Las puertas de la posada fueron cerradas una vez los últimos comensales dejaron las habitaciones que ocupaban o decidieron ocupar otras en el nivel superior, el pueblo iba sumiéndose en el silencio nocturno donde únicamente pocos ruidos eran audibles, a insistencia de Tahomaru, debido a las heridas de Hyogo y el hecho que la noche cayo antes que lo notaran, dormirían en esa posada, separando habitaciones para cada uno aunque Dororo insistió en compartir la suya con Hyakkimaru afirmando que este no podría estar solo, una cosa a la cual Tahomaru accedió.
El cansancio acumulado en todo el día y la deliciosa comida aunada con lo cálido del cuarto y sus cómodas sabanas hizo que Dororo, apenas colocara la cabeza en ellas terminara durmiéndose dando sonoros ronquidos mostrándose en verdad satisfecho y seguro esa noche.
-Con eso bastará...-
Tahomaru terminó de colocar las vendas alrededor de la herida de Hyogo, parte de estas adquirieron una tonalidad rojiza debido a la sangre que aun brotaba de esta aunque en comparación de los tratamientos recibidos horas antes este le permitiría recuperarse con mayor prontitud.
-Pude hacerlo yo mismo, joven amo-dijo Hyogo.
-Olvídalo, es necesario que practique estos conocimientos, por algo me enseñaron esto ¿No es verdad?-
-En época de guerra es imprescindible que conozca tratamientos que le ayudaran si llegara a quedarse solo en medio del campo de batalla y tuviera heridas de consideración en el cuerpo pero...-dijo Mutsu.
-Eso jamás sucederá-afirmó Hyogo.
-No pueden asegurarlo-
-Nosotros vivimos para protegerlo joven amo, moriríamos antes que permitiéramos que algo le sucediera-
-Eso es lo que me preocupa...-murmuró guardando las vendas restantes-como sea...-recuperó la tonalidad normal de su voz-los conocimientos como estos son vitales para cualquier guerrero, puede que él sepa hacerlo-
-¿El? ¿De quién habla?-
-Hyakkimaru-
Tanto Mutsu como Hyogo intercambiaron miradas de preocupación.
-Joven amo, sobre ese hombre...-dijo Mutsu.
-¿Qué pasa con él?-
-Cuando llegue la mañana es mejor que cada uno de nosotros siga su camino-
-Aún no he tenido oportunidad de charla con él-
-¿Qué podría querer hablar un noble como usted con un vagabundo como ese?-preguntó sumamente contrariado por esa inesperada respuesta de su amo-si necesita que le diga algo yo podría...-
-¡Él destruyó ese monstruo!-
Tahomaru perdió la calma, elevando la voz y poniéndose en pie, Mutsu y su hermano hicieron lo mismo realizando una reverencia ante su presencia.
-¡Lo lamento joven amo, yo...!-
-¡Deja de decir eso! Es mi responsabilidad, subestime al monstruo, casi ocasione tu muerte. Pensaba que mis habilidades bastarían, que mantendría todo bajo control, que ingenuo resulte...-
-Joven amo eso no...-
-Es la verdad Mutsu, en el dojo nunca pierdo contra nadie, siempre me destaco y obtengo alabanzas-
-Porque las merece-
-¿En verdad las merezco? Las peleas reales son muy diferentes, me falta demasiada experiencia y poder...-
-Joven amo, usted es la cabeza de estas tierras, no puede compararse con un simple vagabundo-
-Ese vagando, como lo llamas, me supera en muchos aspectos-
