Movimientos suaves y algo torpes, ninguno de los dos sabia con exactitud lo que hacían, la gélida brisa no los detuvo en absoluto y pese al acérrimo esfuerzo del viento por mostrar su furia ellos prosiguieron dedicados a aquel acto, tan dulce y adictivo, solo de esa forma Tahomaru sería capaz de describirlo en caso se lo preguntaran. Al comienzo incluso dejándose llevar por la situación el primer pensamiento que tuvo fue detenerse, entablar contacto tan cercano con ese desconocido o cualquier otra persona no podría ser algo aprobable para un guerrero como el, pero es un pensamiento que duro muy poco tiempo esfumándose tan rápido como llegaba.
Sus labios de a pocos iban acostumbrándose a los de Hyakkimaru, moviéndose a un mismo ritmo compartiendo suspiros entrecortados en su afán por recuperar el aliento que perdían al concentrarse en esos besos. No quería alejarse, sentía como la temperatura de su cuerpo iba aumentando, el palpitar de su agobiado corazón y el recorrer de la sangre que ahora parecía arder, sus manos incapaces de quedarse quietas buscaron tocar su piel, sentir el tacto de esta.
Tomó su rostro con ambas manos acariciándolo con dedicación, esto llamó la atención de Hyakkimaru quien hizo exactamente lo mismo bajando lentamente los dedos por su cuello desde las mejillas, lamentando el no poder percibirlo de la misma forma que hacía con los labios.
-¿Qué sucede?-
Tahomaru se preguntó al verlo alejándose de repente, la razón regresó a su cabeza, probablemente reaccionó ante el hecho de estar actuando de una forma nada aprobable y deseaba decirle que pararan. Pero antes de que pudiera decir una sola palabra Hyakkimaru se acercó, colocando esta vez sus labios sobre su cuello.
-¿¡Hyakkimaru?!-
Hyakkimaru no pudo olvidar la sensación de calidez y extremo sentimiento que conoció al besarlo, pensando que podría sentir lo mismo o incluso aún más si continuaba haciéndolo por el resto de su cuerpo sin entender lo que aquello significaba en realidad.
-Basta...-
Tahomaru cerró los labios sin poder continuar hablando, su cuerpo fue invadido por una corriente eléctrica suave que poseía espasmos esporádicos que amenazaban con arrebatarle la razón. Los labios de ese joven descendían lentamente por su piel, y no solo se concentró en besarlo sino en saborearlo como haría con una dulce fruta, moviendo la lengua sobre su piel, un contacto directo y preciso, las manos de Tahomaru presionaron con fuerza el suelo de la caverna.
Un dolor que no lo molestó en absoluto, únicamente continuo concentrado en no permitirse emitir ningún ruido pese a que era una tarea extremadamente compleja, suspirando agitadamente mientras sus mejillas ardían con tal fuerza como el resto de su cuerpo, cosa que no pasó desapercibida para Hyakkimaru.
Sentir su cuerpo fue sumamente dulce, no pudo detenerse dedicándose solo a percibir su sabor, cada reacción que daba, y deseando conocer aún más, sus manos apartaron parte de las prendas descendiendo lentamente hasta su pecho.
Tahomaru cerró los ojos con fuerza, arqueando la espalda y estremeciéndose sin poder continuar en silencio, dejando que un suave pero intenso gemido escapara de sus labios, esto provoco que se detuviera.
-Taho...maru... ¿Duele?-
Una pregunta que él no esperaba, no era dolor lo que sintió sino una sensación placentera la cual deseaba no terminara, negó con la cabeza en silencio sin dejar de observarlo, llevando sus manos hacia su rostro para acariciarlo lentamente besándolo esta vez por iniciativa propia.
-No me lastimas-susurró.
-¿No lo...hago?-preguntó Hyakkimaru.
-No...-
