Cambios

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Tahomaru ya en su habitación no encontró la paz que debería aguardarle, porque en ese mismo lugar la noche pasada, conoció una forma de entrega tan natural como misteriosa que fluyó entre ambos sin necesidad de explicar nada únicamente siguiendo los deseos resguardados que ambos no sabían poseían. Salió al jardín, el sol esa tarde abriéndose paso entre las nubes bañaba con sus rayos dorados las flores de brotes ya listos para nacer. Escuchaba en habitaciones contiguas a los sirvientes ultimando los preparativos del almuerzo.

-¿Qué estará haciendo ahora?-

Incluso encontrándose en el mismo lugar, sentía la necesidad de conocer en lo que ahora ocupaba su tiempo, una forma de evitar pensar en cuanto necesitaba estar a su lado de la misma manera que la noche anterior. Tahomaru escuchó golpes en la puerta tardando en reaccionar.

-Adelante...-

-Joven amo-

Mutsu y Hyogo entraron al recibir su orden. Ambos compartieron una mirada de confusión una vez comprobaron que el lugar estaba diferente a como debería estar a esas horas del día. El futon aun extendido al igual que la yukata que dejo encima de este quitándosela para colocarse sus prendas de siempre.

-Joven amo ¿Se siente usted bien?-preguntó Hyogo.

-De encontrarse su salud frágil le pediría por favor que descansara, llamaremos un médico para examinarlo-

-Me siento perfectamente, no entiendo a qué viene ese comentario-repuso cerrando la puerta del jardín para volverse a ellos-¿Pasó algo?-vinieron antes de lo previsto normalmente, el horario estricto que seguían pocas veces cambiaba.

-Se trata del pueblo-dijo Mutsu.

-¿Qué sucedió?-

Una de las mayores preocupaciones siempre fue el pueblo que custodiaba celosamente, protegiéndolo sin importar que, cada habitante merecía el respeto justo y el bienestar que ellos como gobernantes debían ofrecerles, siempre fue un pensamiento mantenido desde pequeño y eso no cambio incluso ahora a sus quince años, cada vez más cerca de convertirse en señor de esas tierras.

-Rumores sobre el avistamiento de un demonio muy cerca del límite fronterizo-

-¿Un demonio? Con este serian dos...-

Tahomaru como cualquier otra persona conocía de la existencia de estos terribles seres que asolaban pueblos y arrebataban vidas inocentes, sin embargo en las tierras de su padre era muy raro ver uno de estos correr suelto o causar desmanes. Los aldeanos que ayudo lidiaron con esa especie que dormitaba entre las mansas aguas de su lago y ahora el lugar que dividía su pueblo del lugar donde comenzaba a iniciarse la guerra también cabía la posibilidad de estar invadido por uno.

-Son solo rumores-

-¿No es seguro?-

-No del todo, Hyogo y yo investigaremos-

-Bien, iré con ustedes-

-No puedo hacerlo joven amo-

-¿Qué? Siempre que se han hecho reconocimientos de zonas los acompañe ¿Por qué ahora sería diferente?-

-Según los rumores-explico Hyogo-el demonio aparece únicamente por las noches al ocultarse el sol-

-Una hora perfecta para visitar ese lugar-

-Joven amo, su padre llegara pronto, debe recibirlo como el seguro está esperando, además como anfitrión abandonar a sus invitados es una completa descortesía por parte de un gran señor-

-El bienestar de mi pueblo es más importante que cualquier formalidad-

-Por eso mismo investigaremos-dijo Mutsu-una vez nos aseguremos son rumores fundados regresaremos para informarle dependiendo de ello estableceremos un plan de acción para eliminar a la bestia porque esto debo asumir, deseara hacerlo por sí mismo con sus nuevas habilidades en la espada-

DestinoWhere stories live. Discover now