Ofrenda

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El niño cocinó diversas hierbas, a la que Mutsu prestó mucha atención teniendo cuidado de que no agregara nada extraño o que pusiera en riesgo la vida de Tahomaru. No existía señal alguna del demonio, Hyakkimaru observaba el muro a lo lejos aun sosteniendo la mano de Tahomaru sentados ambos cerca del fuego que en la noche donde predominaban brisas gélidas era reconfortante. El niño sirvió varios platos entregando uno a cada uno.

-Coman-

-Gracias-dijo Tahomaru.

-Se ve bien...ten, hermano-Dororo colocó uno sobre el regazo de Hyakkimaru.

-Caliente...-

-Ten cuidado al sostenerlo...-

-Lo probaré primero-Mutsu dio un rápido sorbo asegurándose que no tuviera veneno-parece seguro...-dijo en voz baja.

-Hermana no creo que el niño...-

-Nunca se es demasiado precavido-

El niño tomó asiento comiendo de igual forma que ellos, las cucharas de madera e incluso los cuencos fueron tallados a mano por el pequeño. Tahomaru observó atento esto, probando la comida.

-¿Qué haces viviendo aquí solo?-dijo Dororo.

-No estoy solo...-

-¿Tus padres?-preguntó Tahomaru.

El niño bajó la mirada, moviendo la cuchara dentro del guiso formando numerosos círculos deteniéndose en comer. Dejó el cuenco sobre el suelo para señalar el lugar donde Banmon se levantaba.

-Aquí es donde solía estar nuestro pueblo...-

-¿En este lugar?-exclamó Dororo con sorpresa

-Si...aquí...-

-Entonces ustedes eran el pueblo que Banmon resguardaba...-mencionó Tahomaru.

-¿Qué dijiste?-repuso el niño.

El pequeño puso una expresión tan atemorizante que tanto Mutsu como Hyogo sintieron la necesidad de acercar a Tahomaru, casi seguros de que terminaría lanzándose sobre él.

-Protegernos dices... ¿Eso dicen los nobles?-

-Banmon fue fuerte militar creado por nuestro señor Daigo para traer protección y seguridad a los pobladores de estas tierras...-

-¡ESO ES MENTIRA!-el pequeño se puso de pie haciendo que el cuenco de comida a su lado terminara cayendo vertiendo su contenido.

-Tu niño...-

-Mutsu, espera...-

-Pero joven amo...-

-Quiero escucharlo...-

El pequeño apretó los puños con fuerza, las lágrimas resbalaron por sus mejillas pero la mirada de determinación no se esfumo.

-Ese fuerte como le llamas, solo fue el inicio de los problemas para nuestro pueblo. Antes que llegaran vivíamos pacíficamente, luego de establecerse en las tierras que arrebataron a varios de nosotros, ignorando los cultivos que destruyeron para colocar su base los hombres de Asakura pasaron a verlo como un objetivo-

-¿Un objetivo? ¿A los aldeanos?-dijo Tahomaru.

-¡SI! Capturaban rehenes...crees que hacen esto ahora porque apenas se les ocurrió ¡NO! Ya desde antes lo hacían...pensaban que podrían amenazar al fuerte si tenían aldeanos en su poder pero...eso nunca paso...-

-Nunca reportaron esas actividades-dijo Tahomaru en voz baja.

-Despertar con miedo paso a volverse una costumbre y debíamos aceptarlo por el bien de los demás ¿No? Pero nadie nunca se molestó en preguntarnos que queríamos o como estábamos viviendo hasta que sucedió...-

DestinoWhere stories live. Discover now