Tahomaru pensó en las palabras dichas por Hyakkimaru. Siendo la razón por la cual se encontraba fuera de su habitación dando estocadas contra los arboles del jardín era porque un demonio se encontraba cerca. Una afirmación en un primer momento habría considerado imposible, criaturas como esas merodeando por los pasillos de su hogar cuando su padre se encargó de mantenerlo lejos no era menos que risible. Sin embargo, ahora confiaba en las palabras dichas por Hyakkimaru, quien, a su vez lucia más tranquilo, siendo esta una buena señal de que de haber estado allí ahora ese demonio abandonó el lugar.
-Pero ¿Cómo llego hasta aquí?-se preguntó Tahomaru regresando a la habitación con el agua caliente en el recipiente.
-Tahomaru...herida...-dijo Hyakkimaru señalándola.
-No te preocupes, ponte esto-
Le entregó un kimono seco y nuevo que Hyakkimaru se colocó, mientras que Tahomaru concentraba la mirada en el agua y los paños que remojo en ella, evitando el contacto directo con su cuerpo desnudo. Tomó una toalla al verlo centrarse una vez término de colocarse las prendas nuevas.
-Debes estar seco o enfermarás-
Colocó la toalla sobre el rostro de Hyakkimaru, palpándolo suavemente gracias a este, haciendo lo mismo con sus brazos, cuello y pecho, concentrándose únicamente en aquella acción cosa que en verdad le costaba mantener al rememorar lo sucedido dentro de la cueva.
Y no era el único.
Hyakkimaru sentía deseos de tomar su rostro entre manos, acercar el calor que emanaba de su cuerpo al suyo, pese a las palabras de Tahomaru asegurándole el nunca haberle ocasionado problemas como pensaba decidió contener esos impulsos siendo probablemente la primera vez que evitaba realizar algo aun cuando no lo consideraba perjudicial.
-Listo-
-¿Listo?-preguntó Hyakkimaru al escucharlo
-Ya está seco, se siente mejor así ¿No?-
-Si...-
-Sobre el demonio... ¿Estas completamente seguro?-
-Si-
-Entiendo...-
Tahomaru tomó asiento delante de él. Hyakkimaru levantó la cabeza, lucia como si estuviera observándolo. A vez incluso Tahomaru olvidaba que no poseía vista. El frotó sus manos, haciéndolas entrar en calor.
-¿Regresaras a tu habitación?-preguntó Tahomaru.
-Dororo...-
-Sí, debe estar preocupado...mejor...-sintió que sujetaba su kimono-¿Qué sucede Hyakkimaru?-
-Tahomaru...aquí...-
-¿Quieres quedarte?-
No supo cómo interpretó esto con tanta seguridad, bien pudo ser solo una forma de intentar ponerse de pie o llamar su atención; sin embargo termino dándole ese significado sin equivocarse.
-Bien, nos quedaremos aquí, por un momento-
-Si-
-De acuerdo...-
Tahomaru tomó asiento de nuevo, el silencio se hizo latente al igual que su nerviosismo, Hyakkimaru lucia por su parte tan tranquilo como siempre.
-Viajarán pronto...-dijo Tahomaru.
-Si...-
-Debo agradecerles, a los dos, por ayudarme con el entrenamiento, incluso si fue por poco tiempo-