque no sirviera de mucho con _______ pues todas sus ropas estaban mojadas; a excepción de Haru quien solo llevaba su traje de baño con su ropa seca.
Dejando atrás los problemas, ambos decidieron regresar en caso de que ocurriera otra locura. Su viaje fue silencioso, ninguno decía nada. Nanase se notaba molesto, evitando la mirada de la chica; entre tanto, ella solo suspiraba por su actitud y la vez recordaba el vergonzoso momento anterior. Un estornudo sonó entre ellos, _______ comenzaba a titilar de frío mientras rascaba su nariz por picazón; lo último que le faltaba era enfermarse. Sorpresivamente sintió el calor del abrigo de su novio que reposaba sobre sus hombros. A pesar de no dirigirle la mirada, no deseaba que la jovencita pescara un resfriado, cediendo su abrigo para así intentar protegerla.
El tiempo pasó volando, ambos adolescentes se encontraban a muy poco de sus hogares. Aunque no querían, se acercaba la hora de despedirse. Entre paso y paso, _______ se detuvo cerca de aquella pequeña playa. Sus ojos admiraban el atardecer que se perdía entre el agua, disfrutaba del paisaje hermoso que le brindaba la naturaleza. Haru se unió a ella, pasando unos últimos minutos en silencio y observando ese color naranja que se perdía en la lejanía.
—Bueno, creo que debo ir casa —habló _______—. No quiero resfriarme con esta ropa...
Antes de que pudiera decir algo más, la joven sintió como su pareja la abrazaba con fuerza, tal parecía que no quería despedirse. No quería dejarla ir, solo pedía por pasar más tiempo a su lado.
—Quédate conmigo esta noche —susurró con su rostro oculto entre su cuello.
Una sonrisa se formó en los labios de _______, ella tampoco deseaba irse. Le tomó solo unos segundos decidir, sabiendo que bastaba con enviarle un mensaje a su familia. Asintió con su cabeza dando su respuesta, sintiendo a la vez como Haru dejaba un tímido beso en su mejilla y se separaba de ella.
—Vamos, te prepararé algo con tu querida caballa.
Los hermosos ojos azules del chico brillaron ante esas palabras, podía verse su emoción reflejada en ellos. No lo dudó ni un segundo, tomando la mano de su novia y retomando el camino hacia su hogar. Haru estaba feliz, había tenido su tiempo con el agua, tenía a _______ a su lado y también cenaría su preferida caballa; no podía pedir más. Definitivamente se sentía afortunado.
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¡Hola de nuevo! Les dejo algo de Haru, aunque es otro One shot que no me convence mucho. Tal vez más adelante haga otro mejor -.-
