Tahomaru intentó negarse en un comienzo, aunque no supo la razón exacta de ello. Nunca tuvo invitados, de hecho aun siendo el hijo del señor de esas tierras era raro verlo con algún muchacho de su edad fuera noble o no, con quien compartiera una amistad, siendo Mutsu y Hyogo los dos únicos amigos cercanos y a quienes consideraba su familia. Siempre pensó que llegado el momento su padre rechazaría rotundamente el hecho de abrir las puertas de palacio a extraños, mucho menos si antes no tuvo su autorización expresa, la respuesta que probablemente Tahomaru pensaba escuchar era que despidiera a sus invitados no sin antes hablarle de un castigo ejemplar por desobedecerlo.
Nada de esto sucedió.
Su padre lucia muy sereno, con la misma expresión de calma de siempre, no lucia enfadado ni mucho menos preocupado. Tahomaru incluso ya estaba listo, pensó detenidamente en cada una, para decirle cada una de las razones para oponerse a su severa decisión. Y al contrario de todo quería conocerlos, esto en lugar de tranquilizarlo despertó un temor incomprensible en él.
-Padre...-
-¿Qué sucede?-
-Bueno yo...-
-Un señor no duda al hablar, recuérdalo-
-Si...lo lamento-suspiro recuperando la firmeza en la voz-quisiera saber ¿Por qué deseas conocerlos?-
-¿A tus invitados? Pues es claro, se hospedan en mi palacio, siguen siendo, aunque de forma indirecta, mis huéspedes. Es algo normal presentarme ante ellos ¿Acaso me equivoco? -
-No...-
-El ronin que trajiste a casa, posee una fuerza que supera a muchos de los nuestros ¿No es así?-
-Sí, es verdad-
-Despertaría la curiosidad de cualquiera, habilidades como esas aún más considerando sus limitaciones son dignas de admiración. Puedo comprender porque captó tu atención...-
-Hyakkimaru es un samurái muy competente...-
-Hyakkimaru, con que ese es su nombre...-dijo pensativo-el nombre que carga revela el duro pasado llevado a las espaldas por ese muchacho-
-Si... debió vivir momentos terribles...-
-Tahomaru, no creas que olvidé lo que hiciste. Desobedeciste mis órdenes, no solo con lo sucedido en la aldea sino también al traer dos desconocidos a nuestro hogar, es una cosa que no pasaré por alto-
-Comprendo eso padre-
-Ya pensaré en un castigo ejemplar, eres mi hijo, pero antes que nada eres el sucesor de estas tierras, sino mantienes la importancia de las cosas no lograras gobernar como haría un verdadero señor ¿Entiendes eso? -
-Si padre-
-Muy bien...ahora, ve y da aviso a tus invitados. Tengo mucho interés por conversar con ese ronin-
-Como digas padre-
-Esta misma noche...-
-¿Qué? ¿No es algo pronto?-
-Acabo de llegar, se organizará un banquete para conmemorar eso, tu madre asistirá también como la señora del palacio...-
-Pero madre...-
-No puede permanecer dentro de ese cuarto frente a un ídolo decapitado durante meses sin siquiera cumplir su deber como mi esposa. Tú se lo comunicaras, de no hacerlo iré yo mismo-
-Me encargaré de ello padre-
-De acuerdo, entonces estar esperando la cena con ansias-
-Si-